Neon Lights – Second chance EP (Autoeditado)
Los murcianos Neon Lights han vuelto, tras los casi dos años de silencio que han pasado desde Summer Sky (2010), con un nuevo EP bajo el brazo. En esta ocasión han optado por una mayor concreción tanto en extensión (cuatro temas, frente a los siete de su debut) como en estilo. La banda formada por los hermanos Nieto junto a Javi, Edu y Diego, siguen apostando por lo que mejor conocen y saben hacer: recrear el ambiente y el sonido del post-punk de finales de los 70 y principios de los 80. En ese sentido ninguna sorpresa, aunque sí que es relevante mencionar que, bien debido a la menor duración del EP o tal vez de manera premeditada, se aprecia de manera perceptible una mayor homogeneidad entre los temas que forman Second Chance.
Las influencias de siempre están ahí, pero esta vez han conseguido extraer el mínimo común múltiplo entre Depeche Mode (los de los 90) y The Cure (los de Seventeen Seconds o Pornography), mirando siempre de reojo a Joy Division (incluso a los Doors de “The end”, posiblemente los abuelos de todo esto), para conseguir un sonido más uniforme y equilibrado. Si Summer Sky era una especie de brainstorming, un banco de pruebas desde el que empezar a definir y construir una personalidad propia, en este segundo EP las ideas empiezan a estar más claras. Al contrario de lo que podría esperarse, parece que la inmediatez de temas como “Funky Love” o “Fool´s Play”, los más efectivos y pegadizos ganchos de su debut, ha perdido apoyo a favor de una clara apuesta por la oscuridad, una sonoridad algo más sucia y una producción menos perfeccionista, con más espacio para ser rellenado por el oyente. El envite resulta evidente en “Red Light / Shine On”, tema que abre el disco y que recuerda en cierta manera a la canción que daba nombre a su debut: un inicio en el que los instrumentos van apareciendo poco a poco, un desarrollo progresivo y un final explosivo. Una estructura que se repite, aunque de manera no tan clara, en “Second chance”. Una jugada valiente, huir de lo más fácil y jugársela a una mano de cartas sin marcar, pensando más en ellos mismos (lo que les apetece hacer) antes que en sus posibles oyentes (lo que les apetecerá escuchar). La única concesión a su pasado más “comercial” es “The angel has gone”, sobre todo su, en comparación, luminoso estribillo. Completa el EP “Steppenwolf”, tema ya conocido y que se constituye en una especie de bisagra entre los Neon Lights de 2009 y los de 2012.
Second Chance es otro peldaño en una progresión ascendente, aunque todavía con bastante margen de mejora. Al contrario que otras bandas que empiezan a construir su carrera por el tejado (y a los pocos meses ya casi nadie se acuerda de ellas), se aprecia en Neon Lights una voluntad de establecer unos buenos cimientos antes de acometer empresas mayores. En mi opinión están en el buen camino, haciendo suya la frase (“la humildad mata el orgullo”) que aparece en la espada que David sostiene en el cuadro que, con muy buen gusto, han escogido para la portada. En cualquier caso, les exigiremos todavía más cuando llegue su ansiado primer álbum largo.