Ricardo Vicente
Lo maravilloso de la vida es que tiene un guión amalgamado
(Foto: Daniel Surutusa)
Ricardo Vicente asume al fin el protagonismo exclusivo que su talento e inspiración venían demandado desde hace tiempo, en una necesidad concretada ahora en el inspirado doblete que supone «¿Qué Haces Tan Lejos de Casa?» (2013).
Un esperado viaje en solitario que llega tras su militancia en Tachenko y La Costa Brava, además de publicar el EP Gloria y La Belleza Sureña (2010) con Francisco Nixon y asumir El Problema de los Tres Cuerpos (2011) junto a The New Raemon y el propio Nixon.
El estreno definitivo del zaragozano acumula impulso y ambición hasta desembocar en una cuidadísima doble edición de libro y disco acerca de la cuál dialogamos a lo largo de la siguiente entrevista.
La primera pregunta es evidente, pero también obligada… ¿Por qué has elegido este momento para debutar en solitario? ¿Por qué justo ahora?
La razón es un poco una mezcla de situaciones. Lo más importante es que tenía algo importante que contar. A nivel personal creo que es el principio de una nueva etapa. A nivel profesional es algo que ha ido gestándose con el tiempo. Y justo ahora porque vi la posibilidad de estabilidad para ello.
¿Tuviste claro desde el primero momento que «¿Qué Haces Tan Lejos de Casa?» tenía que constar indivisible y conjuntamente de disco y libro? En tu opinión… ¿Qué aporta lo uno a lo otro y viceversa?
No desde el comienzo. En un primer momento escribí como hago casi todos los días, lo que ocurre es que las piezas empezaron a encajar y el conjunto es indivisible si lo ves en perspectiva. Quiero decir con esto que uno empieza algo nuevo y debe dar una explicación. Lo que aporta cada cosa es luz a un periodo de oscuridad.
De la novela se desprende la sensación de que, de algún modo, han sido años de «autocontención» en cuanto a la publicación al margen de las diferentes bandas y proyectos en los que has participado se refiere… ¿Es así?
No he tenido que contenerme durante estos años, o por lo menos en los primeros. Con La Costa Brava había de todo menos «autocontención». Con otras bandas era trabajo y con Fran era nadar en la amistad más firme que tengo, así que no creo. Lo que puede que ocurriera es que después de la gira de los tres cuerpos me viera con la fuerza necesaria.
Lo digo porque la lectura resulta enriquecedora para el receptor, pero al mismo tiempo deja la sensación de que has sido una experiencia liberadora para ti… ¿Ha sido así? ¿Qué ha supuesto para ti dar salida a «¿Qué Haces Tan Lejos de Casa?»?
Bueno, el proceso de producción ha sido de todo menos liberador. Lo que ocurre es que hay un volumen de información considerable, más allá de las canciones de toda la vida, y hablo de mi vida. Lo que ha supuesto para mí es asumir algo muy importante, la responsabilidad que tal vez haga que la culpabilidad y el miedo queden un poco más opacados.
La gira de «Los Tres Cuerpos» supone la escusa y el hilo conductor del libro… ¿Tenías claro que ése era el punto de partida?
Esta es una novela que podría haber escrito en cualquier momento de estos últimos diez años, lo que ocurre es que la realidad se mete en la ficción de manera muy extraña. Eso es lo maravilloso de la vida, que tiene un guión amalgamado, o por lo menos así lo veo yo.
Precisamente una de las virtudes de la novela es la naturalidad con la que conjugas una jugosa serie de experiencias reales e imaginadas, en un juego de narración que a la postre supone un todo indivisible… ¿Cómo enfocaste la escritura para alcanzar ese resultado?
Para mí la escritura es algo muy serio, es algo que tiene que ver con los rituales que cada uno adquiere. Unos buenos y otros no tanto, por ello la manera de enfocarlo fue la búsqueda de la honestidad sin perder la dignidad. Difícil, ya lo sé, pero es que desde el momento en que pisas la calle, el mundo forma parte de la trama y si te montas en una furgoneta y lo que quieres es ser escuchado, ni te cuento.
Hacia el final del libro escribes: «Lo podría explicar de forma más tradicional pero no quiero»… ¿Pensaste en algún momento en enfocar la novela de manera diferente a la definitiva?
Ahí podría haber puesto un «no puedo» también. En realidad es una forma de avisar que somos máquinas que funcionamos aunque estemos rotas, máquinas que se enamoran cada cierto tiempo, máquinas que se quedan solas, máquinas que necesitan ser oídas; en definitiva que no hay una sola forma de funcionar pero creo que he elegido la que quería.
En un momento del libro Sergio Algora te pregunta si eres feliz… ¿Es feliz ahora mismo Ricardo Vicente? Porque creo que en realidad «¿Qué Haces Tan Lejos de Casa?» va de afrontar las alegrías y miserias del trascurrir vital…
Esta pregunta es mi preferida y la más compleja. El problema no es la pregunta, que es que es algo que me digo a mí mismo cada cinco minutos. El problema es la repetición que te lleva a una mentira. Quiero decir que uno no sabe cómo ha llegado hasta los últimos cinco minutos. Digamos que puedo decir que soy feliz pero no estoy seguro de decir la verdad y al contrario. Lo que sí que te digo es que yo esto no lo dejo.
No puedo dejar de preguntarte por él… ¿Cómo recuerdas a Sergio?
Lo recuerdo con la alegría más absoluta entre el dolor, a veces, entre la falta, entre los días de absoluta batalla. Lo que yo pasé con él lo he intentado explicar en ese capítulo y no creo que ahora pueda hacerlo mejor.
Hablemos un poco de la grabación del disco… ¿Dónde y cuándo se grabó? ¿Cómo fue ese proceso de grabación? También hay algunas colaboraciones en el álbum…
El disco ha sido un trabajo en dos ciudades. Todas o la mayoría de las bases las hice aquí en Zaragoza con Enrique Moreno y Libi. Fue un proceso muy lento y meticuloso. Después fui a Madrid con Nahúm García que, la verdad, ha sido importantísimo en todo el proceso. En los estudios OEO MÚSICA, grabábamos por las tardes de agosto y Fran estuvo por ahí, a veces cantando y otras leyendo y dándome seguridad.
Escuchando las once canciones del disco da la impresión de que al fin has encontrado la manera definitiva de ejecutar tus composiciones. Se aprecia más seguridad y convicción en la interpretación… ¿Lo percibes de igual manera? ¿Dirías que estás en tu mejor momento como intérprete?
Una de las cosas que comprendí en la gira de los tres cuerpos es que debía plantearme trabajar la interpretación, es cierto. En cada trabajo yo me planteo un par de cosas que mejorar, no más, que si no te bloqueas, y creo que en los ensayos que estamos haciendo ahora se nota.
El disco está publicado por Marxophone… ¿Es más sencillo o te sientes más seguro publicando en un sello creado por y para artistas?
Marxophone es exactamente eso, una plataforma donde encontrar un equipo y esa es la idea. Porque no se puede hacer esto desde el aislamiento absoluto, o por lo menos yo no puedo. Yo llevo mucho tiempo trabajando con ellos, pero creo que estos dos últimos años la dinámica es más intensa y pienso que va a ser muy positivo. La promoción está siendo fantástica y al final uno va creciendo con este tipo de cosas.
Zaragoza ha sido siempre una ciudad tremendamente inquieta en lo artístico… ¿Cómo crees que llega a marcar el lugar en el que naces o vives a la hora de crear? ¿Qué significa actualmente para ti la ciudad y cómo la percibes?
Zaragoza ha sido un lugar de residencia pero no durante toda mi vida, es más, son los últimos años los que he vivido más en ella. Yo creo que me influye más en lo que he pasado de adolescente, pero en lo demás hay muchos sitios de los que extraigo el fundamento de mis textos. Yo la ciudad la veo como un buen lugar para trabajar y encontrar la tranquilidad suficiente para centrarme.
Echando la vista atrás… formaste parte de la formación original de Tachenko y posteriormente de La Costa Brava, además del proyecto junto a Francisco Nixon y The New Raemon que ya hemos mencionado… ¿Cómo calificarías, con la perspectiva que da el paso del tiempo, tu paso por esos proyectos y qué te ha aportado personalmente cada uno ellos?
Tachenko fue mi reencuentro con la música… yo venía de Buenos Aires y empecé todo el proyecto con ellos. La Costa Brava ha sido una época en la que igual no me preguntaba cada cinco minutos si era feliz, era una banda de locos que cierta gente entendió, que no es poco. Con Francisco Nixon he pasado de todo, es alguien a quien quiero mucho y no sería fácil vivir sin saber que no tenemos que hablar para saber cómo estamos. Con The New Raemon, he vivido una gira intensa y una grabación apasionante, no me extrañaría volver a tener algo con él, de hecho me ha animado y apoyado en todo esto, Ramón es muy apasionado y eso es una de las razones por las que todo funcionó.
Para finalizar y en sentido contrario, me gustaría saber cuáles serán o hacía dónde irán enfocados los próximos pasos de Ricardo Vicente…
La verdad es que me siento muy ilusionado y cómodo con esta aventura porque es la aventura de mi vida. Esto es el principio, estaré todo este año con el proyecto y puede que en otoño vuelva a escribir, pero ahora mismo es pronto para anticipar nada.