Entrevistamos a Chico Lapido (El Hijo Ingobernable)
La veteranía no es solo un grado sino casi una necesidad para esto de pensar, grabar, arreglar y producir canciones que de otro modo caerían en manos indeseadas. La experiencia se convierte en imprescindible para no dejarse arrastrar por la desesperación de ver cómo esos temas solo llegan a oídos de un grupo reducidísimo de seres humanos que entienden que para ser alternativo, o independiente, que viene a ser lo mismo cuando en realidad no es igual, solo hace falta trabajo y dedicación. De tiempo precisamente no anda sobrado Víctor García Lapido (Chico Lapido), conocido básicamente por haber secundado la guitarra maestra de su hermano en la última etapa de 091 y por haber sido partícipe de algunos de los grandes proyectos surgidos de Granada ahora y siempre. Pese a ello, encontró un hueco en su agenda para responder a nuestras preguntas sobre el inmaculado trabajo en solitario que acaba de sacar a la luz bajo el alias de El Hijo Ingobernable. Folk contemporáneo bajo el manto de un clasicismo común en su forma de entender la música y una actitud tenaz ante las constantes amenazas de una industria en la que no parece creer demasiado. Hay mucho de que hablar a propósito de estas canciones y del concierto que lo trae a Córdoba, de la mano de unas almas inquietas agrupadas bajo el nombre de El Colectivo, otros pirados maravillosos llenos de fe en las posibilidades del arte, musical para ser exactos.
«Por independencia, soy más indie que el indie más indie. No tengo ni distribuidora, ni manager, ni chófer»
Si pensamos en el tiempo que llevas en esto, las canciones de ‘De Mis Soledades Vengo’ deben datar de tiempo inmemorial, pero igual han sido cocinadas hace bien poco. ¿Tanto tiempo siendo parte integrante de diversas bandas no han permitido hasta ahora que estos temas vean la luz?
Hay de todo, algunas tienen años y otras las compuse mientras grababa el disco. La verdad es que desde que empecé a tocar he ido encadenando un proyecto con otro. Primero fueron Los Ruidos, luego 091, Sugarfish, la primera gira de José Ignacio Lapido, después Lagartija Nick con los que grabé tres LPs, hice la gira mundial del aniversario del Omega con Enrique Morente, el Multiverso de Antonio Arias, una gira en Alemania con el cantante canadiense Matt Epp, la primera gira de Soleá Morente, Grupo de Expertos Solynieve y qué decir de la gira de “Maniobra de Resurrección” de 091. No he tenido tiempo para mucho más.
Supongo que a una persona tan famosa en la escena granadina no le sería difícil encontrar la ayuda de músicos con los que grabar.
He sido meticuloso a la hora de elegir los músicos, hice una especie de casting con las bandas que venían a tocar al Ruido Rosa. Quería a los mejores y tengo a los mejores, los encontré en mi propia casa.
Sorprende que solo sean seis los temas que compongan este trabajo. ¿No han salido más o había que darle unidad de alguna manera al proyecto?
Tenía seis temas, los grabé y los edité. Creo que si le das más tiempo del necesario a las grabaciones pierden algo por el camino.
Referencias poéticas en la nomenclatura: El título del disco viene de un poema de Lope de Vega y el pseudónimo de una canción del nunca bien ponderado Rafael Berrio.
Rafa Berrio es un referente para mí, creo que es uno de los mejores compositores de este país. Lope de Vega también (risas).
¿Qué o quiénes te han inspirado para grabar estas canciones, por cierto mucho más acústicas y alejadas de la fuerza guitarrera de tus otros proyectos?
Hay de todo. Están John Fahey, Big Star, Fairport Convention, T. Bone Burnett, The Byrds, Elliot Smith, Grizzly Bear, Gillian Welch y David Rawlings…
Transmiten una atmósfera muy reposada, muy inspirada por el folk de procedencia británica sobre todo.
Empecé a trabajar con la guitarra acústica, me especialicé en la técnica fingerpicking, que no es otra cosa que hacer bajos y melodías al mismo tiempo, así me fueron surgiendo las canciones.
¿Buscabas eso, la inmediatez y la búsqueda de la esencia por encima de los arreglos?
Si, buscaba la inmediatez, pero los arreglos han sido muy cuidados.
Hay hasta un homenaje a las películas de John Ford, uno de los grandes genios del cine.
Sí, cuando compuse “Para John Ford” me imaginaba los paisajes que mostraba en sus películas y las bandas sonoras que utilizaba.
A tu hermano José Ignacio se le nota, y lo ha reconocido en alguna entrevista, que la inolvidable maniobra de resurrección de 091 marcó en cierta forma la conclusión de algunas canciones de su último disco en solitario. Sin embargo, hay poco de la banda en estas que has escrito.
El Hijo Ingobernable y 091 son como el agua y el aceite, no se mezclan.
No, no voy a preguntarte por la (parece que) inminente vuelta de 091, pero ya era hora de que se os hiciera justicia con el brutal recibimiento de la citada gira. ¿Crees que se fue injusto con vosotros en su día?
No creo en el triunfo como un fin, creo en la música como un medio, una forma de arte.
Tú mismo has explicado la multitud de proyectos y giras en los que has participado. ¿Cómo se compaginan, o se multiplican, tantos frentes?
Con mucha dedicación y buena coordinación entre mánagers.
El disco lo editas bajo tu propio sello Ruido Rosa Records. ¿Por comodidad o por desconfianza hacia el trabajo de las discográficas actuales?
Pues por independencia, soy más indie que el indie más indie. No tengo ni distribuidora, ni mánager, ni chófer.
Para un trabajo aparentemente tan austero como este, aunque hay arreglos de cuerda que no pasan desapercibidos, ¿cómo estás planteando las presentaciones en directo?
Empezamos tocando nueve músicos, pero actualmente vamos seis, es imposible movilizar a tanta gente, necesitaría un minibús para salir fuera de Granada. Hemos adaptado el directo a la esencia de las canciones y funcionan perfectamente.
Vienes a Córdoba de la mano de nuestros amigos de El Colectivo, gente inquieta donde las haya que por lo que sabemos tenían muchas ganas de contar contigo en cuanto cuadrasen las agendas. ¿Cómo ha sido tu relación con ellos?
Soy amigo de Miguel de El Colectivo desde hace muchos años, él vivió en Granada durante veinte años y ambos teníamos locales de música, él tenía La Percha y yo el Ruido Rosa. Me llamó para tocar en Córdoba y acepté encantado.
Estupenda e interesante entrevista del gran J.J. Caballero a El Hijo Ingobernable (Chico Lapido), el cual se ha sacado de la chistera un disco realmente sensacional de folk sofisticado, donde los 6 temas cogen varios grados de relación profundidad/calidad. Felicidades por tan prodigioso LP. Saludos.