Personajes de disco: repasamos 10 álbumes conceptuales con protagonistas ficticios
En 1972 Ian Anderson, líder del grupo de rock progresivo Jethro Tull, compuso un álbum hoy considerado mítico llamado Thick as a brick, un disco conceptual con una única canción cuyo argumento giraba en torno a la historia de un chaval llamado Gerald Bostock, que fue desposeído de un premio de poesía cuando se descubrió que sus padres habían mentido sobre su edad para que el crío pudiera presentarse al concurso, hecho que se sumó a las protestas del público por la naturaleza supuestamente ofensiva del poema.
Todo en aquel álbum era ironía: Ian Anderson creó Thick as a brick molesto porque los críticos consideraron Aqualung, su anterior disco, como “conceptual”. Anderson replicó que “si quieren un disco conceptual, les daremos la madre de todos los discos conceptuales”. El resultado fue una canción de más de 40 minutos, dividida en dos partes, y un concepto (el drama del pequeñoGerald) que sustentaba toda la historia. Incluso la portada fue un ataque de Ian Anderson al periodismo amarillento de la época (en eso no hemos cambiado mucho) que exageraba las historias, cuando no directamente se las inventaba, sacrificando la veracidad en el altar de las ventas. Inesperadamente, el álbum que nació como una broma se convirtió en su más venerado disco.
40 años después Ian Anderson ha decidido resucitar aquella historia en Thick as a Brick 2: Whatever happened to Gerald Bostock?En esta inesperada secuela Anderson nos ofrece cinco historias diferentes sobre lo que podría haber sido la vida del protagonista del álbum original en estas cuatro décadas, sirviéndose otra vez de un periódico ficticio y un supuesto “periodismo de investigación” basado sólo en especulaciones.
Esta sorprendente vuelta a la actualidad del pequeño (hoy ya crecidito) Gerald Bostock nos ha llevado en Muzikalia a recordar a otros personajes ficticios, creados para la ocasión, que protagonizaron discos enteros. Aquí tenéis algunos de ellos.
Ziggy Stardust (David Bowie – Ziggy Stardust, 1972)
Ziggy Stardust es un alien llegado a La Tierra cuando a nuestro planeta le quedan cinco escasos años para la destrucción, trayendo el rocknroll como vehículo de salvación, aunque finalmente se da cuenta de que nuestro destino (tanto como el suyo propio) está sellado y es inevitable. Desde el optimismo de “Starman” a la desesperación de “Rocknroll suicide”, la historia de Ziggy es la historia de la humanidad: siempre autodestructiva, siempre esperando Mesías salvadores. Ziggy era también un alter-ego de David Bowie en el que el cantante volcó sus obsesiones y sus excesos, reflejando en sus canciones la forma en que dichos excesos podían acabar destruyéndolo. En la vida real, Ziggy ni siquiera pudo sobrevivir cinco años.
Melody Nelson (Serge Gainsbourg – Histoire de Melody Nelson, 1971)
No está claro si Melody Nelson fue o no un personaje real, pero conociendo la trayectoria vital de Serge Gainsbourg no sería de extrañar que hubiese existido realmente. Su historia, basada en la Lolita deNabokov, rozaba peligrosamente la pedofilia hasta el punto de que dudo de que hoy hubiese podido comercializarse sin problemas. Debemos reconocer que vivimos tiempos muy papanatas y tiquismiquis, así que apostaría a que la historia de una cría que tiene un accidente de bicicleta con un señor mayor, y que acaba liada con él, levantaría más que ampollas entre algunos colectivos empeñados en confundir la realidad con las fantasías. La mejor muestra del talento y la personalidad subyugante de Gainsbourg.
Jim y Caroline (Lou Reed – Berlin, 1973)
Despreciado en su momento, reivindicado y convertido posteriormente en objeto de culto, Berlín es uno de los discos más amargos jamás concebidos. La oscuridad y decadencia del Berlín ocupado y dividido por el muro da pie a una historia de amor sobrecogedora: la que une a Jim (un yonqui americano) yCaroline (una prostituta alemana). Una historia que sirve de hilo conductor del álbum, desde que Jim y Caroline se conocen hasta el trágico final; desde el tranquilo y precioso café en el que se ven al principio, hasta la cama donde Caroline se corta las venas.
Tommy Walker (The Who – Tommy, 1969)
Tommy Walker presencia una tragedia familiar cuando es un crío, y como resultado queda ciego, mudo y sordo. Sólo es el principio: Tommy inicia un viaje que lo llevará a través de las obsesiones religiosas de su madre, pasando por su iniciación al sexo y al uso de drogas, por los abusos sexuales y de todo tipo al que le someten miembros de su propia familia, hasta que finalmente descubre su verdadero y enorme talento: el pinball. Al final llega la curación a través de la rotura de un espejo, y Tommy se convierte en un gurú que ayudará a la gente a afrontar sus problemas de la misma manera que él lo hizo en su momento. La situación degenera y estalla a medida que el culto a Tommy se convierte en una secta obsesiva y destructiva. Una gran crónica (y crítica) de los últimos 60.
Jimmy Cooper (The Who – Quadrophenia, 1973)
Jimmy Cooper es un chaval mod de principios de los 60 que, por lo visto, sufre un trastorno de personalidad múltiple. En concreto son cuatro sus personalidades, lo que lleva a pensar en los cuatro miembros de The Who. La vida de Jimmy es una continua decepción: con su psiquiatra, con su familia, con sus amigos, con el rock, con las chicas… Sólo tiene su Scooter, su vestimenta mod y sus anfetaminas. Incluso el estilo de vida mod acaba en desengaño, con lo que Jimmy debe enfrentarse a su soledad. Sin demasiados lugares ya donde huir o en los que refugiarse, Jimmy se lanza a navegar por el mar sin rumbo. El viaje termina de manera funesta, pero en el último momento Jimmy tiene una revelación sobre quién es. Lástima que sea demasiado tarde.
Rael (Genesis – The lamb lies down on Broadway, 1974)
En 1973 los miembros de Genesis discutían sobre cuál sería su siguiente proyecto. Mientras la mayoría de la banda apostaba por una adaptación de “El principito” (Saint-Exupery), Peter Gabriel se obsesionó con la historia de “El topo”, la película de Alejandro Jodorowsky, y sus referencias mesiánicas. Finalmente las fricciones dentro del grupo desembocarían con la salida de Gabriel, pero antes tuvo tiempo de crear esta inquietante gran obra. Rael, un inmigrante portorriqueño, vaga por Nueva York cuando es absorbido por una especie de nube que lo transporta a un mundo irreal repleto de raros personajes que vagan sin rumbo, discuten sobre qué puertas atravesar o toman forma de reptiles sanguinarios, seres deformes, personas con máscaras o incluso la forma de…el propio Rael. Otra metáfora sobre viajes iniciáticos, con referencias a la historia de Alicia en el País de las Maravillas o incluso al Infierno de Dante.
Sebastian F. Sorrow (The Pretty Things – S.F.Sorrow, 1968)
No tan trágico como Berlín, pero no menos triste, es este álbum que contiene la narración de la desgraciada vida de Sebastian F. Sorrow. El apellido (“Sorrow”= dolor, pena, tristeza) ya lo dice todo, pero además nuestro personaje trabaja en una empresa llamada “Misery Factory”. Con estos precedentes no es extraño que su vida sea un cúmulo de calamidades: vive una corta historia de amor que es interrumpida por su llamada a filas y por el trágico final de su amada, fallecida en (supuestamente) la catástrofe del Hindeburg. Como suele ocurrir con estos desdichados personajes, todas estas tragedias desembocan en un viaje hacia el conocimiento de sí mismo con ayuda de estrambóticos personajes (pensemos en la Acid Queen de Tommy), aquí un tal Baron Saturday (referencia al Baron Samedi del vudú haitiano) y, lógico tratándose de finales de los 60, con ayuda de las drogas. Al final del viaje, Sebastian es ingresado en un sanatorio mental donde afrontará la vejez y la muerte.
Arthur Morgan (The Kinks – Arthur (or the decline and fall of British Empire, 1969)
La historia del séptimo álbum de los hermanos Davies está inspirada por su propia hermana mayor, emigrada a Australia junto a su esposo, Arthur Anning. Las canciones de Arthur describen la Inglaterra de la posguerra y la difícil situación económica que lleva a gente como los hijos de Arthur Morgan, vendedor de alfombras, a emigrar a Australia en busca de una vida mejor. El disco refleja de manera muy costumbrista, como era habitual en los Davies, la forma de vida de aquella época. Toda la historia de la familia Morgan desfila ante nuestros ojos (y oídos): desde la muerte de su otro hijo en la 1ª Guerra Mundial, la nostalgia de Arthur por su infancia, el periodo de entreguerras, el paso por la 2ª Guerra Mundial… Así hasta llegar a la confusa década de los 60. Como siempre, la historia fue sólo una excusa para que Ray Davies insistiera en sus críticas a la vida superficial y apegada a las tradiciones de la Inglaterra de su época.
Pink (Pink Floyd – The Wall, 1979)
Floyd Pinkerton, conocido como Pink, es el protagonista de The Wall, el gran disco de Pink Floyd, y también de la película basada en el álbum que protagonizó Bob Geldof. Pink es un músico que pasa por una crisis nerviosa, angustiado por la relación con su público y también por los fantasmas de su pasado, principalmente por el fallecimiento de su padre en la 2ª Guerra Mundial. Su esquizofrenia le lleva a aislarse de todo y de todos, construyendo un muro ficticio a su alrededor. Convertido en estrella de rock, el uso de drogas al que se ve empujado por su estatus de figura pública agrava su situación. Pink acaba tomando la forma de un dictador que guía a su público con maneras tiránicas. Finalmente Pink llega a ser consciente de su situación y arremete contra sí mismo y su deriva absolutista, llegando a ser juzgado y condenado en su propia mente. No está claro como acaba la historia, pero en The Final Cut parece darse a entender que el destino final de Pink no fue nada agradable.
Steven (Alice Cooper – Welcome to my nightmare, 1975)
Steven es un niño cuyas pesadillas protagonizan Welcome to my Nightmare, el primer álbum en solitario de Alice Cooper tras la separación de su banda. Como en una precuela de Pesadilla en Elm Street, los peores miedos de Steven toman forma en las canciones del disco: desde la extraña figura que da la bienvenida en el corte que abre el álbum, hasta el despertar del final. La aparición de la voz de Jim Morrison, así como la de Vincent Price, junto a las referencias a Tubular Bells (la banda sonora de “El Exorcista” estaba entonces en boca de todos) aumentan esa sensación de temor y pesadilla. Aparte de sus miedos, poco más sabemos de Steven, pero el personaje aparece en otros álbumes de Alice Cooperhasta llegar a producir una secuela, Welcome 2 my Nightmare (2011), en la que, según palabras de su autor, las pesadillas son todavía peores.
Además de Thick as a Brick existen algunos otros álbumes protagonizados por críos ficticios, aunque no sea de forma tan directa. No queríamos terminar el reportaje sin mencionar al menos estos tres:
- Zen Arcade (Hüsker Dü, 1984). Cuenta la historia de un chaval que huye de una situación extrema en su casa. Como suele ocurrir en este tipo de historias trágicas, la vida fuera de casa no soluciona sus problemas sino al contrario, los agrava.
- Misplaced Childhood (Marillion, 1985). Discretamente autobiográfica, cuenta la historia de un chaval que sufre abusos en su infancia y se lanza a la bebida, la prostitución y el abuso de las drogas.
- Fear of a Blank Planet (Porcupine Tree, 2007). Basado en la novela Lunar Park de Bret Easton Ellis, narra la historia de un adolescente típico de los tiempos que corren: desórdenes de conducta, baja interacción social a causa del abuso de las nuevas tecnologías, drogas…