Entrevista: Tulsa
«Cuanta más verdad contenga un disco, más probabilidades hay de que conecte emocionalmente con alguien»
Miren Iza ha publicado este año su tercer disco al frente de su proyecto como Tulsa. “La Calma Chicha” (Gran Derby, 15) presenta una mezcla de ambición y talento que se antoja determinante a la hora de destacar definitivamente dentro de la escena nacional.
La artista estará actuando en el festival Alta Fidelidad de Madrid (con entrada gratuita) el próximo 30 de diciembre, así como en Bilbao y Segovia los días 15 y 16 de enero respectivamente. Una excusa que aprovechamos para hacer efectiva la siguiente entrevista que puedes leer de manera íntegra.
¿Cuáles son, en tu opinión, las principales diferencias entre “Sólo me has rozado” (2007), “Espera la pálida” (2009) y “La Calma Chicha” (2015)?
En “Sólo me has rozado” era inconsciente, en “Espera la pálida” estaba bastante triste; y “La Calma Chicha” ha sido como volver a la época en la que empecé a tocar, las reuniones, la planificación… ese espíritu de urgencia, excitación, novedad de los primeros tiempos de cualquier tarea. Voy a intentar invocarlo en cada cosa que haga a partir de ahora.
Tengo la sensación de que con este disco has dado un paso al frente, alcanzando cotas inéditas hasta ese momento en tu obra ¿Lo percibes de igual manera? ¿Qué ha motivado que este disco sea como es y por qué en este momento?
La forma de grabarlo ha sido completamente nueva para mi, canción por canción, sin límite temporal y con Charlie y Carasueño, los tres muy concentrados eligiendo cada detalle de cada capa que se iba añadiendo, como en un trabajo de orfebrería… También el hecho de que transcurriera cerca de un mes entre una sesión y la siguiente por momentos me desesperaba, pero creo que ha favorecido a este disco porque te hacía repensar lo que habías hecho y lo que harías después.
Siguiendo un poco con lo anterior, en esta entrega percibo también mayor ambición creativa… ¿Dirías que este disco es más valiente y agresivo que los anteriores?
Agresivo no, desde luego, sí más libre y desacomplejado. A medida que creces te vas quitando algunos miedos y la dinámica de este disco ha sido esencialmente lúdica.
“La Calma Chicha” (2015) es un disco profundo que resulta capaz de desarmar al oyente ¿Qué crees que debe de tener una obra para que produzca ese efecto en el receptor?
Supongo que cuanta más verdad contenga más probabilidades hay de que conecte emocionalmente con alguien.
Precisamente el disco va sobre emociones, pero además añade detalles técnicos y tecnológicos a la ecuación ¿Qué motivó esa decisión de introducir elementos hasta entonces poco habituales en tus canciones?
Llevaba ya tiempo enredando, mezclando el sonido de la acústica con los sintetizadores. Primero pedí a Abel Hernández (El Hijo) que pervirtiera con estos sonidos las tres canciones que conforman Ignonauta, y un poco más tarde hice una gira en EEUU con Olivier Arson, añadiendo bases electrónicas a canciones mías viejas de los dos discos anteriores. Me entusiasmó, me empecé a divertir mucho y era natural que este disco lo llevara a esos terrenos para de alguna manera seguir con la exploración.
Pero ante todo en el álbum destaca tu interpretación vocal, tan lánguida como preciosista, tan realista como contagiosa, impulsando a una serie de textos en los que encontrar reflejo… ¿Cómo crees que llegas a conseguir ese efecto? A la hora de componer e interpretar… ¿Es una prioridad despertar algo en el interior del oyente?
No, esa no es la prioridad… esa es una consecuencia que no está en mi mano. Para mi el fin último es la canción y dentro de la canción cada palabra y cada verso que cuelgan de una melodía; ese conjunto me tiene que despertar algo a mí, si no es así lo descarto. Tardo mucho en enseñar las canciones a cualquier persona, antes de eso pasan un millón de exámenes y revisiones, también porque me da vergüenza y tiene que pasar un tiempo de separación y distanciamiento de identidad de lo que he hecho.
Lo que está claro es que tus discos son un despliegue de sentimientos… ¿Cómo consigues abrirte en las canciones? ¿Cuánto de autobiográfico tiene tu obra?
Pues yo diría que todo: trabajo con cosas muy personales. Aunque muchas veces ese material lo constituyen una película o un amigo, todo está dentro en una suerte de círculos concéntricos, algunos están pegados al núcleo y otros un poco más lejos.
En realidad han pasado ya unos meses desde la publicación del disco ¿Cómo percibes con la perspectiva que da el paso del tiempo el álbum ahora? ¿Cambiarías algo?
Lo he oído solo un par de veces desde que salió, pienso que ahora lo haría de otra manera, cosa que es buena señal porque supone un motor para el siguiente. Sin ese rechazo creo que me quedaría atascada en la calma y el cuerpo pide ya un poco de guerra.
¿Qué tal ha funcionado el álbum? ¿Cuáles eran las perspectivas previas que tenías justo antes de lanzar el disco y en qué medida dirías que se han cumplido?
Creo que ha funcionado razonablemente bien, y la respuesta de la gente ha sido muy amorosa. Hemos vendido las copias que hoy en día se pueden vender y nos ha permitido hacer una gira y volver al ruedo.
¿Cómo han sido esas presentaciones en directo de las nuevas canciones?
El directo me ha agotado bastante, la verdad. Los músicos que me han acompañado, desgraciadamente para mí y afortunadamente para ellos, tienen agendas diabólicas y he tenido que cambiar demasiadas veces de batería o de teclista. Eso conlleva ensayos extras y más dificultad en la comunicación y la logística, y claro, más cansancio. Me da miedo que esa vida posterior del directo que tienen los discos, que indudablemente influye en el siguiente y en el curso natural de las cosas, se haya contaminado o pervertido o abortado de alguna manera. Soy consciente de que hay que sacudirse ese cansancio y pensar en cómo hacer las cosas de una manera más amable y fácil en el futuro, pero a veces la tentación de dejar de girar y dedicarse solo a grabar en casa mientras tomas té y acaricias al gato es difícil de resistir.
Ya están apareciendo las listas con lo mejor del año en los diferentes medios ¿Tiendes a entrar a ver este tipo de selecciones para comprobar si tú disco aparece entre los elegidos o pasas un poco de estas cosas?
Me hace ilusión estar en las listas, pero son meras opiniones y no me afecta para bien ni para mal. Yo las consulto sobre todo para descubrir grupos o discos que no conozco, que se me han pasado a lo largo del año.
Se acaba el año y es tiempo de hacer propósitos y planes futuros… ¿Cuáles serán los próximos pasos en la carrera de Tulsa?
Me encantaría grabar en 2016 pero no sé si tendré todo el material listo, entre que soy lenta y que tengo demasiadas cosas en la cabeza…
Muchas gracias de nuevo.
Un placer Raúl, y gracias a ti.