Korn – Requiem (Loma Vista / Concord)
Al despertar, Korn seguían ahí. Pareciera que los padrinos del nu metal no quisieran envejecer y se aferrasen a su personalidad para seguir haciendo lo que saben hacer como si no hubiese un mañana, con la diferencia de que sí que creo que son conscientes de que ese mañana seguirá existiendo para ellos. No sabría decir si este Requiem, decimocuarto álbum de los californianos y, numéricamente, el que menos canciones contiene, es fruto de la urgencia o de un contrato, pero sí que apunta maneras de ser un disco más en su ya extensa discografía y que supone un largo viaje en busca de la inmortalidad o de algún golpe de fortuna que les pueda sacar de cierta monotonía.
¿Quiere decir esto que Requiem es malo? Que sea bueno o malo es algo subjetivo. No será la mejor grabación de Korn, pero mantiene los estándares a los que nos tienen acostumbrados. Y sí, quizá sea ese hecho el que remarque como algo a mejorar, pero por otro lado es lo que les mantiene con vida en una media más que aceptable. “Forgotten”, el tema que abre el disco y segundo sencillo del mismo, o “Let The Dark Do The Rest” no engañan: nadie podría haberlo hecho más que ellos, con un Jonathan Davies más que reconocible coreado por sus secuaces y esa percusión cortante y salpicada de bajo contundente. Y es que ese es el patrón desde hace tiempo.
Otra pregunta: ¿sería eso que llaman “zona de confort”? También podrían llamarlo “Worst Is On Its Way” o “My Confession”. Y sí, podría ser. Y ojo, que de vez en cuando puedan aparecer ciertos destellos de buenas intenciones, como en “Penance To Sorrow” y quizá más claro en “Start The Healing”, aunque acaben siendo fagocitadas por esa moda estadística (ya saben, el valor más frecuente en un conjunto de datos) que, también, quieras que no le da cierta homogeneidad al asunto. La buena noticia es que, a tenor de su estabilizado estado de forma y ganas, tenemos Korn para rato.