Brett Anderson – Brett Anderson (V2)
Brett Anderson: exponente de la poesía urbana disidente, rapsoda de la ciudad y confesor de sus vicios y virtudes, vuelve en solitario. Lejos está la Terribilitá romántica de las dos maravillosas primeras obras de Suede. Hoy, un meditabundo Brett, posa en la portada de su homónimo trabajo de debut: muy atrás queda la metáfora de búsqueda nihilista del dragón a través de la química en “So Young”.
Hace un par de años The Tears convencieron con un disco robusto plagado de buenos temas, aunque algo no funcionaba; no existía la alquimia que aunaba antes el talento del binomio Butler–Anderson. Pero ahora el desaguisado cometido por el ex-vocalista de Suede ha sido de libro, ríanse ustedes de la flojera que asomaba en la banda extinta a partir de Coming Up, esto es una afrenta de dimensiones bíblicas.
El inicio con “Love Is dead” ya da pistas infalibles: fría, aséptica, hueca, distante… esos serán los adjetivos que nos acompañen durante treinta y pico interminables minutos -¿fueron tan pocos?-. Unos arreglos y una producción antártica, látex puro, destrozan unas composiciones de por sí insípidas y lacias. Seguimos con “One Lazy Morning” y directamente ya entroncamos con el AOR más apolillado que pueda salir del que fuera alma lírica de “New Generation” y de “The Living Dead”. “Dust and Rain” e “Intimacy” engarzan con los gatillazos clamorosos de los últimos coletazos de Suede. Y así vamos dibujando un rostro de estupor que culmina en sonrojo por vergüenza ajena al llegar a “The More We Possess the Less we Own of Ourselves”, letra y cadencia para solterona adicta al shopping.
Tamaño despropósito deja pequeños respiros con “To the Winter”, “Scorpio Rising” o “Evony” donde Anderson abandona por instantes el deje de funcionario para cantar medianamente arrebatador sin dejar de filtrar los defectos descritos. A olvidar cuanto antes.