Godspeed you black emperor! – Lift your skinny fists like antennas to heaven (Kranky)
¿Una orquesta de música rock? Eso es lo que nos podemos preguntar cuando escuchamos el último disco de Godspeed You Black Emperor, GYBE a partir de ahora.
Éste es su segundo disco, el primero se titulaba f#a#oo, y la verdad es que no deja indiferente a nadie. Ya en el primer trabajo, GYBE buscaban un cierto grado de incertidumbre y de misterio, y en este segundo trabajo se llevan la palma acrecentando de sobre manera los recursos expuestos en el primero.
Pero,… ¿cómo definir el sonido musical o la tendencia de estos canadienses? Mucha gente los define como Post – Rock, otros como Punk del siglo XI, otros Rock de cámara. Yo creo que GYBE es una tendencia en sí, un estilo propio, algo indefinible.
Se presenta este último trabajo en dos Cd´s, y la verdad es que la tónica es semejante en cada uno de ellos: un conglomerado de sonidos minimalistas, de notas que no causan un gran estruendo sino que se compasan unas con las otras buscando una armonía que nos lleve a la magia de las viejas composiciones clásicas, pero con unos tintes más modernos gracias a la sonoridad de las guitarras eléctricas y la batería.
Los instrumentos pues, son variopintos, ya que se compaginan el clasicismo con la modernidad: chelos, violines, percusiones clásicas con guitarras, bajos y baterías. Todo ello hace que la suma de clasicismo y modernidad nos traslade más allá de la postmodernidad: por algo dicen que es el Punk del siglo XI.
Las canciones son grandes piezas musicales, tanto en lo magnifico de su sonido, como en el tiempo de duración de cada una de ellas. Estamos pues, ante canciones de cerca de 15 a 20 minutos, unidas por pequeños cortes que invitan al oyente a una relajada posición esperando la gran pieza final.
Lo que realmente importa en este disco es la música y el estado de ánimo del oyente. Que nadie ponga este disco si lo que quiere es juerga y botar hasta la madrugada. Es un disco para escuchar buena música, reflexionar, meditar, dejarse llevar por melodías que pudiesen parecer imposibles acompañadas por unos efectos sonoros que nos recuerdan a un viaje por el campo, a un recorrido en tren o bien a una larga carretera como la Ruta 66, y donde el viajero (que es el oyente) no es presionado ni por el tiempo, ni el clima, ni ningún factor amenazante,… sino que se deja llevar por el sonido mágico de GYBE.
Disco a tener en cuenta para una fonoteca de buena música.