Everything Everything – A Fever Dream (Sony Music)
Con un primer disco que proponía bailes rápidos entre complejas letras de protesta política, social y medioambiental; un segundo LP post-apocalíptico; y un tercer largo en el que los de Manchester prestaron su hombro para todos los que presenciaron con horror e incredulidad las violentas ejecuciones que circularon por Internet como propaganda terrorista, Everything Everything vuelve con un CD nuevamente distópico que les coloca primeros en la lista de herederos de Radiohead.
A Fever Dream es una ramificación de su anterior trabajo, el imponente Get to Heaven, algo que se puede apreciar en “Night Of The Long Knives”, tema similar a Fortune 500 con unas guitarras y sintetizadores que emulan las sirenas de un bombardeo inminente en el estribillo, y en las poderosas “Can’t Do” y “Desire”, dos singles con carácter con las que el cuarteto inglés vuelve a pisar fuerte con pretensiones de ofrecer una gira tan potente como la que ofrecieron en la Joy Eslava de Madrid el año pasado.
Es un LP especialmente guitarrero, con unas cuerdas robustas de math-rock y progresivo en “Big Game” y “Run the Numbers” pero con una calidez que se aprecia en “Put Me Together” y “White Whale”. Su discurso tampoco tiene pelos en la lengua, tachando a Donald Trump de niño grande acomplejado en canciones como “Good Shoot, Good Soldier”, con un lenguaje infantil que han querido utilizar a propósito para sus letras como reflejo de la forma de expresarse que tienen los políticos hoy en día. “Odio a mis vecinos, ellos a mí también”, canta Jonathan Higgs en “A Fever Dream”, posiblemente lamentándose del Brexit y otras propuestas políticas que están dividiendo a la sociedad mundial.
Si algún día nos falta Radiohead, nos quedará una banda que trabaja su sonido con influencias muy crudas como las que ellos mismos citan como inspiración para este A Fever Dream, entre las cuales figuran propuestas tan caseras y oscuras que parecen la letra pequeña del Sónar con nombres como Mr. Fingers, Ueno Masaaki, Plaid, Telefon Tel Aviv, Little T, Smerz y Donnacha Costello.
“Ivory Tower” es un ejemplo de ese golpe a lo Paranoid Android que pegan sus discos en cualquier momento del minutaje, con Higgs forzando su falsete en una turbina sonora que nos deja con el drama profundo de “New Deep” y la misa post apocalíptica del último track para cerrar un disco notable, serio, firme, sombrío y ligeramente esperanzador que nada tiene que envidiar a los últimos trabajos de FOALS, banda a la que cada vez imitan más de forma inconsciente y de la que probablemente serán teloneros injustamente durante toda su carrera.