Jane Weaver – Flock (Fire Records/Popstock!)
A estas alturas supongo que ya está más que claro que el nuevo disco de Jane Weaver va a estar entre lo más destacado de 2021, al menos en lo que al Reino Unido se refiere. No por eso vamos a dejar de hablar de ello. Sí, a estas alturas. Y es que si alguien merece un reconocimiento, aunque sea tardío, es ella.
Procedente de Liverpool pero atrincherada en Manchester desde hace muchos años, Jane se ha mantenido ocupada desde que a finales de los noventa formara el combo post-punk Kill Laura o grabase un primer álbum en solitario que no se publicó porque el responsable de la discográfica que lo iba a sacar murió. Y es que pese a esa zancadilla se las compuso no sólo para sacar adelante una brillante y respetada carrera en solitario, si no para montar alguna otra banda (Fenella) o incluso gestionar su propia discográfica, Bird Records.
Todo lo hizo totalmente al margen de corrientes, escenas y esas pijadas que a una la convierten en flor de un día. Por eso quizá resulta tan paradigmático el título de su último disco. Flock significa rebaño, algo a lo que ella jamás ha pertenecido. Ni siquiera se ha mantenido fiel a un mismo estilo musical. La experimentación y el pop siempre han estado juntas en una carrera que ha ido desde el folk psicodélico de sus inicios hacia el pop cósmico, lleno de groove y de inspiración global que nos ofrece aquí.
Flock es tan adictivo como desinhibido. O a lo mejor precisamente es adictivo por su desinhibición. Hay algo en ese sonido amplio, que igual saluda los Talking Heads vía Eno, que a los Stereolab más oníricos, que a Prince o Marc Bolan. Algo que a uno le impide apartar la oreja del reproductor. Porque, pese a toda su variedad estilística, cada una de las 10 piezas que lo integran encajan unas con otras a través de la misma fórmula: un gancho que no anda reñido con los detalles arriesgados. Tan sólo “Lux” nos remite a un escape sonoro, muy breve además, pero el resto no da lugar al bostezo: desde la tendencia al glam marciano de “Stages of phases”, hasta el kraut pop de la titular o el encanto minimal de “All the things you do”, pasando por la algarabía psicodélica de la inicial “Heartlow”, todo el disco es un viaje hacia un mismo lugar. Un lugar en el que toda artista lo suficientemente veterana querría estar: el más cercano a la perfección, artística y comunicativa, que una pueda alcanzar. Y ahí es donde vemos ahora a Jane Weaver. Quizá la cresta de la ola hoy en día no sea la misma que la de hace 20 años, pero es sin duda donde ella va a llegar con esto.
Escucha Jane Weaver – Flock
Uno de mis discos favoritos del año. Maravilloso dreampop