New Order – Music Complete (Mute)
Quizá por no esperar mucho de él, el nuevo disco de New Order se ha convertido en una de las sorpresas del año. Su fichaje por Mute anunciado hace unos meses ya nos hizo soñar a algunos nostálgicos que veneramos a muchos de los artistas que pueblan el sello que fundó Daniel Miller en 1978 y al final, parece que algunos indicios teníamos para sospecharlo, porque han vuelto para reivindicar el lugar que les corresponde y habían perdido.
«New Order no son lo mismo sin Peter Hook», vale, pero viendo el resultado, pocos le echaran de menos, la verdad. Y no vamos a ser nosotros quiénes critiquemos la trayectoria de uno de los bajistas más importantes e influyentes de la música de las cuatro últimas décadas, pero su deriva tampoco acompaña a que sigamos apreciándole como antaño.
Para la gestación de Music Complete, el trío Sumner, Morris, Gilbert, acompañado por los solventes Phil Cunningham y Tom Chapman, han decidido recuperar algunas de las virtudes que atesoran y que se habían ido deslavazando con el tiempo. Libres de presión, lo que en principio iba a ser un EP terminó por convertirse en un señor álbum, en el que regresan sin complejos a la electrónica, que marca el tono general de su conjunto.
Si una canción representa lo que vamos a encontrarnos esa es «Singularity», que aúna todos los ingredientes que han hecho de New Order la legendaria formación que son. Una conjunción perfecta entre el afterpunk de su inicio y la progresiva introducción de sintetizadores. «Plastic» ya adelantada en sus últimos conciertos es un auténtico rompepistas, por no hablar de la dupla «Tutti Frutti» y «People on the High Line», que son puro Technique (1989). Reseñable igualmente el spoken word a lo Vincent Price que se marca Iggy Pop en «Stray Dog», la luminosidad de «Superheated» con la participación de Brandon Flowers y la épica de «Academic». Pero eso no es todo, conscientes de su capacidad para construir melodías de pop con ese característico poso de nostalgia, los de Manchester van a lo seguro en «Restless» y «Nothing But a Fool», dos hermanas pequeñas de aquella «Regret» aún por superar.
No es que estemos ante una de sus mejores obras, pero al menos sí ante la colección de canciones más convincente desde Republic (1992).