Baxter Dury + Joshua Hidenhen (Sala But) Madrid 09/12/25
But colgó el cartel de “entradas agotadas” para recibir a Baxter Dury, en un concierto auspiciado por Houston Party con bastante expectación. No era para menos, Dury venía a presentar Allbarone (PIAS 2025), un disco en el que afianza su pulsión “discotequera” – con la que ya había hecho algo más que coquetear – y ese mohín de gamberro elegante, que pega totalmente con esa identidad sonora que parece pensada para una pista de baile pasada de vueltas.
Antes, Joshua Hidenhen abrió la noche con su espectáculo de spoken word cargado de humor, creatividad y una simpatía desbordante. El concierto estaba programado a las 20:00, pero comenzó casi un cuarto de hora tarde, quizá porque a esa hora no éramos ni diez personas en la sala. Poco a poco se fue llenando mientras Joshua daba rienda suelta a su mezcla de experiencias cotidianas, ironía y un ritmo verbal navegando entre lo dramático y lo absurdo.Temas como “All You Can Do Is Try”, “Illegal Hit” o “Mum Does the Washing” demostraron que, más allá del humor, hay intención literaria y una puesta en escena simplista, pero a la vez magnética, sobre todo por su propia presencia. Es fácil entender por qué él y Baxter Dury son colegas, comparten sarcasmo y esa mirada de alma de crooner maldito.

Con la sala ya repleta, Baxter Dury salió escoltado por su banda habitual: la imprescindible Fabienne Debarre (teclista/sintes y corista), Billy Fuller (bajista) y Damon Reece (batería). Tres tuercas bien engrasadas y apretadas en una maquinaria que, desde hace unos años, vive entre el minimal groove, la electrónica decadente y la pose chulesca y pendenciera marca de la casa.
Desde el primer tema, “Alpha Dog”, quedó claro el tono de la noche, como en una declaración de intenciones inequívoca, luces en contra, colores saturados, flashes discotequeros que evocaban la época dorada del disco sound y un Baxter que no estuvo quieto ni dos segundos. Su baile inclasificable – mitad karate de barra de pub, mitad pase de modelo trasnochado – se ha convertido en su marca personal.Agarraba el pie de micro, lo lanzaba a un lado, volvía al centro, se inclinaba hacia el público, caminaba en círculos, se tropezaba con una alfombra a pie de escenario, hasta que la levantó, teniendo que salir el asistente a pegarla con cinta americana… Una especie de liturgia barriobajera que le funciona porque, simplemente, Baxter Dury no puede ser de otra manera.

El setlist navegó entre distintas épocas: “I’m Not Your Dog”, “The Night Chancers”, “Palm Trees”, “Miami”, “Cocaine Man” … y, por supuesto, una divertida interpretación del tema que da título a su nuevo disco, recibida con entusiasmo por un público entregado desde el minuto uno.
En directo, Baxter Dury es un caso curioso, canta, recita, murmura, grita… y su fortísimo acento cockney levanta, ya de por sí, un muro de sonido propio. En algunas partes de Albarone en directo la línea entre la melodía vocal y el Spoken Word queda totalmente rota, por momentos parece más bien lo segundo, pero es que el bueno de Dury puede que no venga a cantar, viene a interpretarse a sí mismo.

¿Pero fue todo perfecto? Pues no y puede que ahí esté la gracia y eso que el concierto se puede calificar de notable, pero tuvo sus más y sus menos. Para empezar, la banda al comienzo iba un poco descompensada rítmicamente, provocando miradas cómplices entre ellos como diciendo “qué pasa aquí”, debido – posiblemente – al haber disparado algunas bases pregrabadas a más bits de lo acordado entre ellos.
La duración y el dinamismo, que en una sala se puede hacer una propuesta larga, no así en un festival, cuya duración de set no suele pasar de la hora, como ocurrió en aquel Paredes de Coura. Y no tanto por el repertorio, que funciona, sino por la puesta en escena tan uniforme y plana, las mismas luces en contra durante casi todo el concierto y una movilidad frenética que, aunque forma parte de su firma, puede llegar a saturar. Por no hablar de la estética “discotequera” constante, que son un gran acierto para cinco o seis temas, pero para veinte te pueden llegar a provocar algún desprendimiento de retina o una epilepsia fotosensible.

A todo esto, a pesar de los pesares, la entrega y la actitud de macarra de Baxter con corbata invisible terminó imponiéndose. El cierre fue generoso “Mr W4”, “Celebrate Me”, “Prince of Tears” y la siempre sorprendente versión de “Baxter (these are my friends)” de su amigo Fred Again.. editado en el 2021 y que lanzó a la sala a un baile sudoroso.
Baxter Dury dejó claro que hace lo que quiere, que sigue en forma, que las canciones de Albarone funcionan en directo, pero todo esto también evidencia la paradoja que acompaña al británico; su gran arma es al mismo tiempo su gran peligro, lo que quizá le impide escapar de los márgenes del pop británico donde se ha vuelto prácticamente un icono. Intenso, imperfecto, Baxter Dury al fin y al cabo.
Fotos Baxter Dury + Joshua Hidenhen: Fernando del Río

