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Nathan Fake – Razzmatazz 2 (Barcelona) – 18/03/2017

Nathan Fake visitaba nuestro país con el lanzamiento de su nuevo trabajo, Providence, muy reciente. Su cuarto largo veía la luz pocos días antes del concierto e inmediatamente se postulaba como uno de los contendientes en la lucha por los mejores discos electrónicos del año. El de Norfolk ha crecido y Providence, sin duda su mejor álbum hasta la fecha, es muestra de ello. El horario de concierto no le es desconocido al productor y DJ, al que ya pudimos ver teloneando a Atoms for Peace hace cuatro años. Aunque esta vez el británico se presentaba como el plato fuerte de la noche.

Huma, el proyecto en solitario de Andrés Satué, miembro del dúo Esquelas y co-fundador de Versal y del festival Bicefal, abrió la noche con un espectáculo oscuro de sonidos tenebrosos y densos. Con asfixiantes proyecciones en colores naranja y negro, y ritmos quebrados y viscerales, Huma construyó un ambiente denso y profundo a base de beats atronadores y enérgicos, en el que presentaba su EP de debut, Las tres fases del movimiento.

Y si Huma nos dejó en un estado de oscuridad desasosegante, la actuación de Nathan Fake fue justamente lo contrario. Las pantallas se llenaron de claridad y geometrías para acompañar la presentación de Providence. El británico, parapetrado tras su ordenador y una sencilla muestra de controladores, volvió a exhibir su maestría bordeando el IDM con melodías sublimes, sin olvidar las infinitas capas de filtros que dan a sus canciones un toque orgánico y emocional.

No hubo concesiones, los temas de Providence se sucedieron sin pausas. «feelings 1» abría el set, igual que el disco, como bienvenida juguetona, y pronto entraba en materia con «HoursDaysMonthsSeasons», jugando vagamente a mezclar ambient y trance. Y si en disco el inglés pone el acento a las texturas, en directo sube los bajos para dar peso a los ritmos. En un equilibro casi de malabarista.

En el momento justo de comunión con el público llegaba «DEGREELESSNESS», uno de los temas más bestias del disco, que se acabó convirtiendo también en uno de los momentos más bestias del set. «RKV», casi calcada al disco y su otra cima, también fue especialmente celebrada. Y si Fake se había pasado la noche caminando por la cuerda del shoegaze, no muy alejado del post-rock, «CONNECTIVITY» nos lanzó a las bandas sonoras de los ochenta, con su sonido grandioso a sintetizador vintage.

Y aunque Providence sea su mejor trabajo, «The Sky was Pink» sigue siendo su tema más esperado. Y así se lo hizo saber el público cuando llegó, en una versión cercana al remix de su ex-jefe James Holden, justo después de la espectacular «Fortune Bru», un tema que pone los pelos de punta en disco y que también lo hizo en directo, con su toque ácido y su ritmo martilleante. Un recorrido cortísimo (setenta minutos escasos) en el que un tímido Fake regaló una de esas noches que pasan cada poco cuando coincide un disco brillante con un artista brillante.

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