Pond – The Weather (Marathon Artists)
La muerte de David Bowie el año pasado fue una de las más lloradas en la historia de la música. Él nos enseñó a tomar en serio a lo andrógino, lo transexual y lo alienígena en una época en la que se hacía necesario algo que rompiera con tantos prejuicios y represión en lo artístico. La responsabilidad de tomar su relevo es algo de un peso sideral pero su herencia reside en influencias con las que se maquillan bandas como Pond.
The Weather es un disco conceptual sobre la ciudad australiana de Perth, lugar en el que el cantante Nick Allbrook intenta “vivir una vida mientras somos irrespetuosos por naturaleza”. El líder de la banda retrata una ciudad colonizada por los británicos y convertida en dinero, grúas y privilegios para la raza blanca. Despega con “30000 Megatons”, su propia Space Oddity en la que emula a un joven Bowie inspirado por la elección de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos y recordando que en el mundo descansan 30.000 cabezas nucleares esperando ser activadas por los temidos botones rojos con los que las naciones se amenazan las unas a las otras.
Los que estén acostumbrados a los experimentos de pop psicodélico de MGMT no se despeinarán demasiado en viajes en espiral como “Sweep Me off My Feet” o “Paint Me Silver”, tema coescrito por el mítico Todd Rundgren que nos abduce y nos droga en un escenario extraterrestre. Una música que nos transporta a finales de los 90, a aquellos vídeos de la MTV más alternativa cargados de colores y entremezclados con un mensaje de putrefacción inherente dentro de las fachadas luminosas que lucen los protagonistas de los videoclips.
Las dos canciones en las que está dividida “Edge of the World” son novelas del rock progresivo protagonizadas por un australiano que se avergüenza de los actos atroces que comete su pueblo a favor de llenarse los bolsillos. La ensoñación se interrumpe en “A/B”, tema que enfrenta el ruido contra la calma, pero no tarda en sumergirnos en otro coma profundo con el glamour futurista de voz robótica que escuchamos en “Zen Automaton”.
Pond son una de esas bandas que nacen desde la comedia pero que con el paso de los años y los discos acaban convirtiéndose en algo serio por su riqueza musical y los mensajes que emite. Con “All I Want for Christmas (Is a Tascam 388)”, reescribe el clásico de Maria Carey con el guitarrista de Tame Impala, Jay Watson, soñando con pedirse para Navidad una mesa de mezclas, pero rápidamente cambian el tono con el tema que da nombre al disco para dejarnos un regusto tragicómico con escenarios cuya estética nos avisa de una inocencia rota, “el suelo, cubierto de champán, el cuero, la sangre y la lluvia repentina”.