Festival Cruïlla – Parc del Fòrum (Barcelona)
La quinta edición del Festival Cruïlla ha supuesto otro paso adelante hacia la consolidación de este evento como la tercera gran cita musical de la ciudad de Barcelona tras el Sónar y el Primavera Sound. La organización ha estado a un gran nivel y sin problemas destacables, la oferta musical amplia y de notable calidad y una asistencia de público que especialmente el sábado alcanzó el aforo previsto en las expectativas más optimistas.
Cabe destacar el aumento de público foráneo que empieza a situar el festival en sus agendas musicales de verano y la transversalidad de los asistentes, tanto en relación a sus gustos musicales como por una franja de edad de los asistentes que abarca desde el público casi adolescente, pasando por familias que pasan el fin de semana hasta llegar a los aficionados más exigentes y veteranos.
Julieta Venegas:
Julieta Venegas actuó a media tarde del viernes ante un aforo todavía escaso pero ansioso ante su concierto. La mexicana ofreció un setlist que abarcaban muchos de sus discos incluyendo algunos de sus éxitos más conocidos como “Me Voy”, “Limón y Sal” o “Andar Conmigo” y también encontró tiempo para interpretar “Sin Documentos” de Los Rodríguez. Abandonó influencias rancheras y se decantó por un pop muy dulzón que aún así acompañó bien la tarde. Se la vio tocando la guitarra, el acordeón y sentada al piano; también estuvo dicharachera y locuaz en una actuación sencilla aunque cercana e íntima.
Iggy & The Stooges:
El plato fuerte del festival se sirvió muy pronto ya el primer dia. Todavía clareaba cuando la Iguana saltó al escenario y empezó a montar su show que no por previsible deja de sorprender y enganchar. De inicio salió con dos himnos clásicos como “Raw Power” y “Search and Destroy” que pusieron el concierto a velocidad de crucero y a los vasos de cerveza a surcar los cielos. Seguramente una sabia elección empezar todavía fresco de esta manera ya que a lo largo del concierto íbamos comprobando como Iggy se iba derritiendo poco a poco con el calor de la noche y por los esfuerzos de su actuación. Es de agradecer que nunca se dejó por gastar una sola gota de sudor aunque como cuando se lanzó a un imprudente crowd surfing su cara reflejaba un dolor casi existencial. A medias fueron cayendo “Louie, Louie”, “No Fun”, “I Dont Wanna Be Your Dog” sin apenas dejar pausa entre canción y canción. La actuación llegó a duras penas a la hora pero ya por mera mitomanía como por sincero agradecimiento ante una actuación llevada al extremo de las fuerzas de la banda, la mayor parte del público disfrutó sinceramente rindiendo pleitesía al gran padrino del punk.
Gogol Bordello:
El gipsy punk del grupo de Eugene Hütz fue uno de los momentos grandes del festival. Para los neófitos se hizo evidente que la experiencia de Gogol Bordello debe vivirse en sus conciertos. Sus discos apenas dejan sentir la manera que esta banda entiende su música y sobretodo la forma en que nos la quieren entregar. Esta vez una hora y media de una actuación volcánica que no dio tregua en ningún instante y que logró conectar de una manera muy cercana con el público. Eugene Hütz como frontman es impagable, él solo ya se bastaría para llevar el peso del concierto, pero los restantes miembros de la banda no se limitan a un discreto segundo plano y suman un espectáculo coral de primer orden.
Linton Kwesi Johnson:
Linton Kwesi Johnson era uno de los platos más exquisitos del menú del Cruïlla. Leyenda del dub poetry, sus primeros discos datados de finales de los setenta e inspirados en los incidentes raciales del Londres de la época son obras maestras de orfebrería que navegan entre el reggae y el spoken word. Como él mismo se encargó de señalar no se había acercado por Barcelona en seis años. Entremedio ha sufrido graves problemas de salud pero afortunadamente se le vio recuperado y en forma. De sólidos principios activistas, no cejó de reivindicar que lo que escribió hace más de treinta años sigue vigente aún cuando los nombres sean diferentes. Vino acompañado de una banda de ocho músicos que se encargaba de la melodía mientras KWJ rimaba sus versos. Concierto muy disfrutable desde diferentes acercamientos, resultó agradable comprobar que uno de los conciertos más diferentes generó tanta atención entre el público; así como la euforia que se desató al oírse los primeros versos de “Forces of Victory”.
Za!:
Solapándose con KLW, afortunadamente la duración de los conciertos del Cruïlla permite el trasvase entre conciertos y aún disponer de una buena media hora para disfrutar. Za! debería ser un fijo de cualquier festival que se precie. No importa cuantas veces se les haya visto, siempre sorprenden, siempre agradan, siempre se lo pasan de muerte en el escenario.
The Specials:
The Specials reventaron el aforo del segundo escenario más grande del festival. Una pena que el éxito de convocatoria desluciera un poco, para el simple aficionado, un concierto muy bien medido que supo entregar en las dosis justas los hits conocidos por todos junto a temas más recientes y que en muchos casos aguantan sin problemas el recuerdo de sus primeros discos. The Specials gozan de ese directo tan típicamente británico que sin hacer alardes de eterna juventud ni esconder el ambiente festivo que siempre les ha caracterizado, convence por su buen gusto a cualquier espectador exigente. Como era de esperar temas como “A Message To You Rudie”, “Monkey Man” o “ Too Much Too Young” fueron recibidos con especial entusiasmo.
M.I.A:
Si la gran decepción del festival fue la cancelación de la actuación del gran Dr. John, una consecuencia colateral casi igual de lamentable fue la incorporación de M.I.A. La artista de Sri Lanka demostró más allá de cualquier duda razonable que si su discografía ya ha estado tratada demasiado indulgentemente, su directo resulta directamente penoso. Último concierto de su gira de verano y lo que se veía sobre el escenario parecía una deslucida actuación de fin de curso de un instituto de secundaria. Durante la primera media hora no tuvo reparo en soltarnos a una DJ que se limitó a chunda chundear al respetable aprovechando la hora y el estado artificial de euforia. Cuando creía que ya era hora de hacer honor a su contrato M.I.A se puso los shorts y empezó a contornearse a ver si enseñando piernas el público se olvidaba de la música. El truco puede funcionar durante unos segundos pero es ni siquiera usando esta, por otro lado, respetable treta consiguió generar el menor interés.
Cypress Hill:
Para cualquier aficionado al hip hop que ronde la treintena o hacia el infinito y más allá, Cypress Hill es el lodo primigenio sobre el que se arrastró el primer anfibio de zapatillas blancas y cadena de oro. Luego nos enteraríamos que realmente la ortodoxia del hip hop siempre los ha mirado de reojo y con condescendencia pero hay que reconocerles que fueron junto a Public Enemy uno de los primeros grandes exportadores del género, o de algo parecido, fuera de los Estados Unidos. A estas alturas Cypress Hill se limita a tirar de renta antigua y a seguir tocando los temas que todos queremos oírles. Destacable es la integridad que demuestran al no querer meter con calzador algún tema más reciente. Buena actuación, no obstante, aguantando con intensidad y dignidad un concierto que dado el horario ya de madrugada podría haber sido un fiasco y haber arruinado los últimos momentos de la noche.