Entrevistas

Gentle Music Men

Nos gusta vestir las canciones como esa chica guapa que se pone sus mejores vestidos para cada momento concreto o desvestir las canciones como cuando llegas a tu casa con toda la pasión y arrancas la ropa a tu pareja para…

No es un nombre que aparezca como cabeza de cartel en cualquiera de los abarrotados festivales veraniegos, donde la música cada vez es más lo de menos, y si actúan en una gran ciudad puede que solo unas decenas de personas acudan a su concierto. Pero el talento, las ganas y la dedicación a un proyecto musical en alza tras esta nueva entrega deben estar por encima de todo eso.
 
Daniel Poveda, cabeza pensante y aglutinador de las múltiples tendencias que se adivinan en las canciones de Gentle Music Men, nos desvela algunas de sus claves.
 
En estos «Sueños infinitos» volvemos a escuchar vientos, coros, cuerdas… y muchas guitarras, quizás más que nunca. ¿Es una impresión infundada?
 
La verdad es que nos salió de manera muy natural, las canciones que enseñaba al resto de la banda ya requerían en los primeros ensayos más contundencia que en las del pasado.  
 
Siempre dentro de ese pop delicado y acústico que practicáis, que es precisamente lo que marca la diferencia. Aunque ahora parecéis algo más tensionados, más enérgicos a la hora de afrontar los temas.
 
Sí, por eso tantas guitarras eléctricas para transmitir esa energía, incluso rabia en según qué canción. 
 
Habéis asimilado el folk-rock de los sesenta a vuestra manera, y además ya definitivamente adaptado a la tradición del pop en castellano.
 
Nos gusta la música en general. Para este disco no hemos pensado en nada más que ser nosotros mismos, teníamos claro que el tercer disco de la banda iba a ser el más completo.
 
«Lo siento, ya no siento nada». Gran frase, gran canción… ¿algún gran acontecimiento como inspiración?
 
No, simplemente una sensación a estudiar. Luego transportarla a una canción, un ejercicio de interpretación.
 
En directo también sois polivalentes: el año pasado se os vio en formato acústico y hasta con ocho músicos en el escenario en algunos festivales. ¿Cuesta mucho adaptar repertorio y arreglos para los distintos eventos?
 
No, porque somos profesionales. Nos gusta vestir las canciones como esa chica guapa que se pone sus mejores vestidos para cada momento concreto o desvestir las canciones como cuando llegas a tu casa con toda la pasión y arrancas la ropa a tu pareja para…  
 

 
Quien descubra ahora que estamos hablando con un grupo capaz de dar casi cien conciertos en un año, incluso tocando en Tokio, puede que se anime a comprobar vuestros progresos.
 
Claro, el disco se está vendiendo realmente bien. Sabíamos que éramos buenos pero no que la gente se diera cuenta.
 
Tenéis que contarnos cómo nació y resultó un excelente proyecto como «Saturday Morning Record Club», en el que además de versionar a un montón de gente, había grandes experimentos sonoros.
 
Somos muy fans de los grandes autores y bandas, decidimos compartir esta admiración con más artistas de la escena nacional y surgió una maravilla de experiencia tras mil horas de curro.  
 
Algunos sellos parecen apostar por fin por bandas que con menos medios veían más limitadas sus pretensiones. ¿Creísteis que algo cambió cuando fichasteis por PIAS y pasasteis a territorio multinacional?
 
Bien. Supongo que fue la confirmación de estar trabajando en la dirección correcta, PIAS siempre nos ha dejado artísticamente a nuestras anchas y eso es lo que más valoro. Apuestan por nosotros de manera muy honesta y estamos encantados de seguir estando en las tiendas de música con su sello en nuestros discos. 
 
Estas canciones habrán pasado por varias etapas previas antes de ver la luz. ¿Cómo distribuís el trabajo entre tanto concierto y ensayo?
 
Grabar entre semana, conciertos de jueves a sábado. 
 
Aparte de Gentle Music Men, por la cabeza de Dani Poveda siempre bulle en alguna otra dirección. Eres uno de los músicos más inquietos y solicitados de la escena catalana, si no estoy mal informado.
 
Bien, se hace lo que se puede. Me cuesta decir que no, aunque a veces es necesario.
 
¿Qué es lo que más os sigue motivando, aparte de la misma pasión por la música, para que este proyecto siga evolucionando de la forma en que lo está haciendo?
 
Nos encanta el grupo, somos personas muy vitales y nuestra convivencia siempre ha sido muy sencilla. ¡Ah, y nada de drogas duras! Solo whisky, bourbon, ginebra y Brugal. La cerveza solo por las mañanas recién levantados.
 
 
 

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