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Otero Brutal Fest (Plaza de Italia) Oviedo

Viveiro y Oviedo están separados por casi 200 kilómetros de distancia, pero les une una afición, casi un estilo de vida, que desde hace 13 años en la localidad costera de la Mariña de Lugo se llama Resurrection Fest y desde hace seis, en la capital de Asturias, Otero Brutal Fest.

La sexta edición del Otero, este año, ha estado marcada por un pequeño pero significativo salto cualitativo del festival, que ganó en afluencia (reunió a más de 2.000 personas) y también atrajo a bastante público de poblaciones más o menos cercanas.

La organización sigue conservando ese toque puro, por así llamarlo, de las pequeñas iniciativas sacadas adelante con cariño por gente apasionada y por amor al arte. Queda en el aire la opción de, en futuras ocasiones, establecer una zona de acampada, lo que le aportaría un extra a los venidos de fuera y multiplicaría las posibilidades de concurrencia.

Pese al tiempo lluvioso, la jornada del viernes congregó a multitud de gente en el parque del Oeste. Algunos acudían para ver a los suecos Grave, cabeza de cartel; otros muchos no querían perderse una de las primeras citas de The Casualties con su nuevo líder al frente y también los había fans de otras bandas como Lendakaris Muertos. Pero lo que quedó claro, por los estampados de camisetas y sudaderas, pero, sobre todo, una vez que se subieron al escenario, fue que los locales Desakato eran el gran atractivo de la noche.

A la primera canción, pasadas las 22,15 horas, su cantante ya se había echado a lomos del público, sobre el que llegó a cantar, erguido y aclamado por las masas. El mensaje contra el machismo fue directo cuando entonó ese “Chicas, la auténtica manada siempre seréis vosotras!”, preludio de un impresionante ‘circle pit’. También hubo mensaje “contra el enemigo”, con balas especialmente reservadas para UPyD y Ciudadanos. En torno a las 23,30 horas, terminando, le tocó el turno a su himno ‘Cuando salga el sol’.

Previamente, había abierto la cita el metal de Blobfish, seguido del deathcore de los madrileños Hummano y de nuevo el metal de Evil Impulse. Fue muy potente el directo de Cannibal Grandpa, que dio paso al trash de Gama Bomb, con su lider Philly Byrne enfundado en un hilarante traje amarillo con estampado de tijeras.

Después de Desakato, los neoyorquinos The Casualties supieron a muy poco con sus 40 minutos de punk noventero. David Rodriguez, el nuevo cantante tras la marcha de Jorge Herrera 27 años después, demostró complicidad con la banda y es que, no en vano, ya habían tocado juntos muchas veces en el pasado.

El death metal de Grave, por ritmo, quizá parecía más adecuado para antes y no para después de los Casualties, pero su concierto no defraudó, como tampoco lo hizo el de Lendakaris, siempre tan enérgicos, siempre tan irónicos, siempre tan ‘ni sí, ni no, ni todo lo contrario’.

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