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Entrevista a Doctor Explosión por ‘Superioridad Moral’

Jorge Muñoz-Cobo, la loca melena detrás de Doctor Explosión nos ha tenido huérfanos de sus maravillosos aquelarres garageros demasiado tiempo… Hasta ahora. Y no es solo que Doctor Explosión haya vuelto con ‘Superioridad Moral’, sino que además es su mejor disco desde aquel Vivir sin civilizar de hace ya treinta años, que se escribe pronto, al menos es el primer disco que me asaltó de ellos. Es cierto que Jorge no ha parado quieto y hemos podido disfrutar de su talento de forma indirecta, pero decididamente se le echaba de menos. Así que, ¿cómo no compartir un desayuno con él para ahondar en lo más granado de Superioridad Moral y repasar parte de los viajes que le han traído de nuevo hasta aquí?

«Creo que la clave de ‘Superioridad Moral’ es el “Paleto” porque la superioridad moral es un síntoma de la estupidez humana, por tanto nosotros metemos el dedo en la llaga y la señalamos, pero ojo, también somos víctimas de ella»

“No puedo decidir contra mi voluntad (…) Me muevo por mi grado de insatisfacción”, dices precisamente en “Insatisfacción”, tema que además abre ‘Superioridad Moral’, ¿es esta la clave del disco?

No, yo creo que la clave de ‘Superioridad Moral’ es el “Paleto” porque la superioridad moral es un síntoma de la estupidez humana, por tanto nosotros metemos el dedo en la llaga y la señalamos, pero ojo, también somos víctimas de ella, también yo estoy señalando mi propia estupidez y una canción como el “Paleto”, aunque es una versión reescribo todo el texto, y en el “Paleto” lo que intento contar o lanzar es una pregunta a la gente: ¿qué es ser un paleto, quién es un paleto y por qué? 

Lo que intento decir con esta canción es que en realidad el paleto es fruto de la ignorancia y todos somos ignorantes de algo, luego todos podemos ser ese paleto, nadie está a salvo, lo que pasa es que la superioridad moral lleva a pensar a la gente que se cree en posesión de la verdad que el paleto es el vecino, nadie se piensa que el paleto es uno mismo y de esto va un poco el disco, de esa idea y de hacer una mofa a la manera que hacían los cínicos, los cínicos de la escuela filosófica griega. El texto interior del disco es de Eduardo Infante, filósofo con varios libros publicados que para mi es un peso pesado actual de la filosofía y tiene un libro fabuloso titulado “No me Tapes el Sol”, donde habla de la escuela cínica de filosofía y donde hay un capítulo que compara a los cínicos con el punk del ’77. Cuando leí eso me voló la cabeza. Sin conocerle de nada, le contacté por Instagram y le dije “Tío, tienes que escribir el texto de mi nuevo disco”.

Bravo por el momentazo, lo de no me tapes el sol es lo que le dice Diógenes a quien le va a contratar como maestro, no recuerdo quién…

… Sí, a Alejandro Magno.

Sabía que era Magno pero no recordaba si era el brandy o el general macedonio.

(Risas) Y el cinismo tenía esa mofa hacia el poder, esa irreverencia y va un poco de esto, de arrogarnos por un momento la superioridad a nosotros y devolvérsela a ese público que ves ahí en la portada con sus camisetas sudadas, con nombres de bandas de rock que en el fondo representan para la gente encorbatada que ostenta los círculos del poder esa caterva de marginales antiestéticos que deben ser reconducidos por el recto camino de la moral, ya bien sea de un signo o de otro, y por eso yo creo que la gente está hasta los cojones, no quieren que le expliquen cómo tienen que vivir y lo que quieren es pasárselo bien. 

 

En “Paleto”, cuyo título original es “They Call me Country”, giras la letra pero conservas la idea musical, ¿qué te atraía de esta pieza?

De la letra original solo coincide la primera frase que dice lo mismo: “no me corto el pelo, me llaman paleto y tal”, pero el resto es distinta. Ahí Lee Hazlewood (autor de la canción) viene a hacer como una coña entre el mundo del country, ser una estrella del country y reírse un poco de eso, de todo lo que es ser en ese momento, año ’67 que sale ese single, ser una estrella del country, haciendo un paralelismo y una coña con el catetismo norteamericano, el disco entero es fabuloso y la canción está compuesta por Lee Hazlewood, pero el artista es Sanford Clark y sale él con una chaqueta vaquera y un pantalón vaquero blanco al lado de un cáctus gigante y ese disco que se titula igual, ’They Call me Country’ (1968), era rarísimo de encontrar, yo estuve buscándolo un montón de tiempo y valía doscientos dólares cuando aparecía una copia en eBay, pero hace dos años lo ha reeditado Numero Group y de repente lo podías encontrar en la fnac, me parecía surrealista

“They Call me Country” me ha parecido una canción perfecta ligada a esa línea de canciones sobre el éxito, ser una estrella y demás, como aquel “Drive my car” de The Beatles, salvando las distancias de estilo.

Total, a mi el country es un género que en mi experiencia en los Estados Unidos redescubrí, siempre me habían gustado Buck Owens y Jhonny Cash y tal, pero al pasar más tiempo allí y parar mucho por los bares de honky tonk donde la gente va a bailar y tocan bandas de country pues amplié. En Austin hay varios honky tonks, uno mítico que se llama el Broken Spoke que está en la zona sur, South Congresss es más al sur y ese lleva abierto desde los años ’30, ese es mítico, ahí tiene un pequeño museo donde está el sombrero de Ernest Tubb y de otras estrellas del country, y es un salón donde va la gente quizás más mayor, luego en el centro, la Calle 6 con Comal hay otro mítico que se llama The White Horse y a ese va la gente más joven, ahí se mezclan todos los mundos de la vanguardia, el indie rock, de la psicodelia, todos acaban ahí.

Y es que el country es un cruce de caminos ideal ya desde su origen.

Allí es su cultura popular, entonces quizás en Europa compartimentamos todo un poco más y decimos “bah, el country es para los rockeros y los indies van por otro lado” y allí no, allí está todo fusionado y no tienen tanto prejuicio con la música. Es muy curioso. Somos los europeos que lo analizamos todo de forma muy sesuda y lo compartimentamos o lo etiquetamos.

Análisis parálisis.

Exacto (risas).

“El día que David Bowie murió” destaca desde el título dentro de ‘Superioridad Moral’. Entre las influencias de Jorge Explosión ¿qué lugar ocupa David Bowie?

Pues ninguna, realmente, David Bowie nunca ha despertado en mi el interés suficiente como para que yo coleccione sus discos, sí que es cierto que le tengo cariño, me parece un gran artista, por supuesto en el rock es como un intocable, es icónico y es hasta blasfemo criticarle, por eso me ha divertido en algunas entrevistas decir que a mi David Bowie me la fuma y en el fondo estoy siendo sincero porque, quiero decir, quizás me gustan más sus canciones anteriores a que él fuese David Bowie, cuando él estaba en proyectos anteriores que eran cien por cien mod, pero luego como David Bowie en sí no… Sí que tengo el single de “Changes” y me encanta, para mi es una de mis canciones favoritas, por eso le hago ese tributo y me dio pena que se muriera, pero también utilicé el momento de su muerte justo cuando estaba escribiendo una canción o estaba a la caza de una canción y su fallecimiento se cruzó en mi camino, y entonces utilicé la muerte de Bowie para retratar un poco el drama ese que se monta en las redes sociales cada vez que se muere una estrella del rock y para desmitificar de alguna forma a las estrellas del rock. 

Que los fans de Bowie me perdonen porque realmente le tengo cariño y, vamos, ha sido desde el respeto, pero también dando un palo de esa forma ambigua que suelo dar yo los palos, que realmente no sabes en qué me estoy posicionando y yo tampoco lo sé, o sea, estoy simplemente contando una historia en la que de repente yo estoy al lado de Bowie en su cama cuando él se muere y le agarro la mano antes de que expire y tal porque quise enfatizar ese dramatismo al máximo, y luego también quise en la primera estrofa decir “ah, se ha muerto Bowie, estoy tomándome un arroz con bugre, me tomo el licor y como me da igual”.

También porque en ese momento quería retratar que hay mucha gente que vive ajena a los mitos y que lo que para una persona es un drama para otra es una cosa que pasa desapercibida, entonces quise un poco reflejar eso, que el mitómano cree que todo el mundo gira en torno a su mito, pero que hay muchísima gente que vive ajena a esos dramas y a esos mitos. 

Luego, curiosamente, me he interesado por discografía de Bowie que no conocía, también a raíz de haber trabajado en el clip de “Insatisfacción” con mi amigo Víctor Guillot que tiene un libro publicado sobre Bowie y él es un fanático de él, entonces a raíz de eso he ido descubriendo discos, he leído el libro de Víctor que se titula “Ceniza a las cenizas” y me ha encantado leerlo y ver todas sus tesis sobre la carrera de Bowie y, bueno, he ido descubriendo discos que están de puta madre, pero que hasta entonces para mi eran discos desconocidos.

De Bowie tenía más interés sobre él como David Jones y en sus temas antes de su primer disco en solitario.

 

En “La Polilla” cantas: “Y de todos los folclores solo hay uno que yo amo / y no es el rock anglosajón / es el folclore asturiano”. ¿Es posible que veamos a Jorge Explosión a dúo con Lorena Álvarez o Rodrigo Cuevas?

¿Por qué no? Yo no estoy cerrado a nada, mi familia materna es asturiana y mi tatarabuelo era Manuel Cogollo que está considerado el Stradivarius de la gaita asturiana, mejor fabricante de gaitas que ha habido en la historia de Asturias, entonces ahí quise romper una lanza por mis raíces en el mundo de la gaita y del folclore asturiano y reírme un poco de toda la música que en el fondo me influencia que es la música anglosajona, pero a mi me gusta, soy heredero también de la nueva ola española y de todas las bandas que surgieron a principios de los ochenta como Ilegales, Golpes Bajos, Pistones, Polansky y el Ardor, Las Vulpes, Derribos Arias… Y me gusta contar mis letras y cantarlas en castellano, si que es cierto que me ha llevado un tiempo el sentirme a gusto contando esas historias o me ha llevado un tiempo encontrar quién ser a la hora de contarlas o cómo estar más a gusto, pero en este disco estoy muy satisfecho con lo que ha salido y quería un poco, pues eso, reivindicar mi folclore, de dónde vengo y también en “La Polilla”, estoy en una ambigüedad donde parece que le doy un palo a Gijón y a Asturias porque hablo de que todos los funcionarios públicos son dogradictos, que probablemente lo sean…

…Pero no tiene porqué ceñirse solo a Gijón, probablemente podríamos decirlo de muchas otras.

No, a todas las ciudades de provincias, también me río un poco de la gentrificación, de que parece que si te quedas en una ciudad pequeña de provincias te apolillas, pero también lo digo como que a veces sí puede ser un poco cierto que tenemos esa sensación permanente de que todo pasa en la capital o en la gran ciudad y que en la pequeña ciudad no pasa y que te estás perdiendo algo, entonces estoy ahí como en esa ambigüedad pero porque me gusta dar todos los puntos de vista. 

‘Hablaban con Frases Hechas’ es vuestro anterior disco (2010), ¿por qué tanto espacio entre uno y otro?

Pues mira, el tiempo pasa volando, como no tengas la determinación de centrarte en un proyecto… Cuando estás al servicio de otros artistas como estoy yo en el estudio es muy fácil dejarse llevar por la rutina, yo estoy todo el tiempo haciendo discos pero para otros, entonces tienes que tomar la decisión: “aquí se para esto, voy a dejar de hacer discos para otros y voy a hacer lo mío”, porque es que si no tomas esa determinación pasan y pasan los años y haces lo de otros pero no haces lo tuyo. Entonces, yo me puse a tocar con una banda que se llama The Ripe, una banda de Texas, grabamos dos discos, me fui a Texas, a Austin, monté un estudio de grabación allí con Gian, el bajista del grupo, y entre 2013-2019 estuve haciendo eso, cruzando el charco, produje un disco para Micky, de Micky y Los Tonys que compusimos juntos y estuve componiendo canciones para otras personas, incluso había alguna canción del disco de Micky que iba a formar parte de este disco y al final se la di a él. A lo mejor vuelvo a retomarla y la hago desde un punto de vista más de mi estilo, de garaje, folk rock, creo que tiene una relectura en el mundo del garaje folk, pero sí, estaba liado haciendo otras cosas, pero también hay que descontar los dos años de pandemia obviamente, también hay que ver que hice las dos giras por latinoamérica de 2018 y 2019 que fueron un poco el motor que me impulsó a centrarme en este disco, el descubrir todo el público fantástico de latinoamérica que no conocía, nunca había estado en Chile, nunca había estado en Brasil que es un país que adoro, había estado en Tijuana pero no en el resto de México, no conocía Argentina que me la he pateado bastante, así que toda esa experiencia me hizo tomar la determinación de volver en serio con Doctor Explosión, luego también rescaté a los miembros originales de Doctor Explosión que son Las Monjitas del Fuzz…

Eran Las Munjitas del Fuzz, ¿no?

Es que primero fuimos Las Monjitas del Fuzz, luego Las Monjitas a secas y luego hemos vuelto como Las Munjitas del Fuzz y con ellas grabamos cuatro singles fabulosos que a mi me encantan por el hecho de haber vuelto a trabajar con Varo y con Félix que son mis amigos de toda la vida y es una pasada estar con ellos por ahí.

 

“Analizo con bisturí cada palabra, cada matiz (…) / tú me provocas acidez / alergia a tanta estupidez”, escribes en “Acidez”. ¿En el altar de estupideces cuál es la que más te subleva actualmente?

La que más me subleva es la superioridad moral y conozco gente que la ejerce con mucha soltura y que me revuelven las tripas, incluso dentro de mi propia familia y eso es lo que más me toca los cojones.

La familia, las comunidades de vecinos… Un reflejo perfecto y a escala de la sociedad global.

La gente que te viene a dar lecciones de la vida me toca los cojones mogollón, cuando sucede en tu propia familia más.

Te volveré a hacer la pregunta por Navidad que tendremos más argumentos y ejemplos.

¿”Vestir de Mujer” es autobiográfica?

Sí, cien por cien. Todas mis canciones son en parte autobiográficas, en “Vestir de Mujer” hay un pequeño tributo a la singularidad, a la gente que es diferente y lo expresa, que manifiesta su singularidad sea del signo que sea, también puede ser mi propia singularidad vistiendo botines de tacón cubano y un traje a lo Brian Jones y un pelucón en Gijón, en una ciudad de provincias donde la gente te puede señalar y decir “dónde vas así”, te pueden gritar “míralu, bah, payaso”, yo que sé, me habrán dicho de todo y entonces sacas pecho y te sientes cada vez más inadaptado porque al final es como un círculo vicioso que tú reivindicas más en tu forma estética al vestirte, y entonces para mí toda esa experiencia pues me hizo interesarme por círculos marginales donde a principios de los noventa esos clubes de travestismo eran a veces muy marginales, y empecé a parar por esos sitios y fascinado por personajes como Madame Dicarlo, La Pechines, que para mi eran auténticos héroes por tener la valentía de mostrar su singularidad sin ningún tapujo y sin ningún complejo, y me descolocaban y me alucinaban, pero también por otro lado yo empecé a vestir con faldas en los conciertos y una de mis parejas, años después, eso me lo criticaba y le parecía mal “¿no te das cuenta que haces el payaso vistiéndote así, no sé qué?” y entonces cuando fui a El Eros, el bar donde actuaba Madame Dicarlo, ya había cerrado hacía años, pero se volvió a abrir y Madame Dicarlo hizo una actuación, no sé si por motivo del día del orgullo gay o algo, yo fui entusiasmado a verle y llamé a mi ex pareja, entonces pareja mía, y le transmití el entusiasmo que yo estaba experimentando por vivir aquello y me cayó una bronca terrible en plan “Qué haces ahí, no sé qué” y ante esa incomprensión también me partió el corazón, y yo esta canción se la he escrito un poco también a mi ex pareja porque sentí esa incomprensión que era descorazonadora y por eso tiene esa nostalgia de corazón roto la canción, porque a mi me hubiera gustado que esa relación hubiera funcionado y nunca pudo funcionar porque esa persona no aceptaba mis extravagancias, o lo que para ella eran extravagancias.

 

El humor está entrelazado en toda la discografía de Doctor Explosión, ¿qué tiene que no tenga el existencialismo, el empirismo o el prêt-à-porter, por ejemplo?

El humor lo que tiene es un punto de vista muy inteligente sobre la propia estupidez y sobre cómo reírse de uno mismo también, y quizás todas las teorías filosóficas o todos los movimientos culturales parten de un tomarse muy en serio a sí mismo y quizás el humor no respeta nada, y en ese no respetar nada y reírse de todo pues quizás sea una antítesis a tomarse en serio las cosas, pero necesaria a la vez. Necesaria porque es un poner en tela de juicio todo y cuando alguien expone una teoría, cual sea, o un movimiento artístico, un manifiesto cultural o político partes de tomarte muy en serio lo que estás diciendo y el sentido del humor no se toma en serio nada, pone en tela de juicio todo.

¿El humor puede ser entonces a la sociedad en general y a cada una en particular lo que la duda a la filosofía?

Totalmente, hay que partir de la duda, hay que estar siempre dudando. 

Tampoco busco el humor por el humor, busco contar historias que para mi tengan verdad y contarlas de una forma que logre sorprenderme a mi mismo porque en esa sorpresa nacen cosas interesantes a la hora de interpretar luego las canciones adquiriendo giros inesperados. 

Intento salirme de historias manidas que ya tratan todas las canciones, de amores resentidos y de otro tipo de historias, intento buscar ángulos en las historias que no estén trillados, creo que el propio punto de vista tan personal es el que las puede hacer únicas porque nadie más que uno mismo tiene esos puntos de vista. 

De ahí aquel disco vuestro titulado ‘Hablaban con frases hechas’ (2010).

Exactamente.

 

Las influencias rock y foráneas de largo recorrido en Doctor Explosión están claras, pero de otros estilos no tanto, además de los nuevos descubrimientos hechos a partir de tu vida en Austin…

Sabes lo que pasa, el haber estado sometido durante tantos años en Austin a tanta banda acojonante, a tanta eclosión de grupos que me han volado la cabeza, te lleva a que cuando tu haces las canciones, inconscientemente, el formar parte de esa escena donde hay tanto talento y donde el nivel es tan fuerte, te hace pensar que toda esa gente va a oír ese disco y entonces te hace un poco querer equipararte a los mejores y hacer un disco que a ellos les pueda sorprender. Y en ese sentido toda mi experiencia creo que se ha visto de alguna forma afectada porque mi disco va dirigido a todas esas bandas que yo admiro y he dado con muchas, he comprado muchísimos discos en Austin pero luego a veces escucho bandas en Spotify en mis viajes de ida y vuelta a Madrid en autobús, escucho cosas como Calamaro o como Manolo García o Burt Bacharach o no sé, Caetano Veloso me alucina, es mi cantante favorito, todos sus discos además, es que no hay desperdicio, descubrí hace poco uno que se llama ‘Livro’ como del año ’97 o por ahí, buenísimo, pero sus últimos discos son buenísimos también.

Y de bandas que he descubierto allí, The Black Angels donde toca la guitarra mi amigo Jake García, que tocamos juntos en The Ripe y ahí ya tengo una amistad personal con ellos, hasta una banda de Austin brutal que se llama A Giant Dog que es un grupazo o Sweet Spirit, otros que se llaman Je Texas, donde toca mi amigo Gian Ortiz… Hay cantidad de buenos grupos por allí.

Salvo la versión de New Order, “Blue Monday”, incluida en ‘Hablaban con frases hechas’ (2010), todas las canciones ya eran en español tal y como sucede ahora con ‘Superioridad Moral’ ¿es la línea a seguir?

Sí, cada vez me interesa menos escribir en otro idioma que no sea el mío, aunque hace poco, estoy muy descontento con el disco del ‘¡¡Chupa aquí!!’ (2008) que ese era casi todo en inglés, no me gustó cómo canté esas canciones y no me gustó cómo lo mezclé, entonces durante la pandemia para no aburrirme agarré algunas de esas canciones y las he vuelto a cantar y remezclar y tengo la intención de volverlo a sacar cuando esté terminado como tendría que haber sido, hay alguna que ha quedado muy chula, pero lo hago porque digo ahora que lo sé hacer mejor lo voy a hacer mejor, no porque tenga interés en cantar en inglés, tengo más interés en cantar en castellano, por eso también en la canción de “La Polilla” digo lo que me preguntabas antes: “Y de todos los folclores solo hay uno que yo amo / y no es el rock anglosajón / es el folclore asturiano”, lo digo así porque no tengo interés en cantar en inglés.

Escucha ‘Superioridad Moral’ de Doctor Explosión

Foto Doctor Explosión: Sergio Albert

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