Carcass + Brujeria + Rotten Sound (La Riviera) Madrid 29/01/25
Conocí a Carcass por la revista Factory (Rockdelux) en un recopilatorio de Ear Ache Records, la mítica disquera británica. El caso es que pocas veces había oído algo similar, si obviamos a Napalm Death. No era cuestión de perderse su regreso a nuestros escenarios.
Otros dos veteranos de los sonidos extremos unían sus fuerzas en esta gira propiciada por Madness Live. Cada banda en su estilo, aunque con nexos comunes y – a su manera – pioneros, cada cual en lo suyo.
Estaba claro que Carcass y Brujería eran los protagonistas de la noche, pero no era cuestión de perderse a los veteranos fineses Rotten Sound, que se encargaban de la siempre difícil misión de tocar los primeros en un escenario.
Minutos antes el grandullón de Keijo Niinimaa, vocalista y frontman de Rotten Sound había estado charlando amigablemente con fans y con gente que le reconoció de la primera visita a Madrid hace años. Cero sorpresas en el bolo de los del norte, grindcore brutal a la velocidad de la luz, sin paradas y ejecutado de manera perfecta.
El cuarteto se despachó con pildorazos como: “Targets”, “Burden”, o “Revenge”.
En definitiva, un trallazo corto, como mandan los cánones del grindcore y si me apuras del rockandroll puro. Alguna queja se escuchó acerca de la corta duración del set, yo me pregunto: ¿qué querréis para un concierto de grindcore? en una música en la que un concierto de media hora ya es rock progresivo.
Había expectación por ver y escuchar como resolvían Brujería la ausencia de dos elementos fundamentales de la banda. Hablo, claro, de Juan Brujo y Pinche Peach, fallecidos ambos el año pasado. De hecho, todo el mundo pensó, incluido yo, que la banda se disolvería tras la partida de los dos, sin embargo: Brujería contratacó indicando que tenían que seguir su legado.
Dicho y hecho. El ahora cuarteto se lanzó sobre las tablas de la Riviera con sus característicos pañuelos escondiendo sus rostros y con el sonido agresivo de siempre.
Sentimientos encontrados para el que esto suscribe. ¿Tiene sentido mantener a una banda en cuya formación ya no milita nadie de sus orígenes? Ni siquiera está ya Shane Embury al bajo, que ha preferido dar prioridad a Napalm Death.
Paradójicamente, Brujería con esta formación suena a los Brujería más clásicos, abandonando el componente más teatral y auto paródico de los últimos años.
La formación sigue siendo una apisonadora y clásicos como: “La Migra”, “Matando Güeros”, o “Colas de rata”, son infalibles. Sin embargo, la falta de los dos de los mencionados pilares fundamentales de Brujería se echa de menos, mucho, tal y como se encargó de recordar El Sangrón ahora vocalista único de la banda.
Para ir finalizando se oyó la voz enlatada de Jello Biafra – otro de los fundadores de la banda – y eso era señal inequívoca del comienzo de “Raza odiada (Pito Wilson)”, canción más en boga que nunca, para los hispanos en Estados Unidos.
¿Tiene sentido Brujería en 2025? Yo qué sé. Puede que ya sean prácticamente una franquicia, pero suenan como los mil demonios que siempre fueron.
En otros tiempos el escenario de La Riviera hubiera comenzado a oler a hierro oxidado, formol y muerte, porque Carcass habían aterrizado allí. Los años han pasado y lógicamente los británicos se han domesticado, bueno, todo lo que Carcass se pueden domesticar.
Comenzaba a iluminarse la lona que cubría toda la parte trasera del escenario, con toda la imaginería que ha acompañado a la formación; bisturís, pinzas, tijeras etc. y salían a escena los cuatro doctores del grind y death metal, siempre capitaneados por el incombustible Jeff Walker.
No hubo anestesia ni contemplaciones, lo que vivimos fue una buena disección de su carrera, en la que demostraron por qué fueron pioneros del grind y del death metal, aunque hoy día se hayan alejado bastante de sus orígenes.
“Buried Dreams” abrió el concierto con esa intro que es pura necromancia al estilo vocal de Jeff, para enlazar sin parada alguna con “Kelly’s Meat Emporium”, uno de los hits de Torn Arteries (Nuclear Blast 2021) en la que los riffs quirúrgicos de Bill Steer sonaron atronadores y precisos. A pesar de los años, la dupla Walter-Steer sigue funcionando como una maquinaria perfectamente engrasada.
Así, fueron sirviendo diferentes piezas/himnos de la era dorada de Necroticism (1991 Earache) y Heartwork (1993) «Incarnated Solvent Abuse» nos recordó lo que fue el puente entre sus comienzos más mugrientos hasta el death metal melódico y “No Love Lost” mantuvo ese pulso en forma de Groove demoledor tan particular.
“Tomorrow Belongs to Nobody” fue una de las más celebradas de la noche, con esas líneas de bajo imposibles, que Jeff es capaz de sacar aún con el mástil del instrumento apuntando al techo, mezclándose con “Keep on Rotting in the Free World», que nos trajo a los Carcass más “rockeros”, dejando patente la versatilidad de los de Liverpool.
Hubo reminiscencias y guiños a los fans de su primera etapa, con: “Genital Grinder”, “Exhume to Consume”, o “Ruptured in Purulence”, arrancando los pogos y conatos de moshing más intensos de la noche.
Carcass demostraron que siguen siendo los cirujanos mayores del metal extremo, combinando una amalgama de influencias y sonidos que pocas bandas del género logran hacer. Jeff Walker sigue siendo ese líder carismático con su humor ácido y su pose de “me la suda todo”, mientras que Bill Steer contrasta, dando el toque elegante en la guitarra y posando cuan estrella del rock glam de los setenta.
Carcass han regresado a decirnos que siguen vivos y que tocan más alto que nunca; operación quirúrgica saldada con éxito y con víctimas mortales; nuestros tímpanos. Diagnóstico: Exitus Letalis.
Fotos Carcass + Brujeria + Rotten Sound: Fernando del Río