Jacob Slater – Pinky, I Love You (Communion)
El británico Jacob Slater es hasta el momento líder de la banda Wunderhorse, y después de escuchar el disco de debut titulado Cub (2022) no deja de ser una retahíla de trillados tópicos de indie noventero sin demasiado interés. Ha hecho bien en sacarse un poco la caspa de encima con su debut en solitario, porque Pinky, I Love You (Communion, 2023) es un precioso retablo de melodías perdurables, excelentemente ejecutas a guitarra -en su mayoría- y con los aditivos justos y necesarios para sonar creíble con las hechuras de un compositor más que prometedor.
Abre este debut -escueto en la duración, ¿por qué alargar los discos hasta el aburrimiento? – con “One For The Pidgeons” y las notas de su guitarra reverberan recordando el temblor de Nick Drake con el pulso melódico de Big Star. Una preciosidad de inicio que le sigue “I Do”, en donde Jacob intenta emular la nostalgia de Vinni Reilly, y la preciosa tesitura de su voz embriaga con su susurro.
La desorientación en estos tiempos inestables impregna la hermosa “Dead Submarines” en la que podríamos añadir a su recetario mágico a John Martyn; el Ben Watt de North Marine Drive se cuela entre las notas de “Kissin’ Booth, una canción de desamor que, sin lugar a dudas, es la mejor canción del disco.
Con ciertos aires jazzy y a bossa -con un guiño a Chet Baker– emerge con poderío “Blue Lullabies”, incluyendo arreglos de saxo que añaden unas pinceladas más de tristeza a la narración. La composición más larga, “Untitled”, juega de nuevo con los espartanos arreglos de guitarra, y esta vez parece vislumbrarse la sombra alargada de Mark Kozelek, con un Slater seguro se sí mismo y entonando con autoridad, mientras que “Red Balloon” su susurro nos llega como una letanía que, a lo lejos, nos marca el camino para finalizar este trayecto de ensueño con su versión de “Moon River”, consisa, reverencial, y un tanto innecesaria.