Nacho Vegas+Fernando Alfaro+Abraham Boba – Luz de Gas (Barcelona)
Llegó un momento de la noche en que uno no podía engañarse por más tiempo. Sí, encima del escenario estaban tres musicazos, algunos de ellos próximos a convertirse en pequeñas leyendas nacionales, pero, y aunque no se quería aceptar, aquello era un despropósito sin sentido.
Dos horas antes todo el mundo se las prometía muy felices. Volvía el siempre efectivo Vegas, se podía aprovechar para ver en solitario al estimable Abraham Boba y por último aparecía un esquivo Alfaro al que siempre conviene aprovechar las escasas oportunidades de verlo en directo. Además, se contaba con la posibilidad de un tiempo de ruegos y preguntas a los artistas. A priori todo muy apetecible.
Pero la velada ya empezó cojeando. Cuando un concierto se anuncia a las nueve de la noche y exactamente a esa hora se empiezan a poder cambiar las entradas en taquilla malo. El previsible resultado es que hasta casi las diez no empezaron a tocar. Inauguró la noche Boba al piano y acompañado de una violinista que sería el único músico presente aparte de los artistas anunciados. Boba centró su set de cinco canciones en su último disco y nos recordó que es un músico excelente y su, de momento, escasa prensa inexplicable. Nacho Vegas se le unió en su última canción y tras ella empezó su repertorio con “The Stranger Song” de Leonard Cohen. Se mostró más locuaz de lo que acostumbra, quizás por imperativos del guión, pero parece que no se atrevió a tocar muchas canciones de su propio repertorio sin la compañía de su banda habitual. Continuó con un insólita versión en asturiano de su recién adquirida amistad con los catalanes Manel de los que no tuvo reparos en declararse fan. Cantó alguna canción más propia y enseguida apareció el que para muchos era la auténtica estrella de noche, Fernando Alfaro, aunque su nombre aparecía en las entradas con una tipografía propia de un grupo de acompañamiento amateur. Alfaro desglosó algunas canciones de Chucho, la famosa “Magic” entre ellas, pero también nos adelantó un par de temas de su inminente nuevo disco, sin los Alienistas!, que dejaron buen sabor de boca. Tras ellas, empezó el turno de preguntas. Los tres se sentaron en una mesa de surtido bukowskiano (tabaco, cervezas, whisky y puede que alguna revista porno) y empezaron a responder las preguntas. Parecía evidente que ninguno se sintió cómodo en esa situación, especialmente Alfaro. Previsiblemente, la mayoría de preguntas fueron para Vegas que intentó tomárselo con humor. Previsiblemente también muchas de la preguntas eran bastante pedantes y/o absurdas. Dardos lanzados por fans ansiosos de unos segundos de atención de sus ídolos. Afortunadamente, la mayoría de respuestas estuvieron por encima de las preguntas en calidad. Una pausa en el interrogatorio, versión al canto de Lee Hazelwood con los cuatro en el escenario. Vuelta a las preguntas. Más sonrojos. Finalizando con “Miss Carrusel” y desbandada general.
En el cómputo global nos salen casi tantas versiones como canciones propias. Nacho Vegas en este aspecto debería intentar mejorar su repertorio personal en formato acústico porque cantar ni más ni menos que cinco versiones se antoja excesivo, aún más cuando queda claro que como guitarrista tiene recursos de sobra para bastarse. En general, el concierto nunca cogió ritmo. Las canciones en que tocaban los tres se notaban poco trabajadas y casi como si de un ensayo general se tratara. Pero sobre todo el turno de preguntas resultó mucho más largo de lo deseable y quizás un filtro previo sería de agradecer. También, visto el resultado final, el precio de la entrada pareció muy caro por lo que al final habíamos visto. Una noche incómoda tanto para el público como para los artistas pero que aún así dejó alguna perlita para el recuerdo.