Leo Mateos – Demasiado bellos para ser esclavos (Intromúsica)
Cómo echamos de menos a Nudozurdo. En estos tiempos domesticados y sumisos en todas las parcelas sociales, incluyendo la supuesta “música independiente” que vocean los medios especializados, el peligro que rezumaba el combo madrileño y su posicionamiento incómodo e irreverente hacia la industria musical y los bazares publicitarios en que se han convertido la mayoría de festivales, les situaba con deleite en los márgenes de “la escena”.
Buena culpa de ello la tenía su alma máter, cerebro pensante y doliente de su personal e intransferible universo. Nos referimos obviamente al siempre necesario Leo Mateos. Pues bien, tras mucho batallar, nos encontramos por fin ante su deslumbrante debut en solitario, Demasiado bellos para ser esclavos (21). Y digo en solitario cuando lo primero que destaca afortunadamente en este conjunto de canciones es el sonido cohesionado y armado de banda, con multitud de detalles y un acabado exquisitamente cuidado.
Podemos hablar de cierto carácter continuista con respecto a su extinta banda, si bien la oscuridad y la tensión primigenias se reservan más para determinados pasajes como la brutal “Kava kava”, dejando el papel protagonista a una suerte de shoegaze con retazos dream pop que deslumbra desde la hipnótica “Valentino envenenado”, pasando por la obsesiva “Soy una trampa” para llegar a otra gran cima emocional a sumar su currículo de canciones perturbadoras a la par que estremecedoras. Me refiero a una canción que podría pasar inadvertida sin que debiera ser así: “La calculadora de amar”.
El estado de forma lírico por parte de Leo Mateos vuelve a ser sobresaliente, destacando sobre el resto el retrato cáustico de determinado tipo de persona en “Angélica”, desde ya un clásico inmediato, y el recitado de rabia atemperada que no deja títere con cabeza en el destripe político y social construido con “Mensajeros del miedo”.
En resumen, un trabajo sólido que contentará a los antiguos fans del universo Nudozurdo pudiendo atraer nuevos adeptos desde las trincheras pobladas por los pocos seres humanos que todavía merecen no ser catalogados como zombies.
Escucha Leo Mateos – Demasiado bellos para ser esclavos
No sabía que había salido. Qué bien suena!