Rhythm & Sound – The Artists (Asphodel/Burial Mix)
R&S y Burial Mix, subsellos de Basic Channel, y B.C. , han sido y siguen siendo sellos de referencia en lo que concierne al techno de aires jamaicanos, parco y emotivo dónde lo haya. Recordemos que Mark Ernestus y Moritz Von Oswald, fundadores de R&S y Burial Mix en 1990, son historia viva, y protagonistas, junto con Tresor del desarrollo del techno en Europa.
Alrededor de Basic Channel:
A finales de los 80, todo una serie de acontecimientos sociales y políticos desestabilizaban las bases de una Europa enferma de odios y rencor: en Polonia el Solidarnosk llegó al poder con una abrumadora victoria electoral; Hungría avanzaba despacio hacia el pluralismo político; en Checoslovaquia había grandes manifestaciones de masas y aumentaba la actividad de los disidentes comunistas tanto en Bulgaria como en Rumania, manifestaciones, todas estas, de gente común y corriente, que forzaron a las instancias políticas del momento (en aquella época aun habían políticos que escuchaban) a cambiar de rumbo. Y así fue como en noviembre de 1989, y gracias a la persistencia de dos políticos fundamentales del siglo XX (M. Gorbatchov y H. Kohl), caía el muro y se levantaba por fin el telón de acero. Berlín y Europa quedaban por tanto liberadas de la barrera de la discordia, y por fin familias y amigos pudieron reunirse otra vez celebrando el nacimiento de la nueva Europa, una nueva Europa donde muchas cosas parecían tomar otro rumbo.
Al igual que en la Europa posterior a la II guerra mundial, los artistas sintieron la responsabilidad de contribuir al cambio. Las artes (la música en particular) no debían permanecer al margen de los acontecimientos. Así, M. V. Oswald y M. Ernestus no se quedaron a un lado, y contagiados por el entusiasmo general y por la creciente pegada de maxis americanos provenientes de Nueva York, Chicago y Detroit, fundaron lo que fue la primera tienda dedicada exclusivamente a la música electrónica (que me disculpen los puristas) en 1989, Hardwax, en la zona de Kreuzberg en el Berlín occidental. La música que se distribuía en esa tienda fue el detonador de la aparición de sellos como Basic Channel o Tresor, que como respuesta a la creciente demanda, empezaron a contactar directamente con productores americanos (Underground Resistance sobre todo) para distribuir sus discos y colaborar con ellos (J. Mills – y su genial X-101– , Blake Baxter –Prince of Techno-, J.Atkins –Jazz is theTeacher, junto con Von Oswald-), al tiempo que editaban sus propias temas. El estado ya avanzado de la tecnología músical y su creciente democratización, propiciaron la aparición un gran número de músicos independientes en el país teutón, entre ellos Mauricio (en la faceta más techno) o Tikiman (aka Paul St. Hilaire, en la faceta más dub).
Alrededor de Rhythm & Sound w/ the artists:
Tikiman, es el artífice de las versions en las caras B de los maxis de Burial Mix, el último sello dedicado al dub más clásico perteneciente a la familia de Basic Channel. El disco –recopilatorio- (Rhythm & Sound w/ the artists), que ha propiciado esta larga digresión sobre el desarrollo del techno en Europa, no es ni un disco de techno ni un disco de dub, sino que se encuentra a medio camino. Un lugar al que se puede llegar recorriendo el camino que lleva del techno al dub o del dub al techno según se mire. Dos músicas que, aunque nacidas en épocas (Jamaica a mediados de los 70; USA –Chicago/Detroit- a principios de los 80), lugares y contextos históricos muy diferentes, han seguido caminos paralelos aunque destinados a encontrarse, debido a la gran semejanza que presentan su filosofía de trabajo y su cometido.
Las dos nacieron en las cabezas inquietas de personajes fascinados por las nuevas tecnologías, que las utilizaron y manejaron, no dejando que el bosque de sus potencialidades escondiera los árboles de sus posibilidades, para de esta forma revolucionar el mundo de la música popular, con propuestas frescas y arriesgadas, que recordaron al público que la música debe alimentar tanto el cuerpo como el espíritu.
En el recopilatorio que nos ocupa, participan Cornell Campbell, Jennifer Lara, Paul St. Hilaire (Tikiman), Shalom, The Chosen Brothers, Jah Batta, Love Joy y The Chosen Brothers todos remezclados por el equipo de R&S (Oswald, St. Hilaire y Ernestus).
Siguiendo con la metáfora, se podría decir que el disco se encuentra en un no man’s land de donde lo único que nos llega es un leve eco, oscuro y frágil, en el que las voces se apagan lentamente repitiéndose en nuestra cabeza mientras sus acompañamientos rítmicos las guían en su perecer. Aunque quizás una primera escucha manifieste una cierta linealidad o monotonía, todas las producciones parecen construidas bajo el mismo patrón, escuchas más atentas (recomiendo el uso de cascos) harán surgir todos los detalles y matices de las sutiles producciones de R&S (en su caso vale más que nunca la máxima del arquitecto de la Bauhaus Mies Van Der Rohe, “menos es más”).
A la construcción del halo que rodea este disco (si te fijas lo ves), contribuyen sobre todo las voces. Todos estos músicos jamaicanos tienen algo en común. Y es que siguiendo el mismo el camino de redención que ya emprendieron los músicos de jazz (los «parias» del bebop y los artífices de la new thing) hacia Europa (París sobretodo) a finales de los 40 y principios de los 60, todos han ido a parar a Berlín (la nueva tierra prometida del dub –prometo no utilizar más símiles bíblicos), donde se encuentran sus almas más afines. Sus plegarias, quejidos y compromiso ideológico (es de admirar que aun existan idealistas en un mundo donde se impone la frivolidad cínica) se acompañan de la desgraciadamente muy sobada y clásica filosofía rastafari, demasiadas veces refugio para lobos con piel oveja que desprenden tufillo a profeta. No es el caso de estos poetas y poetisas, en donde esta se redefine, y se nos presenta, en su estado más humanista y desligada de todo falso espiritualismo. Como en las viejas baladas de Horace Andy o J. Holt, de todos los temas del recopilatorio, se desprende una ternura y una honestidad, que seguro conmoverán a los oyentes más sensibles, hartos de propuestas banales, superficiales y llenas de crispación (muchas veces falsa y disfraz de conformistas).
En el reino de Cornell Campbell no hay lugar para traición, han estado Traddin for too long, y llega la hora de Mash down Babylon, y lo harán a base de humildad y sinceridad. Ábreles tus oídos y Let the music hit you hasta llegar al fondo de tu corazón. Un hito.