Kings of Convenience – Quiet is the new loud (SOURCE)
Los noruegos Erlend Oye y Erik Glambeck Boe forman Kings of Convenience y este » Quiet is the new loud » supone su primer disco, aunque precedido de numerosos Ep´s y seguido de un nuevo trabajo que reune varias de las canciones que vienen en este disco remezcladas y presentadas bajo el titulo de » Versus «. Pero vamos con el trabajo que nos ocupa.
» Quiet is the new loud » es un disco que te desarma desde la primera escucha. De una cálidez sorprendente teniendo en cuenta el origen de sus compositores, es dificil imaginar estas melodias que en algunos casos rozan los sones brasileiros mas reposados retumbando por encima de los gélidos fiordos noruegos.
Y retumbar no es la palabra adecuada porque lo que nos encontramos en este trabajo son canciones casi desnudas, de una sencillez aplastante.
Metidos en el saco de los nuevos acústicos junto a grupos como Starsailor, Turin Brakes o Coldplay por el mero hecho de basar todas sus composiciones en la guitarra acústica hay que decir que nada mas les empareja. Kings of Convevience tienen mucho mas que ver con unos Simon and Garfunkel renovados o con un Toquinho instalado en Oslo.
Abre el disco la excepcional » Winning a battle, losing the war «, una pequeña maravilla de melodia adhesiva capaz de reposar a una lagartija borracha que es desde ya un clásico. Y es eso lo que nos vamos encontrando a medida que se suceden las canciones. Algunas más vitales como » Toxic Girl «, » Singing softly to me «, o » Failure » con un estribillo irreprochable. Otras mas tranquilas como » I don´t know what i can save you from » de una elegancia enorme o » Leaning against the world » que parece haber sido compuesta en una toalla de Copacabana.
Y asi hasta doce canciones sin desperdicio en un disco rebosante de sensibilidad y belleza, en esto si se pueden parecer a Coldplay.
Los arreglos de cuerda perfectos, unos pianos básicos que aparecen en los momentos indicados y unas voces de una naturalidad total son sus principales armas.
Un disco con poderes curativos, sin desperdicio alguno recomendable tanto para tranquilas veladas en agradable compañia como para duras jornadas de resaca en las que la busqueda de la calma se convierte en objetivo prioritario.
Una gozada de principio a fin.