Jessica Pratt – On Your Own Love Again (Drag City / Popstock!)
La categoría de «discos de ruptura» se ha convertido casi en un subgénero con estante propio, y con todo merecimiento. Innumerables son los álbumes nacidos a la sombra de una ruptura sentimental, y un buen puñado de ellos, desde In the wee small hours (1955) de Frank Sinatra hasta For Emma forever ago (2007) de Bon Iver, pasando por el excelso Blood on the tracks de Dylan, se han convertido en imprescindibles en los delicados corazones de muchos melómanos. Este año está siendo prolífico en este sentido, sumándose al club de los brokenhearted nombres como Björk, Natalie Prass o Jessica Pratt.
Esta joven californiana, cuyo debut homónimo vio la luz en 2012, viene siendo catalogada de manera insistente dentro de la corriente freak folk y comparada con Joanna Newsom. Sin embargo, más allá de que compartan un timbre y un uso de la voz muy particular, varias escuchas atentas acaban sugiriendo similitudes más profundas con el folk intimista de principios de los 70. Pongamos que hablo de espíritus libres y también, de alguna manera, atormentados, como Tim Buckley, Nick Drake y sobre todo Joni Mitchell. Grabado de manera casera (se oye el ruido de la cinta al principio o al final de varias canciones), todo en On our own love again pivota alrededor de la extraña y sugerente voz de la cantante y de su delicado manejo de la guitarra acústica, escuchándose de fondo débiles ecos distantes de cuerdas, teclados o percusiones, se supone que añadidos posteriormente. De temas como la etérea «Wrong hand», y en general de todo el álbum, emana una misteriosa y mágica belleza que, junto a la inocencia de las letras, hace pensar en la Ofelia de Hamlet, enloquecida por el desamor y el dolor, repartiendo flores y tarareando melodías casi incorpóreas.
El único punto en contra que se le puede achacar una ligera monotonía (ya ocurría en su anterior trabajo homónimo, con no menos de cinco canciones que empezaban con prácticamente el mismo punteo de guitarra), aunque esto no impedirá que lo disfruten los amantes del folk sencillo, misterioso e hipnótico.