Faraday Festival 2010 – Platja del Far (Vilanova i la Geltrú)
En un año en que muchos festivales están tomando decisiones dolorosas para seguir existiendo, para el Faraday parece que la crisis no va con ellos. Por supuesto este no es el caso pero cuando uno está acostumbrado a trabajar en pequeños formatos, haciendo y pensando las cosas muy bien y sin querer pretender otra cosa que continuar trayendo aquellos artistas que son lo suficientemente listos para juntar su nombre con el de este festival, parece que seguir montando carteles espectaculares para un público muy limitado y en un entorno inigualable sea la cosa más sencilla del mundo.
La séptima edición del Faraday venía como ya va siendo habitual con un cartel exquisito, seleccionado al detalle y que conjuga con habilidad nombres consagrados que renuncian a la nostalgia con bandas emergentes ajenas a los hypes mediáticos. Este año, además, a lo largo de los tres días de festival se han realizado varios conciertos gratis literalmente por las calles de la ciudad de Vilanova con nombres como Anímic o Eef Barzelay. Este es uno de los aspectos que más allá del cartel hacen de este festival una joyita dentro de la programación nacional. El cuidado con que se ha hecho cada aspecto del festival va más allá de lo necesario para convertirse en un pequeño regalo. Se nota que se hace un esfuerzo extra para hacer más agradable la experiencia del festival y que cada euro del precio de la entrada tiene su justificación.
Se empezó el viernes a la hora en que la brisa del mar empieza a refrescar el día. Comenzaron la jornada Fred i Son (protagonistas de nuestras MZK Sessions de junio en Barcelona), Pájaro Sunrise y Me and the Bees interpretando cada uno sus propuestas situadas entre el pop más suave y el folk más melódico. Un comienzo tranquilo e ideal para las primeras cervezas mirando al mar. Hasta los músicos todavía iban con arena de playa entre los dedos de los pies. Tras ellos vino Abraham Boba quien acompañado de una banda más que solvente dejó claro que el sambenito de “teclista de Nacho Vegas” ya le viene años luz demasiado estrecho. Aquí tenemos un músico que está pasando un estado de forma brillante presentando su no menos brillante último disco. Tras él, y continuando una trilogía de conciertos tremendos, se presentaba el ex-Unfinished Sympathy Joan Colomo. Cantando en catalán, castellano e inglés dejó un repertorio tremendo de buenas canciones, hechas como aquel que coge la guitarra estando de cañas, que sorprendieron a más de uno. Su actitud encima del escenario y la cercanía con la que se mostró al público hicieron el resto para convertir a Colomo en uno de los triunfadores del festival. Y cerrando uno de los mejores momentos del día el gran Bigott se hacía con las riendas del escenario grande lleno hasta el tope. Acompañado por la banda de Paco Loco repasó sobretodo sus últimos trabajos recordándonos que si en disco es un grande, su directo es de primer nivel. Finalizando con el springsteeniano “Dancing in the Dark” firmó un concierto para el recuerdo. Tras él, con los ánimos ya encendidos, se presentaron Clem Snide versionando el Zuma de Neil Young. Un buen repaso al legendario disco hecho con mucho oficio y muchas ganas. Momento WTF cuando al acabar el disco sale Eef Barzelay cantando a capela como si el mundo fuera a acabar. Tras esto, nuevo arranque esta vez con canciones suyas que sentó de maravilla. Continuando el merecido homenaje a los grandes, se presentaron los míticos The Wedding Present interpretando su disco Bizarro del que se cumple el vigésimo aniversario. Un placer escuchar estas canciones en vivo. Después, para cerrar por esa noche la tanda de conciertos antes de la irrupción de la electrónica, los barceloneses Mujeres ya pusieron a bailar al público durante su actuación. Aunque fue un concierto un poco plano y abusando de recursos que ya les hemos visto no tuvieron problemas en cumplir sobrados su cometido. Tras ellos en el escenario pequeño empezaban los DJs y en el grande se presentaban los Is Tropical que reafirman la fama de este festival de auténtico cazatalentos. En su primera actuación en España nos han dejado la impresión que su música hedonista y contundente puede contar con muchos seguidores dentro de poco. Muy adictivos. Y con estas el viernes, a estas horas, todos los gatos ya eran pardos.
El sábado, tras los chapuzones de rigor y paella en algún chiringuito para recuperar fuerzas, Marina Gallardo paseó su rock lánguido para ir haciendo entrar en situación. La tregua duró poco cuando unos Delco poderosos tuvieron poco respeto para las resacas del público. Quizás les hubiera sentado mejor un horario más de noche pero dejaron una actuación muy seria llena de grandes canciones. Otros debutantes en España, los británicos Apples, dejaron otra buena sensación. Cuando creías que ya les habías pillado el punto, se escabullían hacia otra dirección. En un momento te estaban haciendo psicodelia electrónica, otras pop ochentero y cuando volvías con la cerveza te estaban montando un concierto de capela a cinco voces. Me da a mí que sabremos más de estos dentro de muy poco. Nuevo turno para una banda catalana con El Petit de Cal Eril que dejaron un folk rock de inspiración rural y letras casi tan surrealistas como los comentarios del cantante. Rápidamente en el escenario grande se pasó fila y toda la tropa estaba presente. Jeff Tweedy, líder de Wilco, aparecía acompañado solo con su guitarra (bueno, con seis de ellas) para tocar las canciones de su grupo en formato acústico. El cabeza de cartel no decepcionó absolutamente a nadie, incluso a aquellos que en el Primavera Sound no los fueron a ver, y se marcó un concierto emocionante hasta decir basta que rebasó la hora y media. Circunstancialmente una población vecina desplegó fuego pirotécnico en las cercanías del recinto. Tweedy señaló divertido la ironía de estar tocando canciones tristes en la playa con fuegos artificiales. En cualquier modo, un concierto que por él solo valía el precio de la entrada y que sitúa al Faraday como uno de los grandes festivales de España, sea cual sea su aforo.
Difícil empezar tras esto pero Los Punsetes tuvieron que lider con los ecos de “I´m Trying to Break Your Heart” resonando entre los cipreses. Los madrileños se marcaron un notable concierto teniendo como hito su fabulosa versión de “Viaje a Egipto”. Por como les ha ido este último año, era de justicia que estuvieran en el cartel. Tras ellos a ver algo que no se ve todos lo días: el debut de un artista encima de un escenario. Linda Mirada nos retrajo hasta los años de la movida madrileña. Claro que las primera veces siempre resultan difíciles y por eso nos prometemos darle otra oportunidad. Otra de las recientes sorpresas en la piel de toro, la mallorquina Maika Makovski, se marcó un agradabilísimo concierto derrochando talento y energía a manos llenas. Luego los escoceses Errors vinieron a predicar la palabra que afirma que el post-rock es bailable. Claro que cuando tienes a un batería con más brazos de Vishnú todo resulta más fácil pero es que sus canciones eran trallazos electrónicos de pegada contundente y efectos inmediatos. Muy brutos y muy buenos. Y después de la ligera conmoción cerebral, llegaba el turno de los DJs con Amable, Mether & Zacker o Bankrobber Gang para escoger. Muy buena noche donde exprimir las pocas energías que se nos escabullían de entre las zarpas.
Y el domingo este humilde cronista, por causas que escapan a su voluntad, tuvo que perderse a uno de los platos fuertes, el muy honorable Nick Lowe. Fuentes de toda solvencia me confirman que su concierto estuvo entre lo más destacado del festival. No tengo ninguna razón para no creerles.
El final del verano todavía no ha llegado pero el Faraday ya ha partido hasta el año siguiente donde seguro podremos volver a disfrutar de una propuesta peligrosamente adictiva. En el mismo sitio, con la misma gente, con la misma ilusión y seguro con un cartel todavía mejor, si cabe.