Entrevistas

Love Of Lesbian

A veces me da la sensación que están apuntando al músico con una pistola. Imagino al compositor en el suelo, pidiendo clemencia

Tras el revuelo que produjo nuestra reseña sobre el último trabajo de Love Of Lesbian, La Noche Eterna. Los Días No Vividos, decidimos que era el mejor momento para hablar con Santi Balmes. “Ya puedes imaginarte que no voy a ser simpático, y probablemente algunas de mis respuestas sirvan igual que la gasolina en un incendio”, es lo primero que dice. Lo segundo, una visión: “joder, a veces me da la sensación que están apuntando al músico con una pistola. Imagino al compositor en el suelo, pidiendo clemencia”.
 
Antes de empezar, deja claro su punto de vista sobre el texto de la discordia (“me veo obligado, moralmente, a puntualizar”). Insisite en justificar la crítica con el argumento reduccionista de algún tipo de encono primitivo hacia Love Of Lesbian (“obedece a que previamente ya venías condicionado a teclear ´en contra de la opinión generalizada´”) o de una voluntad enfermiza de ir a la contra (“los más listos de la clase, o “entorno cultural”, os convertís en avezados cazadores de lo potencialmente bueno, (…) y sin embargo no sois capaces de ver algunas cosas buenas que os planta el mercado a dos centímetros de vuestra nariz, quizás porque lo que empieza a extenderse entre mucha gente os produce desconfianza”); también le da tiempo a nombrar (en vano) a Michael Stipe como ejemplo de “prosa cercana”, y de asegurar pasarse “por los huevos” que a alguien le moleste que le hagan retweets. Era de esperar: no es muy fan de una reseña que dice saber que se ha hecho en “dos días como máximo” y que, si acierta, “es por casualidad”.
 
Lo que vino después lo podéis leer a continuación.
 

 
No esperaba tanto jaleo con la crítica… Al fin y al cabo es un análisis, como los hay muchos otros en el extremo opuesto. ¿Sueles estar pendiente de las reseñas?
 
No hay medio pequeño en tiempos de internet, si acaso el contenido del que uno hable, no os subestiméis porque todo es susceptible de ser re-enviado. Con respecto a estar pendiente, pues sí, absolutamente de todas, creo que toda la banda lo hace. Obviamente, hacemos un caso relativo a unas y a las otras, somos lo suficientemente autocríticos como para darnos cuenta de lo que verdaderamente trasciende y lo que no pasa de una “boutade”, de cuando tenemos el peligro de abusar de ciertas coletillas o cuando hemos acertado de lleno, cosa que, personalmente, creo que apenas pasa. En la búsqueda seguimos, gracias a Dios, seguimos teniendo esa inquietud, esa insatisfacción.
 
Quiero aclarar que he aprendido mucho de críticas negativas, en algunos momentos una buena patada en el culo es un paso hacia delante, pero siempre que coincida con tus temores internos. Sin embargo, en otros casos, las he tomado como una Biblia para insistir en hacer aún más lo que se critica, dependiendo del tipo de persona que intuyo detrás, ya sabes, si es un amargado existencialista. De hecho, hay medios cuya bajada de interés por nosotros ha sido inversamente proporcional a nuestra evolución, así que, en el caso que de repente nos dejaran bien, en serio que me preocuparía.
 
Dejando aparte al crítico, lo que no soporto es la animadversión manifiesta escondida bajo un pseudónimo. Porque nosotros damos la cara. En realidad, alucino. Debo ser de aquellos tipos que, si una cosa no les gusta, pues decide ir en camino contrario, aunque se de de hostias con todos los que van a arrollarle, pero mi camino, cuando me niego a seguir una corriente, siempre es en silencio. Sencillamente, si no soporto algo, dejo de escucharlo, y si me encuentro a mi banda odiada en un festival, decidiré ir a otro escenario. Pero decirles a los demás “Hey, esto es una mierda”, jamás, soy demasiado mediocre como para pensar que mi opinión está por encima de la tuya. Me muevo por instinto, sin premeditación, y tengo la costumbre de hablar o escribir de lo que me apasiona, que, a su vez, es una manera más elegante, pienso, de dejar claro lo que no te gusta. He leído barbaridades respecto a LOL y otras bandas, frases para enmarcar. “No los he oído nunca, pero seguro que no me van a gustar”. Mi pregunta es la siguiente: si no te gusta esta banda ¿Qué diablos haces perdiendo tu valioso tiempo añadiendo tus valiosísimas opiniones en un post dedicado a ellos? Haz algo constructivo, diablos, prueba de hacer una canción. Y veo mucha gente que postula, más que opina, y que falta al respeto de una manera continuada y premeditada. Y casi siempre, fíjate, me da la sensación de que hay un músico o ex músico detrás.
 
 
 
Con situaciones como ésta, uno tiene la sensación de que hay grupos que tienen cierto halo de ser intocables. No sé si lo percibís así desde dentro…
 
¿Intocables? Vírgen santa, qué va. Nuestro caso es muy curioso. Desde hace mucho tiempo que generamos la misma animadversión en el sector indie más purista, o talibán, que en el sector mainstream, en nuestro caso, los extremos se tocan. De hecho, somos blanco fácil. Dime qué banda combina humor con melancolía enfermiza, aparte de LOL. ¿A que hay pocos? Eso debe significar que la propuesta algo kamikaze será. Si mis hijas quisieran dedicarse a esto, les diría, “No, en serio, si queréis ser valoradas, pillar un rollo shoegaze y no lo abandonéis, está mejor visto”. Nosotros andamos por ahí en medio, y nos encontramos con gente que también están por allí, en medio. Y, diablos, son unos cuantos. Hace un tiempo lo llamaban “tierra de nadie”, ese concepto de estar entre el indie y el mainstream. Ahora es una nueva tierra, con puentes que la enlazan con las dos.
 
 
 

 
Hablemos del disco. Imagino que todo esto se piensa y se repiensa mucho pero… Con la perspectiva de tener ya el disco en la calle, ¿sigues pensando que no sobra ni un solo tema?
 
Reconozco que hay un tema en particular que no me gusta demasiado, creo que erramos en el enfoque. En cada disco me fallan un par de canciones, pero supongo que eso pasará a la mayoría de las bandas. LOL funciona bastante por consenso, así que, si la mayoría decide publicar el tema, fuck…otras veces eres tú quien decide, y quien falla, entonces, también fuck. Pero la premisa en este disco era “no seamos rácanos”. Nos gustaba la idea de tener una base suficiente de temas como para cambiar de repertorio y multiplicar nuestras opciones por infinito, de cara a que, en concierto, y a partir de otoño, ningún concierto sea igual al siguiente. Ah, y la mayoría de discos preferidos de mi vida siempre tienen altos y bajos, y cuando me gustan todos los temas, puedo llegar a sospechar que la banda en cuestión no está probando nuevos caminos. Hay que meterse leñazos de tanto en cuanto.
 
 
 
Uno de los peros, para mí, es precisamente el volumen de canciones. ¿No crees que es un formato que ya no se adapta al estilo actual de consumir la música?
 
No lo creo, la verdad, independientemente de la calidad de cada tema, entendemos el consumo de música como un acto de tranquilidad. Y si descubres un tema al cabo de medio año, más vida habrá tenido el disco en tu estantería.
 
 
 
¿Cuándo decidís hacer un disco conceptual?
 
No, es que siento llevarte la contraria, pero no es conceptual. Cuando se nos pregunta por qué decidimos llamar al disco “La noche eterna-los días no vividos”, pretendemos enmarcar el disco dentro de un contexto histórico muy personal. Es como ponerle a un álbum de fotos “Primavera del 2010”. Algunos temas podrían haber funcionado en un disco u otro tranquilamente. Otra cosa es que se repitan conceptos, palabras que saltan de un tema a otro, que supongo responden a mis últimas obsesiones. Y podría añadir que algunos personajes pertenecen, obviamente, a la noche. Vampirismo psíquico, el mundo de los gatos, una pareja de ancianos que baila de noche, alguien harto de una fiesta de gente estupenda y muy cool, como en “Cínicamente muertos”. Pero un disco conceptual es otra cosa, es un concepto mucho más premeditado que no admite experimentos.
 
 
 
¿Las canciones se compusieron para el concepto, o el concepto surgió tras las canciones?
 
Digamos que se interrelacionaron al instante, pero no de una manera obligatoria, como sucedió en “1999” que seguía un hilo argumental, un orden cronológico, y circundaba alrededor de dos personajes únicamente, cosa que para nada me apetecía repetir. “La noche eterna-los días no vividos”, se emparenta más con “Cuentos chinos para niños del Japón”, en el sentido que, con ese disco, lo primero que tuve en la cabeza fue el título, y luego vinieron las canciones. Necesito este tipo de disparadores para que enciendan algo en mi interior, es algo muy extraño.
 
 
 
El disco está funcionando bien a nivel de ventas (los adelantos en iTunes, nº1 en ventas,…). ¿Crees que se puede valorar el éxito de un disco en su cifra de ventas?
 
No, jamás, de la misma manera que un best seller literario no siempre, o casi nunca, coincide con la importancia que dicho libro tendrá en la historia. De todas maneras, es anecdótico. Estamos a años luz del nivel de ventas de un Bisbal o un Alborán. Simplemente sucedió que unas cuantas personas decidieron comprar el disco la misma semana. Agradecidísimos estamos, pero eso no significa que se haya dado un golpe de estado al mainstream, como he leído por ahí.
 
 
 
Diría que, sobre todo desde vuestro último disco en Naïve (Cuentos chinos para niños del Japón, si no me equivoco), habéis sabido crear un universo propio y eso tiene mérito…
 
Bueno, supongo que alguna cosa hemos hecho bien.
 
 
 

 
Pero también es peligroso, porque uno puede acabar perdiendo la noción de la realidad y no saber cuándo parar, ¿no?
 
Te aseguro que no es así. La noción de la realidad la perderá, por ejemplo, una banda que ha tenido siempre críticas buenísimas, siempre, claro está, dentro de un sector reducido. Creo que en ese caso sí que puedes caer en la autocomplacencia. Pero a nosotros, desde que ampliamos nuestro radio de acción, es decir, desde que el pececito LOL rompió la pequeña pecera y se metió a nadar en el mar, que nos caen hostias desde todos los lados, y desde hace tiempo. Ahora opina de nosotros muchísima más gente, y hay que aceptarlo. Por otro lado, nosotros nos movemos por nuestros propios biorritmos. A título personal, podría decirte que este último disco me obliga a girar el péndulo hacia otra dirección. Es muy osado decir que la banda cambiará de manera radical su manera de hacer las cosas, somos los mismos desde hace 15 años, mi voz es mi voz, y no hemos mutado genéticamente estas últimas semanas. Pero sí que noto la necesidad de dar un nuevo enfoque a nuestros próximos trabajos. La noción de la realidad no la hemos perdido. Yo, personalmente, me dejo llevar por mis propias emociones e instatisfacciones, y lo único que pretendo es que, cuando mire a LOL con la perspectiva del tiempo, compruebe que la trayectoria de la banda ha intentado ser lo más personal y honesta posible.
 
 
 

 
De ese universo participa muchísima gente. Desde hace unos años el fenómeno LOL ha crecido exponencialmente. ¿Os sentís lo suficientemente arropados por vuestros seguidores como para sentir que podéis hacer cualquier cosa?
 
No, cualquier cosa, no. Creemos que al otro lado hay una persona inteligente. Pero ojo, lo suficientemente abierta de miras como para saber cuando estamos bromeando a cuando hablamos en serio. En eso radica la diferencia. Nuestro público sabe cuando estamos pisando el gas del acelerador emocional, o cuando, simplemente, estamos intentando explicar una historia divertida. Hablas de “Si tú me dices Ben, yo digo Affleck”, como una candidata a Eurovisión, pues bien, nosotros nos tomamos dicho tema precisamente como una parodia a ese estilo, y nuestro público, gracias a Dios no ha perdido la capacidad de seguir el juego que les proponemos. Nuestro objetivo no es el agradar a determinados tipos, o críticos, pretendidamente inteligentes, que nunca sonríen abiertamente, como máximo he logrado vislumbrar una leve mueca en su labio superior. A veces tengo la sensación que la supuesta élite intelecual española reniega del humor como de la peste, debe ser una manera de diferenciarse de lo que ellos suponen que es el vulgo. Nos convendría recordar a todos que nuestros abuelos se llamaban Higinio o Torcuato, que quizás no leían a Houellebecq, pero en sus fiestas mayores se lo pasaron mucho mejor que nosotros en un concierto de Sigur Ros con la sinfónica de Bratislava.
 
 
 

 
Salvo excepciones, las buenas críticas también os han acompañado estos últimos años. En estos casos la autocrítica del artista es fundamental…
 
Nadie más cruel con LOL que los propios miembros de LOL. Es como si se hubieran juntado los de las filas de atrás de las excursiones escolares.
 

 
 
 
¿Qué queda de los LOL de Maniobras de Escapismo?
 
Añoro la ingenuidad de aquel trabajo, o el de “Ungravity”, sin duda, dos de mis discos preferidos de LOL. Espera, espera…recuerdo que en su momento las críticas estuvieron bien, pero tampoco tuvieron un recibimiento espectacular que digamos.
 
 
 
Hace un tiempo publicamos una entrevista muy interesante a Vega (interesante por lo que ella contaba, claro) sobre toda la paranoia y psicosis del sentimiento de pertenencia indie… ¿Se puede ser indie en Warner?
 
Es que no estamos en Warner. Simplemente, nos distribuye. De Naive pasamos a Music Bus y punto pelota. Warner no interfiere para nada en ningún proceso creativo, y nos sentimos muy orgullosos de que cualquier idea haya sido gestada desde la banda, en consenso con Music Bus, entendiendo la promo como algo continuado, una especie de guerrilla. Ah, y la entrevista a Vega me encantó, de hecho, voy a seguirle la pista.
 
Mi opinión es que puedes considerar al indie como un concepto formado por festivales, páginas de internet, algunas discográficas, etc. Pero tiene un ecosistema tan variado como el Amazonas, engloba a propuestas tan dispares como Standstill como a la Casa Azul, y en su ambiente puedes encontrarte con simpáticas cacatúas y altivas pirañas, gente con la que compartirías piso, y otros con los que no te tomarías ni una copa. Lo cierto es que, eso que llamamos “indie”, ese concepto tan abstracto, es el vivero desde donde han surgido la mayoría de propuestas más interesantes en la música española, al menos en los últimos veinte años. Eso no quiere decir que un artista que esté en una multinacional pueda ser grandioso. Si controla su carrera y hace lo que le pide el cuerpo, lo admiraré mucho más que una banda supuestamente indie que pretenda sonar igual que Interpol o The National. La verdad es que nunca me he molestado en mirar con qué compañía sale una banda. Yo paso de escuchar Betunizer a El Columpio Asesino, y luego cambiar a algún single de Katy Perry sin que se me caigan los anillos, que no tengo. Busco si hay un autor dentro que pueda aportarme algo, su particular visión de las cosas, y que, de alguna manera, me emocione. Si nosotros lo logramos, aunque sea una sola vez, nos damos por satisfechos.
 

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