Geoffrey O’Connor – For As Long As I Can Remember (Chapter Music)
EL sophisti-pop tiene a una nueva figura a la que reverenciar: el australiano Geoffrey O’Connor sabe cómo vestir las partituras con delicados arreglos de pompa neoclásica, y un poso cinemático y nocturno que embelesa. Pop mayúsculo que afianza lo expuesto en su debut, Fan Fiction (2014), y que de paso intensifica la sensación de que estamos ante un creador detallista y relamido; de gusto exquisito para componer partituras exigentes a la par que tarareables. El pop es así de simple y complicado a la vez.
O’Connor no es un recién llegado. Desde hace años lidera la banda The Crayon Fields que, hasta la fecha, ha editado tres notables discos de jangle pop con querencias por las armonías wilsonianas, y ecos al legado de Sarah Records. No es nada nuevo, pero ya se sabe que por aquellas latitudes el pop sigue dando alegrías temporada sí, y la otra también.
Para esta ocasión el de Melbourne ha compuesto un total de once torch-songs para ser cantadas a dúo. Las artistas que lo acompañan son figuras de relumbrón de la canción de su país con excepción de la gran Sarah Mary Chadwick -neozelandesa de nacimiento-, que aporta su rasgada tesitura en dos de los mejores temas del lote: “Strange Feeling” -letanía al amparo de las luces de neón-, y “Precious Memories” recorrida por la guitarra acústica a lo Nick Drake.
Hay más gemas exultantes en For As Long As I Can Remember (Chapter Music, 2021): “Foolish Enough” (junto a Laura Jean) es como cruzar a Chris Rea y Shakatak y no errar el tiro; la elegancia se derrama en “What A Scene” (con Sui Zhen) cuyos ecos no tan lejanos me recuerdan a Camera Obscura; “Catwalk” (feat. Caitlyn Lesiuk) la envuelve el aura solemne de los mejores The Divine Comedy con arreglos estupendos de flauta; y en “Tunnel Of Love” (acompañado por Jess Ribeiro) hay guiños al Boss, y arpegios de guitarras que se pierden en la oscuridad de la noche. Tremendo disco, oigan.