Joan Baez – Whistle down the wind (Promola)
Al igual que su conpañero de generación y primeras correrías musicales, Bob Dylan, Joan Baez ha grabado interesantes discos en lo que va de siglo XXI. Como Dylan, la veterana cantautora ha encontrado en las versiones de canciones ajenas llevadas al propio terreno un filón a explotar. A diferencia de lo que ha hecho Dylan en los últimos años con el American Songbook, Joan Baez ha estado escogiendo canciones fácilmente adaptables a su registro, que lógicamente ya no es el que fue hace cinco décadas. Lo hizo en su anterior álbum, Day After Tomorrow (2008), y repite fórmula una década después en este Whistle Down the Wind que, tristemente, se anuncia de forma insistente como último álbum casi con seguridad.
Como en su anterior disco, es de nuevo una canción de Tom Waits la que da título al álbum. Aparentemente un artista en las antípodas de Joan Baez, pero aquí estamos hablando de canciones y la elección de «Whistle down the wind», sobre todo la extraordinaria forma en la que la cantante la lleva a un terreno en el que aprovechar al máximo sus actuales aptitudes vocales, es sencillamente maravillosa. Tampoco extraña la presencia de otro tema de Waits: «Last leaf». Es complicado no sentir escalofríos cuando Baez canta aquello de «soy la última hoja del árbol, el otoño se llevó a todas las demás». Una canción que, no ya solo por la interpretación sino por temática, cuadra perfectamente con el ambiente crepuscular del disco. Josh Ritter ha escrito, no tengo claro si expresamente, dos canciones para el disco: una «Be of good heart» espectacular que habla tan bien de lo buena intérprete que es Joan Baez como del genial compositor que es Ritter, y «Silver blade».
Quizás la mejor canción del disco sea «Civil war», de Joe Henry, quien por cierto produce el disco de forma muy acertada, acentuando su ambiente vespertino y sosegado pero manteniendo un punto luminoso, fresco. Incluso parece sonar un theremin en la canción que abre el álbum, con el inquietante efecto que siempre produce su aparición pero deslizándose por la canción con la elegancia de una slide guitar. «Another world» de Anohni suena básica, rugosa y tribal, todo lo contrario que la hermosa «The things that we are made of» de Mary Chapin Carpenter. Llegado este momento no puedo sino acordarme de los American Recordings de Johnny Cash y pensar que bendita moda esta de cerrar carreras sembrando las semillas de la propia personalidad sobre territorios ajenos.
Acabar con un tema antimilitarista como «I wish the wars were all over», de Tim Eriksen, es un broche perfecto no ya al disco sino a toda una carrera, como una especie de vuelta a los principios. El círculo se cierra, y la sensación de estar ante el final de una leyenda (ha anunciado gira de despedida para el próximo año) es agobiante, francamente. Sin embargo, la belleza de sus canciones quedará ahí para siempre.
Escucha Joan Baez – Whistle down the wind