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Maruja – Pain to Power (Music for Nations / Sony)

El fandom que estamos tras la pista de Maruja desde sus primeros pasos en forma de EP albergábamos gran expectación de cara al que iba a ser su debut largo, publicado finalmente ese año con el título de Pain to Power (25).

Si había algo que me impresionaba y me resultaba del todo magnético por parte del combo británico, era su capacidad para generar texturas misteriosas, ingrávidas y ajenas a la realidad. Eso y, por supuesto, sus incendiarios directos. Me considero todo un afortunado por haberles visto en el momento justo el año pasado en Madrid (pena de las cancelaciones de gira este año por complicaciones en la garganta por parte de su explosivo frontman Harry Wilkinson).

Otra de las grandes virtudes de la banda era su equilibrada mezcla de estilos que les definía: desde el free jazz, pasando por el post-rock hasta llegar al post-hardcore. Bueno, pues seguro que alguno se preguntará por qué hablo en pasado al hacerlo con respecto a su trayectoria y a sus cualidades. Y la razón no es otra que haberme sentido defraudado con su esperadísimo disco debut.

Atrás quedó esa improvisación del todo ladrillesca, grabada en directo con un móvil y publicada semiclandestinamente en 2024 bajo el nombre de The Vault; lo que tenemos ahora entre manos es su carta de presentación extendida al mundo. Y lo primero que llama la atención es que el cuarteto se ha hecho tremendamente terrenal. Todo aquello que suponía indefinición, parajes brumosos y misterio ha prácticamente desaparecido (pongamos como excepción la destacada “Look down on us”).

Con lo muy escasos que nos encontramos de algo ultraterrenal –muchísimo más tras la muerte de David Lynch– es una auténtica pena que Maruja suenen ahora tan mundanales, aunque ello no llevé implícito la pérdida de capacidad para generar texturas planeadoras, pero demasiado reiterativas en esta ocasión; ni tampoco que hayan perdido un ápice de intensidad (ahí están “Bloodsport” y “Break the tension” para hacernos explotar la cabeza a buen seguro en vivo), pero la sensación de viaje algo desgastado y demasiado al uso está ahí.

Existe un intento de cautivar a través de la creación de estructuras contrapuestas en los temas largos que, a mí personalmente, no me llevan a ningún pico emocional (fallidas me parecen “Born to die” y el cierre con “Reconcile”). Y, quizá de fondo lo que más duele es descubrir que en el momento de dar la alternativa se asemejan más a un grupo de rap rock que a una fantasmagoría deleitosa post-lo que sea.

Escucha Maruja – Pain to Power

 

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