Libro: Javier Krahe ‘Ni feo, ni católico, ni sentimental’ (Reservoir Books)
En la presentación de ‘La Sonrisa de Krahe’ (2019) que puedes ojear aquí, quedó anunciado este ‘Ni feo, ni católico, ni sentimental’ que por fin se publicó este 2021 y que tampoco está resultando muy católico, dicho sea a propósito y de paso. El caso es que se echa bastante de menos la sagacidad de Krahe para construir canciones, sus mordaces introducciones en directo y esa figura tan quijotesca como serena, así que la lectura del libro firmado por Federico de Haro viene a hacer más llevadero el vacío dejado por Javier.
El autor profundiza hábilmente en los resortes de la vida familiar y personal de Krahe para permitir una nueva escucha de su obra con más sentido, incluso una nueva perspectiva de muchas de sus canciones gracias a saber algo más sobre su paso académico, amistades clave, su familia de origen y la de destino. Descubrir a George Brassens hará el resto como bien indica Haro al hablar de su fuerte influencia sobre Krahe, citando la canción “Mourir pour des idées” (“Morir por las ideas”): “Sugiere que más que dar la vida por los ideales se trataría de defenderlos mientras creamos en ellos o hasta que no quede más remedio que morirse. Todo muy Krahe”.
De ahí a iniciar su propio cancionero habrá menos de un paso y aún llegan los ecos de la versión de «Marieta» que Javier grabó del maestro francés, o el importante tándem con su hermano menor, Jorge, compositor musical de la también destacada “Nos ocupamos del mar”.
La azarosa vida de Krahe y el hecho de que la crítica certera, con buen humor, nunca es bienvenida en los cuarteles de la versión oficial, nos ha servido para conocer los límites de nuestra libertad de expresión gracias a él sobre todo en dos ocasiones: cuando interpretó “Cuervo ingenuo” junto a Sabina (‘Joaquín Sabina y Viceversa en Directo’, 1986) y en el caso del cortometraje ‘Sobre la cristofagia’ cuyo contenido versaba sobre cómo cocinar un cristo, grabado en 1978 entre amigos, emitido un fragmento en 2004 y denunciado en 2005… ¿Puede haber revisionismos más estúpidos?
La primera polémica mostró la otra cara del PSOE de Felipe González y la segunda la cruz de la moneda religiosa. En un caso Krahe sufrió censura y en el otro un juicio planteado desde la inquisición. En ambos casos y a pesar del mal trago, salió ganando a la larga porque sin duda lo suyo es siempre de buena fe. Todo queda recogido en los capítulos ‘Choose me’ y ‘Sobre la cristofagia y la Cristofagia’. Debo hacer referencia a la edición conjunta del disco ‘Querencias y Extravíos’ y el libro ‘Charlas con un vago burlón’ (2007), realizadas por Paloma Leyra porque son un perfecto complemento a todo lo dicho y en general a diferentes puntos clave descritos en ‘Ni feo, ni católico, ni sentimental’.
Y si Krahe comenzó grabando discos imprescindibles como Valle de lágrimas (1980) o Aparejo de fortuna (1983), no solo siguió sorprendiendo con cada nuevo disco y creciendo en directo hasta ser un absoluto referente, sino que desde ‘Cábalas y cicatrices’ (2002) su obra solo puede considerarse como patrimonio de la humanidad por abordar profundidades con soltura sobre la condición humana en prácticamente todas sus variantes, de forma individual y colectiva, ahí están sus Zozobras completas (2002) o su demoledor testimonio vital en Fuera de la grey (2014). Sin olvidar sus certeras críticas: Ay, democracia (2010), sus gloriosos sainetes: Vecindario (2002), las burlas sobre tal vez uno mismo: Ron de caña (2002) y un lado sentimental brillante: Sortijas y gestos (2007).
Además del fantástico documento que supone el apartado final de “Canciones inéditas” antes de la oportuna discografía y los créditos, el prólogo de Julio Llamazares, las frases que le dedica su amigo y admirador Joaquín Sabina desde la banda de la portada… Aparte y antes de todo eso, pocos epílogos habrá tan emocionantes como el de Javier López de Guereña, junto a Krahe desde ‘Corral de cuernos’ (1985), donde la despedida se hace más llevadera y dibuja una sonrisa por lo vivido y que también sueña con un hasta luego: “Las vacaciones perpetuas son para Krahe, como para Brassens, su consuelo de no creyente. Ambos son ese eterno veraneante, ese eternel estivant que ‘pasa (vive) su muerte de vacaciones’”.
Puedes comprar Javier Krahe: ‘Ni feo, ni católico, ni sentimental’ (Reservoir Books) en la web de su editorial.