Momus – Athenian (American Patchwork)
Hace unos años tuve la suerte de ver a Nick Currie, aka Momus, en concierto. Iba con su parche de pirata flâneur, kimono estiloso y un ipad con el que controlada todos los sonidos que emitía un ordenador. Las canciones eran la banda sonora de unas imágenes que se proyectaban en una pantalla con un orden que solo existía en la mente de gentleman de mirada escurridiza. Fue una experiencia entrañable y desconcertante a la par.
Momus es un artista único, con una dilatada carrera discográfica jalonada por discos imprescindibles para sellos históricos como Creation (Circus Maximus, The Poison Boyfriend, y Tender Pervert completan una trilogía de ensueño), o con Cherry Red (20 Vodka Jellies). Pero el reconocimiento masivo nunca le llegó, y decidió pasar quince años en Japón mientras las discográficas sacaban tajada con el britpop.
El escocés va a su rollo, transita por recónditos espacios, y en la actualidad pasa por uno de sus momentos especialmente más dulces. Inspirado en lo musical y supurando vitriolo en lo lírico, lleva encadenando discos espléndidos que llega a su cima personal con este memorable Athenian (American Patchwork, 2021) que lo sitúa en la mejor liga de los estetas del pop.
En este trabajo -grabado en su querida Atenas- hace recuento de sus experiencias de adolescente en la isla entreverados por su afición al pastiche popular de referencias diversas (no confundir con el postmodernismo de todo a cien). Recuerdos que se le grabaron en su mente y que van pasando revista en este peculiar cabaré. Sombras chinescas de playas solitarias, atardeceres con bellas mujeres, y ecos a David Bowie, Leonard Cohen, versión de Tom Jobim incluida (inolvidable “Drizzle In March”), George Moustaki, o guiños a Marty Feldman. Un prodigio de inventiva.
Canciones inolvidables van recorriendo este álbum: evocaciones a Nicolai Poliakoff, el creador de “Coco The Clown”; valses en homenaje a Conan Doyle (“My Moriarty”); rock yé yé que compite con el Gaingbourg más macarra (“Francoise”); dulces melodías mediterráneas que rememoran su juventud (“Existentialist”); ritmos de feria ambulante (“Nono”), o teatrales interpretaciones como en “Greyland”. Un apasionante cancionero que me gustaría que no se acabara nunca.
Escucha Momus – Athenian