Entrevista con Love Of Lesbian, que continúan con su gira
Hay decisiones en esta vida que tomarlas significa correr riegos. Saltos al vacío esperando que haya algo de agua para poder amortiguar el golpe o al menos una cuerda para asegurar la caída. Love of Lesbian se han convertido en verdaderos monitores de puenting. Su primer atrevimiento fue pasar del inglés al castellano. El último fue la publicación de V.E.H.N y su gira con más de 100 conciertos que concluirá en Madrid en el WiZink Center el 4 de noviembre del 2023. Entre ambas decisiones han pasado más de dos décadas, pero sigue habiendo la misma valentía. Una osadía marca de la casa que tan buenos resultados les ha traído a este cuarteto catalán.
Desde Muzikalia asistimos a la entrega del Disco de Oro realizada Warner Music por el éxito de Viaje Épico Hacia La Nada y charlamos con Santi Balmes, Julián Saldarriaga y Oriol Bonet sobre sus conciertos en Estados Unidos y México.
“Nosotros no somos de mirar desde la barrera, nos gusta saltar al ruedo e ir a por todas”.
Es un placer hablar con vosotros, enhorabuena por el éxito y por la gira al otro lado del Atlántico. Os han preguntado bastante por las sensaciones vividas en México, pero los conciertos en el Estado de Texas no salieron como los planeasteis. ¿Qué ocurrió?
Julián: Tenemos la suerte de vivir una realidad que ocupa las dos caras de la moneda. Por un lado, la del éxito, la de oro que brilla y deslumbra. También la otra, la del esfuerzo que supone convencer y poner las bases de un fundamento.
Nunca hemos tenido nada fácil, ni siquiera en nuestros inicios en España nuestra música fue un pelotazo. Somos un grupo que hemos visto cómo otros conjuntos de nuestra generación han estado por delante durante muchos años, tanto en festivales como en todos los lados. Poco a poco, nuestro nombre ha ido creciendo en los carteles.
Lo de EEUU no es algo que nos haya pillado de nuevas. Es una batalla muy difícil poder girar y triunfar allí. Hay que entender que no estás cantando en su idioma y que es una industria muy potente, mucho más cerrada.
Estamos todavía en proceso de aprendizaje, como nos ha pasado en otros países. Hay que entender cómo funciona la prensa allí, el público y los conciertos. Este tipo de reveses, como por ejemplo la cancelación del último concierto, no es algo nuevo en nuestra trayectoria, pero es algo que no queremos repetir demasiado.
En estos momentos tenemos que acertar los golpes que queremos dar en ese país. Ya no tenemos veinte años. Antes, cuando estábamos comenzando, podíamos hacer giras por Bilbao o Galicia y que vinieran 10 o 15 personas y volvíamos a nuestras casas con las risas, las bromas, los bocadillos y los tuppers, pero con 46 años hay que gestionar la energía y las derrotas.
Además, esta gira ha sido bastante larga, prácticamente un mes fuera de vuestras casas. ¿Cuál es el elemento más difícil a la hora de compaginar una vida diaria y un ciclo de conciertos tan duradero?
Julián: Nunca hemos tenido estridencias raras, nadie del grupo se ha vuelto loco comprando una finca, teniendo coches carísimos o cosas de este tipo. Lo más difícil de giras como está es el equilibrio mental.
Por ejemplo, en esta ocasión, veníamos de dar multitud de conciertos en México que fueron una pasada, que te inflan el ego y en los que consigues un reconocimiento brutal, tanto por parte del público como de la prensa. Veinte días cosechando éxitos y maravillas y, de repente, los últimos cinco suponen un revés. Es importante mantenerte fuerte mentalmente. Al fin y al cabo, nuestras familias están acostumbradas a que pasemos mucho tiempo fuera de nuestras casas.
Santi: Hay que tener en cuenta que nos cancelaron un concierto. Como decía Julián, no puedes ir a prueba y error. Para nosotros no ha sido tanto el tema puntual del directo, sino por qué ha sucedido esto. Tenemos que hacer algún tipo de autocrítica. ¿Por qué diablos hemos dejado que sucediera esto? Acabamos con la sensación de ese partido idiota que pierde el Madrid y que nadie se lo espera …
Aun así, esto también nos ha sucedido en España y nos lo hemos tomado de la misma manera: con sentido del humor, nos hemos reído como ratas.
Dallas fue el concierto que se suspendió y el de Austin el que se retrasó, ¿no?
Oriol: Sí. También hay que decir que invertir en un territorio nuevo como Estados Unidos también es una decisión muy valiente. Nos podríamos haber quedado tranquilamente en nuestra zona de confort, cosechando éxitos en México u otros países de América Latina, pero el runrún de la banda siempre ha sido seguir adelante. Nosotros no somos de mirar desde la barrera, nos gusta saltar al ruedo e ir a por todas.
Ya de por sí, entrar en la industria latinoamericana es bastante difícil. Vosotros no solo habéis llenado los recintos de las ciudades más grandes como CDMX o Guadalajara, sino también ciudades importantes de otros Estados como: Toluca, Querétaro, León o Puebla. Un acierto total.
Julián: Somos un grupo que cada uno tiene sus apartados muy bien fijados y todos somos bastante eficientes en nuestros trabajos y funciones. Desde un principio, teníamos claro que no podíamos funcionar bien solamente en las grandes ciudades, teníamos que hacer capitales de provincias para que el significado de esta banda funcionase.
En esta gira queríamos testear la magnitud y la fuerza de las canciones de Love of Lesbian más allá de la capital y es lo que ha ocurrido.
¿Más allá de los aforos completos, lo cual ya es un indicador estupendo, como hace Love Of Lesbian el testeo para saber si ha sido un concierto correcto?
Julián: Sensaciones. Por ejemplo, en esta gira nos habían avisado de que el público de León es más frío que en otras partes de México, que no nos llevamos una decepción si veíamos que no nos seguían mucho el juego. En cambio, cuando acabó el concierto y bajamos al camerino vimos un cariño y un calor increíble. Elementos así suponen verdaderos inputs y gracias a ellos puedes ver la magnitud real de la banda, lo que está ocurriendo realmente con la música de Love of Lesbian en ese país.
Hace apenas unos minutos os han entregado el disco de Oro por Viaje Épico Hacia La Nada. Además, gracias a este álbum habéis estado nominados a tres Latin Grammy. Aun así, lo más importante de este trabajo es que no tirasteis de estilo para crearlo, habéis intentado explorar y seguir creciendo como músicos. ¿Tenéis miedo en algún momento a perder la originalidad?
Julián: Claro, es una preocupación …
Santi: Es normal tener miedo. Cuando produces un disco siempre tienes la tentación de repetir un patrón que anteriormente te ha funcionado, tienes que luchar constantemente contra esa tentación terrenal, económica y estratégica. Aun así, cuando nos ponemos en peligro es cuando las cosas mejor nos han funcionado.
También es en ese momento cuando más dura puede ser la caída.
Julián: El equilibrio en todos los niveles es la gran virtud, no puedes decir que el oficio sea algo contradictorio a la espontaneidad. Es muy bonito tener oficio siempre que no pierda la espontaneidad y viceversa. Algo maravilloso sería convertirte en un artesano, cuando llegas a ese punto es cuando ya controlas la técnica. El equilibrio entre la continuidad, la espontaneidad y el oficio es lo ideal para cualquier músico. Cuanto ya llevas tanto tiempo como nosotros en los escenarios, después de haber trabajado tanto tiempo ya tienes un oficio, ya sabes lo que funciona desde la oficina, pero tienes que estar muy atento para no perder las otras variables porque si no el equilibrio se desmorona.
Santi: En Filmin hay un documental estupendo sobre Stanley Kubrick que trata muy bien este tema. Hay diferentes grabaciones de una entrevista que le realizó un periodista francés y Kubrick decía: Innovación sí, pero hasta cierto punto. Hubo un momento en el siglo XX que el arte se desvinculó por completo, al final por ser lo más moderno llegó a un punto de no retorno. Kubrick decía: Yo innovo a partir de la traducción clásica.
A mí, por ejemplo, me encanta la combinación que realiza este director desde una estética perfectamente clásica, muy fan de la armonía, de la proporción… y cómo, a partir de ahí, mete esa deriva humana que siempre hay en su obra.
Ha sido todo un placer tener esta charla. Por último, ¿qué significado tiene la música para vosotros?
Julián: No quiero ponerme ultra poético ni mandangas así, pero es muy difícil. Durante mi adolescencia, en el bachillerato, conocí a un amigo que tocaba la guitarra y ahí cambió todo. Yo ya había tocado la guitarra alguna vez cuando era pequeño, pero nunca me interesó demasiado la música, quizás por las canciones que me llegaban en aquel momento.
Fue en el instituto, cuando quedaba con este chico en el seminario de filosofía, cuando empecé a tocar y a conocer la música que me gustaba. Mis notas, por supuesto, bajaron en picado. La música empezó a ocupar demasiado espacio, no solo con respecto a la teoría o a la práctica, sino mentalmente, no pensaba en otra cosa. Ahí fue cuando tuve una conversación con mis padres, que fueron muy dialogantes conmigo, y les comenté que tenía un calambrazo.
La música para mí es eso, un calambrazo, como cuando alguien se queda pillado al tocar un cable pelado. Intentas despegarte, pero no puedes.
Escucha V.E.H.N. (Viaje Épico Hacia la Nada) de Love Of Lesbian
Foto: @ritapuigserra