Kakkmaddafakka (Sala Apolo) Barcelona 09/03/23
Desde las frías tierras de Bergen, Noruega, llega un grupo indie rock muy querido por sus seguidores por su estilo enérgico y contagioso. Kakkmaddafakka ha estado conquistando corazones con su música desde el año 2004, y su trayectoria ha sido una constante de giras internacionales y lanzamientos de álbumes. Con una mezcla de indie rock, pop y electrónica, la banda ha sido comparada con grandes nombres del género como Phoenix y Vampire Weekend. También recuerda a grupos como Metronomy y Milky Chance.
Ayer por la noche, la Sala Apolo de Barcelona fue el escenario del tan esperado concierto de Kakkmaddafakka. Desde temprano, jóvenes bastante diversos, algunos con mullets y pendientes, otros con gafas de pasta se acercaron al lugar para disfrutar de una noche de música y emociones. La media de edad era de unos 25 años y destacaba la presencia de jóvenes que me atrevería a afirmar que eran estudiantes de Erasmus del Norte de Europa.
Cuando finalmente el grupo salió al escenario, el público enloqueció. “Hello Barcelona! It’s good to be back! We’ve missed you!”. Con su característico estilo, Kakkmaddafakka presentó canciones como «Touching», «Young You», «Heidelberg» y «Good Guy», que fueron cantadas a pleno pulmón por los asistentes. En la parte frontal del escenario, encontramos a Axel Videnes (voz y guitarra) en el centro, a su derecha Pål Vindenes (guitarra y coros), a su izquierda Stian Sævig (bajo), y en la parte posterior a Sebastian Kittelsen (teclados) y a Kristoffer Van Der Pas (batería). La banda estaba vestida con tonos claros y pastel, al más puro estilo escandinavo. Con visuales en el fondo del escenario que mostraban el nombre del grupo en rojo y una energía desbordante, Kakkmaddafakka logró crear un ambiente de festival desde inicio a final del bolo.
Con cada canción, la intensidad del público crecía y la sala se llenaba de abrazos y emociones. Tanto las letras de la banda como la forma en que gritaban las letras los espectadores, con el corazón en la mano, se podía deducir que entre el público había más heartbroken que heartbreakers. Una de las claves de su éxito es el hecho de que es muy fácil sentirse identificado con sus letras, que reinvindican un poco esta figura del hopeless romantic. Celebran la sensibilidad de las personas y hacen una oda al amor, tanto cuando se da como cuando se recibe de otros o de uno mismo.
La favorita del público, sin duda, “Restless”, habla sobre la sensación de querer escapar de la monotonía de la vida cotidiana, “I won’t stop until I find what I’m looking for”. “Heidelberg” fue otra de las preferidas, una canción que habla sobre la búsqueda de la felicidad y de un lugar al que pertenecer en la ciudad alemana de Heidelberg. La letra describe la soledad y la sensación de estar perdido, pero también habla sobre la esperanza de encontrar lo que se está buscando.
La banda tiene un enfoque lírico muy poético, utilizando una mezcla de inglés y noruego en sus canciones. Sus letras a menudo tienen una sensación melancólica y reflexiva, pero también pueden ser divertidas y optimistas en momentos específicos. Kakkmaddafakka también se caracteriza por sus ritmos contagiosos y sus melodías pegajosas, lo que hace que sus canciones sean muy agradables de escuchar y de cantar, especialmente en una pista abarrotada en una sala tan íntima como la del Paralelo de Barcelona.