Lidia Damunt – Nacer En Marte (La Castanya)
La portada de este notable Nacer En Marte (La Castanya, 2019) nos muestra un primer plano del rostro plateado de Lidia Damunt – y con carmín rojo como símbolo semiótico de emancipación- como si fuese una suerte de marciana recién aterrizada en un paraje boscoso. Puede tener la doble lectura de, por un lado, ser un homenaje a los personajes de sci-fi que le gustan, o la de una nueva muestra de su vertiente más travesti o performativa de entender la creación artística. De la ex Hello Cuca siempre podemos esperar puestas en escena heréticas que nos dejen siempre pensando en el cómo y el por qué, y ahí reside su audacia.
El año pasado su 7” El Tunel, producido por los Hidrogenesse, proponía un curioso artefacto pirotécnico de electropop que parecía una resignificación de su ideario a través de los loops y la hiperrealidad glitcheada. Era, de alguna forma, la antesala a una nueva (trans)mutación.
En este nuevo trabajo me acuerdo de lo que decía Roland Barthes con relación a la indumentaria. El filosofo francés diferenciaba entre “vestido” -aquello que era “la forma estructural, institucional del atuendo”-, y “traje” -que correspondía a “esa misma forma actualizada, individualizada, llevada”- cuando teorizaba sobre las relaciones no casuales entre estos cuerpo y vestuario. En el caso de Damunt podríamos asegurar que se ha hecho un traje cuyo talle le sienta ni que pintada.
Las bases acústicas son el germen de estas canciones, pero pasadas por el tamiz de Sergio Pérez (Svper) que se ha encargado de meter pedales, sintetizadores y loops que enturbian (más aún si cabe) todas estas preciosas estampas de desvelos emocionales. Puede que sea su disco más pop, aunque no sabría asegurarlo, porque el gusto por las melodías ha estado en mayor o menor medida en toda su carrera.
Algunas de las mejores canciones de la murciana se encuentran entrelazadas en estos surcos: “La Equilibrista” es una cumbia fuzz que va mutando a cada paso; insinuaciones a ritmo de funk vaporoso y sexy a lo Sean Nicholas Savage bullen en “Felicidad”, y la rotunda oda al amor sin cuerpos marcados que es “Bella Y Bestia” te deja con la sensación de que, de nuevo, es la demostración de que la tormina de la Manda del Mar Menor tiene mucho soul. Me quito el sombrero.
Escucha Lidia Damunt – Nacer En Marte