Baxter Dury – Happy Soup (Regal)
Una conjunción vocal de melodías y profundas producciones, como de niña mimada, marcan el que sin duda es uno de los discos del 2011. A pesar de que el hijo de Ian Dury publicó el año pasado su tercer largo, es ahora con su inminente visita al San Miguel Primavera Sound 2012 cuando los medios musicales españoles giran la cabeza hacia este buen disco, que cuanto menos otorga la calidad que muchas de las recientes publicaciones han decidido poner en riesgo por el favor de seguir unas modas contemporáneas, dando como resultado la publicación de álbumes solubles que por sí mismos no se terminan de entender fuera de un espacio temporal muy concreto, estos comienzo de década.
Todo lo contrario que le ocurre al estupendo “Happy Soup” de Baxter Dury, un disco que suena a 70´s, 80´s y 90´s, y que sin lugar a dudas extiende sus raíces por la década que le ha tocado vivir. Gracias a esa atemporalidad funciona perfectamente como reafirmación de la inmensa ola festivalera en la que estamos involucrados. “Isabel” la canción abanderada del disco, es el mejor “apetizer” que pudieras imaginar para un disco que bambolea entre el pop más furibundo, el espíritu new wave, y una especie de “noise” limpio y recatado, iluminado más que luminoso, en definitiva música pop.
El punteo de “Leak at the disco” te recordará a ese organillo de Metronomy, o esa carencia pausada de los “The XX”, pero añadiendo el titubeo de una discoteca lejana. Pero es que entre las diez canciones además hay hueco para la experimentación nostálgica, como en el laberíntico tema que da título al disco, “Happy Soup”. El elogio de los ochenta ¿o de los noventa? llega de la mano de “Trellic”, mientras que en “Hotel in Brixton” se nos presenta a un Baxter Dury a lo crooner, pero deconstruido como la nueva cocina española, simplemente delicioso. Para ir terminando el álbum se va apagando con el soul hawaiano y pegajoso de “The Sun” y la inmensa y ultrasuave “Trophies”, a la que un arañazo le hubiera venido que ni pintado. En definitiva, un sentido homenaje a la música pop, hecho con buenas canciones pop.