Lusine – A Certain Distance (Ghostly International)
Un disco muy apacible el de Lusine. Desde su apertura con “Operation costs” se puede atisbar la sensación que Jeff McIlwain parece querer transmitir a lo largo de los once trazos que firma en este A Certain Distance. La electrónica de modismos pop que yace en su interior nace de pequeñas estructuras que se recrean unas con otras formando pequeños armazones donde discurre un suave trayecto sintético que puede traer a la memoria retazos de cálida IDM, de perfiles ambientales concretos, de esos que no se van por las ramas, de pop de sofá, de cuatro por cuatro elegante, y de cierto regusto más o menos jazzy que, por momentos va en detrimento del disco debido a la forma tan estandarizada que deja entrever más que a su aporte al clima de las composiciones.
El álbum cuenta con algunos pasajes vocales con las intervenciones de Vilja Larjosto del grupo finlandés Echosystem, y de Caitlin Sherman, voz de los americanos Slow Skate, y a lo largo de su duración fija la idea de estar frente a un compositor que está a gusto con su sonido, agregando detalles cuando debe y manteniendo cierta contención formal que mantiene su eje en la cadencia de la base rítmica. En ese soporte hay canciones como “Two dots”, “Tin hat”, “Every disguise”, “Double vision” o “Crowded room”, que pueden servir para hacerse una idea genérica de por dónde transcurre el discurso sonoro de Lusine.
“A Certain Distance” es un disco bonito y formal. En ese punto se puede estirar la valoración hacia un punto u otro. Aunque quizás hubiese sido mejor menos formalismo de género y más proyección, que se nota que Jeff McIlwain tiene la madera necesaria para rematar mejor su propuesta.