Calexico
El sentido del titulo del disco es huir de la virtualidad del láser cuando lee el CD.
Calexico venían a presentar algo especial. No sólo era la puesta de largo de su nuevo álbum “A feast of Wire”, lo que motivó su concierto (sólo tres fechas en Europa: Londres, Barcelona y Transmusicales de Rennes), sino que querían expresar, más claramente, la apertura esquemática de su música, fundiéndose en directo con Los Mariachis Luz de Luna. Desde Tucson (Arizona) a Barcelona, o mejor dicho, a La Paloma, hay mucha distancia en kilómetros. Pero tras lo comprobado en la entrevista y en concierto, parece como si Calexico fuesen emigrantes barceloneses de la época en la que en “España no se ponía nunca el sol”, y los Mariachis, la banda sonora de protesta festiva contra la dureza de aquél mundo. Conversamos con John Convertino, batería de Calexico:
¿Cuál es el sentido del título “A Feast of Wire”?
Es un juego de palabras, cuya interpretación es libre, abierta. Hemos buscado un título menos auto-explicativo, que no remita a términos específicos, como en nuestro disco anterior “Hot rail”. Aquel título alude al imaginario de los obreros cuando comentan su obediencia al dirigirse en tren a las minas y bajan de él como si fuera una orden. “A Feast of Wire” tiene un signo más abierto, esta conectado con la idea estética de la banda, conectado con los instrumentos, con la gente que nos rodea, con los vecinos. Conectado como la aguja del tocadiscos al vinilo. Este es el sentido: huir de la virtualidad del láser cuando lee el CD.
¿Y qué hay de tu background personal, como músico? Fuiste ingeniero de sonido de Miles Davis en “Music from Siesta”, uno de los últimos discos del maestro?
No ése John Convertino no soy yo. Qué casualidad, nos llamamos igual. El que fue ingeniero de Miles no soy yo… qué casualidad… es curioso porque este disco (se lo enseñamos) esta dedicado a Gil Evans, uno de mis jazzman favoritos. Yo también adoro a Gil Evans. Convertino es un apellido que proviene del sur de Italia. Mi padre era músico y a la edad de nueve años yo ya empecé a tocar el piano. Cosas muy básicas, pero música al fin y al cabo. Así es como empecé y supongo que al ser de origen europeo, mi background personal bebía de diferentes cosas.
¿Se puede considerar, pues, que la idea original del “melting pot” americano esta asimilada naturalmente en Calexico?
Si, pero el sentido de original es difuso en América. En doscientos años han surgido músicos de blues, de jazz, de ritmos africanos, de country. Todos estos estilos mezclados, provenientes de otras partes del mundo han confluido en los Estados Unidos. No sé si nos influencia algo en concreto.
¿Pero seguís una suerte tradición americana?
En anteriores discos sí que buscábamos esta conexión. Conectar con la música de gente como Gil Evans, por ponerte un ejemplo, conectarse con el jazz. Ahora tratamos de reunir a una serie de gente heterogénea y tocar juntos. Simplemente esto.
El jazz os gusta de todas formas
Si, demasiado incluso, hasta el punto de que mis hijas pequeñas escuchan jazz y no lo que escuchan lo que las niñas de su edad.
¿Cuales son vuestros músicos de jazz favoritos?
Art Blackey & The Jazz Messengers, son imprescindibles. El pianista de los Messengers era genial, pero no consigo recordar su nombre… Me gustan también Earl Hines, Duke Ellington, Miles Davis, por supuesto…
¿Siendo un enamorado del jazz, qué opinión te merece la música electrónica?
Pues también me gusta mucho. Hay una infinidad de sensaciones en ella. Es como esculpir sonido. En Calexico no la usamos mucho, pero nuestro ingeniero de sonido, Nick Lucka, es muy bueno esculpiendo música electrónica.
¿Algún artista específico, en este contexto?
Oval, sin duda. Este tipo consigue empujar el sonido hasta el límite de lo inimaginable.
Tocó en directo hace unos días en Barcelona, es como una performance de sonido.
Yo no le he visto nunca, pero me gustaría. Hay afición a la electrónica aquí?
Bueno gusta más la electrónica de baile, los DJ’s. Pero cada mes de junio, Barcelona acoge un gran festival, en el que se pueden ver, durante tres días, muchas cosas del estilo Oval, electrónica arriesgada.
Me atrae la idea de intentar llevar el feeling de la electrónica a lo orgánico, a través de la guitarra española o la trompeta.
June of 44 parecen conseguirlo, ¿cierto?
Si, es verdad. The Rachel’s, también lo conseguían. Me gustan estos dos grupos.
¿Cómo os influye la vida de Tucson?
Es una gran ciudad, con más de un millón de habitantes. Es muy espaciosa, y el desierto se palpa. Yo viví durante nueve años en Los Angeles. Tucson, en comparación con aquél estrés de ciudad, es la gloria. Soy muy feliz en Tucson. Hay más relación con la gente, con los vecinos, existen las ventajas de una gran ciudad. El sol, la temperatura, el viento, es muy bueno. Todo esto influye, sin duda, en nuestra música.
¿La vida allí tiene todavía alguna similitud con la que se refleja en las películas del oeste?
Si, con sus pistoleros y cowboys incluso (risas)… en cierto sentido Tucson sigue siendo una ciudad de frontera, con mucha gente transitando de un lado para otro. Hay muchos alemanes ahora mismo, aunque parezca mentira. Es una mezcla de gentes y de culturas muy propia de las ciudades de fronteras que reflejaban las películas del oeste, ésas ciudades situadas en los límites de todo. Tucson es muy mexicano, se mire por dónde se mire. Perteneció a México, y en muchos sentidos sigue siendo una ciudad mexicana e hispana. El desierto que la rodea esta muy bien conservado. Los monumentos naturales del desierto están muy cerca de la ciudad y eso es una suerte.
¿Hay algún western que sea particularmente atractivo para vosotros?
“Sin Perdón” (Unforgiven) de Clint Eastwood es de las mejores que se han hecho, sin duda. Su atmósfera es irrepetible.
¿En cuanto al country, quisiéramos saber cuales son vuestros referentes?
El country, a mi modo de ver, es una luz que refleja las vivencias de los tiempos del western. Mis referentes en esta música son Willie Nelson, Jimmy Rodgers, Patsy Cline, entre otros, y me gusta el country contemporáneo de Gram Parsons de los Flying Burrito Brothers.
Y esto que suena en el hilo musical, ¿qué es?
(Tras preguntarlo a un compañero, Convertino atina). Es el guitarrista Robert Johnson, es delta blues music, música de los años ‘30. Jelly Roll Morton era excelente también, muy muy bueno; era un pianista de new orleans jazz, de los de la primera época (murió en 1941). Ahora me acuerdo del pianista de los Messengers: su nombre era Walter Bishop Junior. Un tipo genial.
¿Qué es lo que más motiva al tocar en directo, al menos desde tu visión de batería?
Siendo batería, me gusta controlar la suavidad de la música, ser directo. A veces, esto no es posible porque la gente habla demasiado, sin prestar atención a la música. Depende de la atmósfera del club y lo ideal es el sosiego. En este creo que superaremos la media de nuestros conciertos, porque la decoración es acogedora, y el ambiente será acogedor, seguro. Me recuerda a un par de sitios en los que hemos tocado: el Great American Music-Hall de San Francisco, y un club que hay en Amsterdam, que es un poco más grande que La Paloma. No me importa cuanta gente haya, sólo me importa el sosiego. La presencia de Los Mariachis Luz de Luna hará de este concierto algo especial seguro. Ellos son de Tucson, también.
Por último, una curiosidad: ¿la cantante que aparece en “Scraping”, vuestro disco en directo, es Marianne Dissard?
Si, en efecto. Marianne, que es francesa, nos acompañó durante algunos conciertos de la última gira que hicimos como Calexico. Es la cantante de ABBC, grupo en el que estamos Joey y yo, también.