Aurora Roja – Aurora Roja (Humo Internacional)
¿Se acuerdan de The Bats? Aquella extraordinaria banda neozelandesa que en 1987 grabó Daddy’s Highway, disco que aún hoy resuena como uno de los grandes del indie pop (cuando esas dos palabras significaban algo juntas). Su sonido era vibrante, rápido, con guitarras nerviosas que cercenaban melodías circulares y emocionantes. Era una forma de ver el pop que tuvo un arranque muy minoritario, pero que a través del tiempo ha tenido una gran influencia que llega a nuestros días.
Lo saben bandas como Aurora Roja, que, aunque publican ahora su primer álbum, no son para nada unos recién llegados. José Pazos puso punto y final a Futuro Terror en 2023, tras 11 años siendo pioneros de toda aquella enésima resurrección del post punk que aún colea en España. Junto a él, en esa última etapa de la banda, estaba Óscar Mezquita (Típex, Flexidiscos), que decidió apuntarse al proyecto que José iba a montar junto a su pareja Paula Guillem, en un intento de emular a todas aquellas bandas de las antípodas (The Bats, The Clean, Go-Betweens, The Chills…) y hacer algo bastante diferente a lo que hacían antes.
Aquello tomó el nombre, como decíamos, de Aurora Roja, en honor al cierre de la trilogía La Lucha Por La Vida, de Pío Baroja. Una referencia literaria que refleja una preocupación por las formas más acentuada que en su anterior aventura. Futuro Terror era una banda punk, tocaban fuerte y de forma rabiosa. Aquí Pazos y sus compañeros han querido dejar un poco eso atrás (aunque el nervio sigue ahí) y elaborar una colección de canciones mucho más reflexiva, donde las melodías imperan y las atmósferas que generan en este formato trío buscan un efecto mucho más envolvente.
Música para escuchar bailando o sentado, como prefieras, porque sus temas están pensados para emocionar de muchas formas. Ocho canciones en 24 minutos: pura concreción para servir de tarjeta de presentación a esta sorpresa tan grata que ha traído 2025. “Aurora roja” rompe el silencio con guitarras obsesivas y acordes abiertos que arropan ese “todo está muerto, todo tan plano…” con el que empieza la letra de la puerta de entrada a este universo que marida a todas aquellas bandas aussies con un yacente espíritu oscuro, heredero de una formación post-punk, pero que pugna por lanzar un mensaje de luz tras la penumbra.
Es la luz de esa Aurora Roja que volverá a brillar, como dice la canción. Como lo hace en “Mercedes”, otro gran tema que cuenta pequeñas historias casi al estilo de Vainica Doble y que resulta preciosa a las dos voces de José y Paula. Conquista nuestro oído, como también lo hace la más nerviosa “Rat penat”, que introduce el mensaje social en la ecuación, algo de espíritu punk, pero sin la obligatoria agresividad del género, como sucede también en otra fantasía costumbrista y llena de misterio. “La hidra del Cabanyal”, que habla de un ser mitológico al que podrían darse muchas lecturas metafóricas. Más mensaje social, pero traído con mucha sutileza.
Y es que la delicadeza, las formas nada evidentes de decir las cosas, parecen la regla en un trabajo que es muy elegante a la hora de introducir mensajes en nuestra cabeza. “El palacio del insecto”, está cantada en solitario por Paula de una forma cándida, que desarma, igual que “Las buenas noches”, una nana para la hija que tiene en común con Jose, que es pura ambrosía y que nos dirige hacia el final, que llega con una dupla muy diferente: “Control completo” parece nacer del reproche, pero se convierte en un alegato contra la manipulación, de nuevo expresado de forma enérgica, sin perder los nervios, de forma que el mensaje entra mejor, igual que en ese final tan meditativo que se marcan con “Voy contigo”, de nuevo una preciosidad de tema, con el que apagan las luces de la habitación para dejarnos dormir en paz, sabiendo que ellos estarán ahí, velando y haciendo esta música que reconforta, hace pensar y suena potente pero acariciante a la vez, en el que es uno de esos debuts que este año no deberían pasarse por alto por nada del mundo.

