Javiera Mena (OchoyMedio) Madrid 19/10/18
Recuerdo haber disfrutado del concierto de Javiera Mena en las Fiestas de San Isidro del año pasado centrado en su anterior trabajo, Otra Era (14). En aquella ocasión, la puesta en escena se presentaba eminentemente festiva, grandilocuente y expansiva, bailarinas y performances incluidas. Aquel disco supuso un viraje hacia territorios más orientados a la pista acompañados de un cariz más comercial.
Espejo (18), el disco publicado que venía a presentar ahora, supone una resituación que intenta replegar su propuesta hacia terrenos más introspectivos sin olvidar del todo la sonoridad de su anterior largo. El resultado se queda en una tierra de nadie algo indefinida que a mí personalmente no termina de convencerme en estudio y, sin ser en absoluto malo, me resultaba lo menos disfrutable de la chilena.
Quedaba ver su plasmación en directo y he de decir que las canciones nuevas ganaron mucho gracias al formato y a la actitud con la que fueron presentadas. La formación ha quedado convertida en trío: Javiera acompañada de un par de músicos a la batería uno y al bajo y ritmos otro. La propuesta gana hondura, prestancia y solidez.
Estas virtudes se apreciaron desde la salida de una sentida Javiera Mena con la bonita “Cerca”, -mi canción favorita con mucho de Espejo– y seguida, guitarra en mano, la melancólica “Alma”. Y es que una de las características que definió el show fue la ambivalencia de nuestra protagonista combinando sintetizadores, teclados, guitarra y voz, aportando a cada canción lo que necesitaba. Interesante resultó el pétreo tratamiento con las bases rítmicas, lo cual aportó un magnífico fuste a canciones de su anterior largo como “Sincronía Pegaso” y “Los olores de tu alma”.
Fueron estos dos últimos trabajos sobre los que giró el cancionero ofrecido, sin olvidar agradecidos guiños como la versión primeriza de “Yo no te pido la luna” de Daniela Romo y una sentida y desnuda interpretación de “Mujer contra mujer” de Mecano. Otros de los momentos a retener fue la emocionante interpretación que hizo de “Todas aquí” con una Javiera Mena más porosa que nunca y la celebración absoluta de “Espada”, las dos caras sonoras y actitudinales de la misma moneda, un juego de contrastes que se antojó en garantía de una velada de gran altura y profesionalidad.
Eché de menos algún tema más de Mena (10), sin lugar a dudas mi obra favorita de Javiera y la de otras tantas personas, pero sus dos rescates sonaron maravillosos; por un lado, la conmovedora “Primera estrella” con un tratamiento crepuscular que rayó con la sensibilidad más synthwave, pareciendo brotar desde un local after-punk sacado de Días Extraños o Blade Runner y, cómo no, el broche inapelable de la fantástica “Luz de piedra de luna” que nos dejó a toda la audiencia en un estado de plenitud máximo.
Fotos: David Valentín
Me encantó el concierto, Javiera te quiero
Qué manía tiene últimamente la gente con Mecano, está pasando como con Franco