Pablo Und Destruktion (Sala Copérnico) Madrid 23/05/25
Con la publicación de su reciente Te quiere todo el mundo (25), pareciera como si Pablo Und Destruktion hubiera llegado a la conclusión de su viaje, mezcla entre cruzada y peregrinación. No hace mucho me comentaba en la entrevista que hice para esta casa acerca de su intención de enterrar el hacha de guerra y ahondar en una paz espiritual desde el recogimiento y la fusión con la esencia que nos une bajo un mismo prisma humano.
Esto no quiere decir que la sensación de peligro y amenaza se haya extinguido de sus conciertos, pero sí es cierto que resulta algo más difícil imaginarle soltando patadas voladoras entre el público como hizo entre los congregados mientras interpretaba una intensísima “Busero español” en la Sala El Sol, acompañado por La Tribu del Trueno, a principios del año pasado en un concierto colosal.
Tocaba presentar un nuevo disco que, por justicia, está teniendo mayor repercusión y relevancia que anteriores grandes logros que pasaron de puntillas como Ultramonte (22). Se notaba que la banda que ha juntado para la ocasión todavía tiene que engrasarse un poco más en directo, si bien hubo puntuales aportaciones interesantísimas como la llegadas de esos vientos, explosivos en la incandescente “Violácea”, auténtico culmen de su último trabajo para quien les escribe y que, junto al nervio intrínseco de “Dementocracia” y “Sé lo que eres, camarada”, fueron de lo mejor de su nuevo cancionero sobre las tablas.
Pero si algo tuvo este concierto, fue el rescate en vivo de las buenísimas tonadas de Futuros Valores (20), muy acordes con el cariz más folclórico y rural que respira Te quiere todo el mundo (25). Especialmente gloriosas sonaron la sinuosa “El cortejo” y una muy emocionante “Gracias”, mejor momento de la velada para quien les escribe. También atronaron las canciones de su emblemático Sangrín (14), “Limónov, desde Asturias al infierno” y “Powder”, atestiguando las hechuras de disco robusto. Agradecí en lo personal el rescate de “Medalla de oro” recogido en Ultramonte (22), el más a tono con la situación musical actual del artista.
Aquellos, como comenté luego del concierto con el asturiano, eran otros tiempos más de beligerancia y resistencia –imposible olvidar barbaries inmensas como “Lobito” o “Cruz de la trova”-. Tocará seguir aprendiendo a cultivar espíritu y misericordia para estos tiempos.
Foto Pablo Und Destruktion: Raúl del Olmo

