Jil is Lucky – Jil is Lucky (Roy Music)
¡Atención! No dejen que la como mínimo curiosa y como máximo horrenda portada les aleje de un trabajo que finalmente da mucho más de lo que promete. De hecho, la curiosa mezcolanza de religión y súper-héroes avisa que lo que allí se corta es el típico melting pot musical que en buenas dosis nos ha ido llegando de Francia desde que un Manu Chao al frente de los míticos Mano Negra empezara a fusionar, para el gran público alejado de las banlieus, ritmos magrebís, africanos y orientales con el rock, el ska o el punk.
Jil bordea más las costas balcánicas que las africanas, está mucho más cerca del indie rock que del ska y prefiere el hedonismo al compromiso político-social pero musicalmente alberga una visión casi tan multilateral como la que practicaron los Mano Negra. Tampoco se ata a una sola corriente musical, por amplia que sea ésta, como unos Vampire Weekend con los ritmos de África occidental, Beirut con el folk gitano balcánico o unos Dengue Fever con la música camboyana. Y sobretodo que no se asuste nadie que no estamos ante un disco de world music que podría sacar David Byrne con el sello Luaka Bop. Incluso en casi toda la segunda mitad del disco Jil cambia el tono de las canciones y se adentra en momentos mucho más ruidistas donde la guitarra vuelve a ser la protagonista y que alcanza el paroxismo en la épica última canción que prácticamente se podría catalogar de post-rock.
Lo dicho, la portada prometía un disco de electro-tonti-pop y al final queda un disco difícilmente clasificable y que se mueve por caminos muy distintos. Quizás sale más airoso cuando se deja de obligar él mismo a buscar difíciles maridajes y se vuelve más crudo y sucio pero al final nos confirma que cuando un disco tiene algo de éxito en Francia siempre es una buena idea darle una oportunidad.