María José Llergo – Ultrabelleza (Sony Music)
El primer epé de María José Llergo fue una grata sorpresa. Sanación (2020) tenía cualidades para dar y tomar en gran medida por el poderío de su voz, que transformaba en oro todas esas partituras que viraban hacia el flamenco contaminado con electrónica más residual.
Antes de meternos en faena con este segundo disco, hay que poner en valor las palabras que se pueden leer en la página web de su discográfica: “Ahora celebro la vida, aunque no siempre he podido hacerlo porque me dolía demasiado. Desde la alegría reivindico la belleza de lo diferente porque con ella se evita que el ser humano destruya aquello que no entiende. Saber valorar y querer incondicionalmente más allá de las diferencias”. Estas ganas de disfrutar de su madurez artística quedan marcadas a fuego en cada surco de un notable Ultrabelleza (Sony, 2023) que, a bien seguro, tendrá sus detractores -esta vez Llergo se deja llevar por los sonidos electrónicos y las llamadas músicas urbanas- dejando aparcado los sonidos flamencos más tradicionales.
Es un segundo disco con un plantel de colaboradores importante, y eso no sé si le hace mñás bien que mal al conjunto: por aquí ponen su granito de arena Zahara, Martí Perarnau, el guitarrista de estudio de C. Tangana, Antonio Narváez, o Lost Twin. Tantas manos, quizás, redunden en cierta dispersión, pero es indudable que la cordobesa impone sus reglas.
Una dedicatoria a su abuela en forma de grabación en casete (“Oración”) es la antesala para que entre con la hermosa “Aprendiendo A Volar” con beats electrónicos que la aproximan a la estética sonora de _juno. “La Puerta Está Abierta” es una balada que tira de la épica -con unas líneas de violín preciosas de la misma artista- aunque nunca rebase ninguna línea roja. Al ritmo de los latidos de un corazón se balancea “Superpoder”, una exuberante narración en la que pasa cuentas con su pasado (“Aprendí a llorar cantando/aprendí a cantar llorando”.
El piano lleva en volandas ese bonito canto feminista “Visión y Reflejo”, pero la canción vira después hacia una narrativa sonora cercana al trap y el grime mientras nuestra autora rapea alguno de los versos. La balada que da título al disco es una oda a la diversidad sexual, y de nuevo, tirando de trazos angulosos.
El flamenco y la música de cámara se unen en la enorme “Novix” que podría haber formado parte de su debú; “Juramento” hibrida el maximalismo de una producción llena de graves zumbones con trap y R&B, mientras que la pieza final, “Lucha”, es una vigorosa proclama de intenciones.
Aún está por ver si este paso adelante de Maria José Llergo sirve para auparla como una de las voces nuevas más interesantes del momento, aunque talento y personalidad tiene para dar y tomar.
Escucha María José Llergo – Ultrabelleza