La Femme + Sam Quealy (Santana 27) Bilbao 19/01/23
El día que La Femme iba a tocar en Bilbao para cerrar su gira por España tras dos conciertos en Madrid y Barcelona, la ciudad estaba empapada, helada y daban pocas ganas de salir de casa a no ser que fuera para pillar una pulmonía. Haciendo gala de su pasado industrial, el local donde tocarían en pocas horas los de Biarritz, la sala Santana 27, estaba en pleno polígono empresarial donde reinaban dos cosas: el cemento y el asfalto. Todo era gris, muy gris, el tipo de gris que parece marcar el límite entre lo bueno y lo malo, entre el blanco y el negro, entre la nada y la magia. El conjunto francés liderado por Sacha Got y Marlon Magnée presentaba su último disco, Teatro Lúcido (Disque Pointu, 2022), su primer trabajo íntegro en castellano. 50 minutos que son tan eclécticos como variados en la fusión de géneros y que completan el homenaje particular de los franceses a la cultura española y latinoamericana.
Poco después de las ocho, en una sala que estaba casi tan fría como el exterior, salía al escenario Sam Quealy, cantante que los ha acompañado durante toda la gira. Si ya La Femme resulta difícil de describir, Quealy directamente revienta toda clase de etiquetas que una se pueda imaginar. Su objetivo, así lo dijo, era ir calentando el ambiente para lo que estaba por venir. No dijo, sin embargo, que la mezcla de techno pop de sus canciones fuera a arrancar el frío de un plumazo a los allí presentes. Sin ninguna otra compañía que ella misma en escena, la artista se desenvolvía con movimientos felinos en un show que no dejó indiferente a nadie. A medio camino entre la performance y la música convencional, Quealy no solo cumplió con su objetivo, sino que además dejó al público hipnotizado, con los nervios chamuscados por el shock, pero queriendo más.
Una vez el resto alcanzamos su ritmo frenético, saleron todos los miembros de La Femme, vestidos de impoluto blanco como si se tratara de una de aquellas showbands de los 70. Cada uno en posición, delante de los cuatro teclados dispuestos al frente del escenario, empezó a sonar «Fugue Italienne» y sus tambores de Semana Santa abrieron un concierto más cercano a lo divino que a lo mortal. Los franceses se planteaban esta gira como una oportunidad para revisar sus obras tanto pasadas, como presentes, de ahí que se pudieran escuchar canciones de los cuatro álbumes. Sonaron hits como «Sácatela», «Où va le monde», «Elle ne t»aime pas» y «Sur la planche 2013» coreados por todo el público y que dieron pie a soltar un poco de adrenalina en los pogos. La Femme tiene esa habilidad de poner a todo el mundo a bailar sin importar el cómo, de poder hacer pogos al son de sintetizadores y teclados indies.
La calidad técnica de todos los miembros es indiscutible, algo que pudo comprobarse con los solos que se marcaron Sacha Got a la guitarra y Marlon Magnée al teclado. Se echaron en falta temas como «Conde Duque» y «El tío del Padul», pero ni ellos, ni el público falló al cantar casi a dueto los temas de «No pasa nada» e «Y tú te vas». Al bolo no le faltaron demasiadas cosas, de hecho, no le faltó ni una pedida de mano en directo. Momento que fue vitoreado, aplaudido y gritado con furor. Dijo sí, por cierto.
Hacia el final del concierto, cuando el humo del escenario se entremezclaba con el humo de los distintos cigarrillos encendidos, la división entre la pista y la tarima estaba cada vez más difusa. Todo parecía sumergirse en la misma escena, todo parecía confluir y bailar al mismo compás del coldwave, en la perfecta sincronización entre la máquina y la emoción que de frío tenía solo el nombre. Las sensaciones finales eran parecidas a lo que The Velvet Underground describe en su canción «Heroin». Literalmente, flotas y el suelo bajo tus pies desaparece. Es el momento preciso en el que todo empieza a cobrar sentido, la vida es increíble y llena de posibilidades, pareces conectada con todos los que están a tu alrededor y solo puedes dejarte llevar. Ya no eres tú, sino la suma de todas las partes que están allí contigo acompañándote en el viaje. Ya habrá tiempo de aterrizar, pero ese momento no es ahora.
La Femme hizo brillar el sol en Bilbao y os aseguro que eso no es poca cosa.
Fotos La Femme + Sam Quealy: Ainara Medina