Slash: Su historia en 10 canciones
Slash, el guitarrista más famoso de todos los tiempos, saca un disco nuevo junto a Myles Kennedy and The Conspirators. Lo han titulado Living the dream y como tenemos debilidad por el guitarra, hemos aprovechado para contarte su historia en diez canciones. No sabemos si le has seguido o no, pero te aseguramos que no te vas a aburrir.
“Nightrain” (1987)
Inevitable comenzar con Guns n’ Roses. E inevitable decir lo mismo de siempre: Appetite for destruction fue un discazo. Pero es que es verdad. “Nightrain” es un buen ejemplo de lo bien que se maneja Slash tanto en guitarra rítmica como en solista (el solo del final es mítico-mitiquísimo). Y como Appetite for destruction, “Nightrain” es una canción nihilista a más no poder, un poco como cantaba Albert Pla: Lo mal que estamos, pero ay qué bien que lo pasamos.
“Civil war” (1991)
Esta historia también es conocida de sobra. Guns n’ Roses se vuelven locos -si es que no lo estaban ya- y sacan dos discos dobles a la vez, los famosos Use your illusion I y II. “Civil war” demuestra que además estaban en un momento creativo muy bueno al margen de drogas y alcoholes varios y que sabían hacer composiciones más progresivas muy guays. Y con mensaje político molón. ¿Quién da más? Ni a Kanye West se le ha pirado tanto y le ha salido tan bien.
“Beggars & hangers-on” (1995)
En esas que Slash se harta de Guns n’ Roses o le echan, no queda claro. Como ya sabía lo que era ser millonario, monta un grupo por el gusto de tocar que bautiza Slash’s Snakepit y saca un disco más duro de roer de lo que se esperaba. Se llamaba It’s five o’clock somewhere y el tiempo le está colocando en su sitio como más cool de lo que se recordaba. Además, tenía a Eric Dover de cantante, un tío con mucho talento del que no sabes más porque la vida no es justa.
“Life’s sweet drug” (2000)
La cosa se pone calentita, calentita. Ain’t life grand , el segundo disco de los Slash’s Snakepit, sí que da en el clavo y le da a los fans lo que quieren y lo que mejor le sale: Rock. Sin intimismos. Es tan tremendamente bueno que todas sus canciones no bajan del sobresaliente. Tú ponte “Life’s sweet drug” a toda hostia por la mañana para levantarte y ya verás con qué power sales a la calle. Además, tenía a Rod Jackson de cantante, un tío con mucho talento del que no sabes más porque (suponemos) la vida no es justa.
“Slither” (2004)
Ahora Slash se monta una nueva banda con el también ex Guns n’ Roses Duff McKagan -el bajista más cool del mundo- y Scott Weiland, cantante de Stone Temple Pilots. Graban un debut cojonudo, un segundo que estaba bastante bien y goodbye. Disolución al canto.
“Nada puede cambiarme” (2006)
Lo de las colaboraciones de Slash da para un libro. Lo mismo se marca una chula con Lenny Kravitz que con Marta Sánchez o sale en un vídeo de Paulina Rubio. En fin… Lo que mueva una fiesta en una mansión de Hollywood no lo mueve nada.
“Ghost” (2010)
En su primer disco solista, bajo su nombre, sin banda al lado, Slash tiró de colaboradores de lujo para que cantaran y la cosa quedó en una de cal y otra de arena. Ya sabíamos que el guitarrista es peligrosos a la hora de colaborar y aquí lo mismo llama al hortera de Adam Levine (sí, el de Maroon 5) que a Iggy Pop. Menos mal que cuando acierta, lo hace de pleno, como en esta “Ghost” con el siempre molón Ian Astbury. Hasta empieza con uno de sus clásicos riffs. Lo oyes y sabes que es él (o un tío imitándole).
“Anastasia” (2012)
Slash en su salsa, con un rock duro con detallitos progresivos. Lo justito abierto de miras y con mucha potencia. Y… efectivamente, empieza con uno de sus riffs marca de la casa. Lo oyes y sabes que es él (o un tío imitándole). Myles Kennedy es ya el cantante oficial de su nueva banda y Slash le quiere tanto que coloca su nombre junto a él en los discos aunque la cosa quede kilométrica. Atentos: Slash featuring Myles Kennedy and The Conspirators. Los diseñadores de las portadas de sus discos tienen que vérselas y deseárselas para encajar eso. Ahora, Myles mola. Es la antítesis del rockero sobrado y canta muy, pero que muy bien.
“Wicked Stone” (2014)
La alianza con Myles sigue viento en popa y el segundo disco de (venga, ahí vamos) Slash featuring Myles Kennedy and The Conspirators es todavía mejor. Slash debe estar feliz de no tener al lado a un cantante volátil por primera vez en su vida y los resultados son más que satisfactorios. Es verdad que Myles no es dangerous, pero el cabrón tiene mucha alma cuando se junta con Slash. “Wicked stone” es flipante.
“Driving rain” (2018)
Con la reunión de Guns n’ Roses haciendo requetemillonarios hasta a los roadies que llevan, Slash aprovecha las paradas que hacen para volver a grabar de nuevo como (o no, otra vez, ahí va) Slash featuring Myles Kennedy and The Conspirators. Lo cachondo es que poco a poco han conseguido un sonido bastante reconocible y “Driving rain” así lo demuestra.
Sois unos cachondos
Y «Sweet Child O’ Mine»?