Rickie Lee Jones – Pieces Of Treasure (BMG)
En la contraportada de este disco de versiones de la gran Rickie Lee Jones podemos leer a su productor Russ Titelman narrar que en un verano de 1978 recibió un casete de una desconocida cantante de Los Angeles, y se quedó encandilado con las tomas en formato demo de las ahora clásicas “Chuck E.’s In Love”, “Youngblood”, o “Easy Money”. Enseguida se dio cuenta de que era una cantante con unas posibilidades extraordinarias para cantar jazz con esa voz tan peculiar, y desde aquel comento surgió la unión entre estos dos amigos que ahora se reencuentran. Titelman produjo los dos primeros discos de la de Chicago, el homónimo de 1979 y Pirates de 1981. Dos preciosos cancioneros que rezumaban pasión no solo por el jazz, también por el blues, el soul, el pop y el rhtyhm & blues, y que acariciaba con el susurro de la voz de una Jones en estado de gracia.
Este nuevo recorrido por la historia de la música norteamericana tiene otra portentosa producción de Titelman, y el resultado no puede ser más exultante, aunque se sirva de una instrumentación más espartana, y no tan florida como los álbumes antes mencionados. El hechizo se obra de nuevo tan solo posando la aguja en los primeros surcos del disco, “Just In Time” -versión de un tema cantado por el dúo Judy Holliday-Dean Martin para la banda sonora de la película Suena el teléfono de Vincente Minelli– es una nocturna reinterpretación con unos arreglos de xilofón que acompañan a una cantante en plenas facultades. Los mismos derroteros -neones, humo, rastros de carmín- fluye por entre los vasos comunicantes de “There Will Never Be Another You”, tema aparece en el musical Iceland (H. Bruce Humberston, 1942).
Un mantra selvático con guitarra española en su comienzo, abre la increíble versión de “Nature Boy” original de Eden Ahbez, mientras que los aires blues marcan el compás en “One For My Baby (autores: Harold Arlen y Johnny Mercer) en otra portentosa manera que tiene en llevar la canción por derroteros inesperados.
Un guiño a Fred Astaire que cantó “They Can’t Take That Away From Me” en el filme Ritmo Loco, hace que movamos el pie acompasando los sonidos delicados marca de la casa de los Gershwin. El piano y la orquestación van esbozando el camino de la preciosa “All The Way” que cantara en su momento Frank Sinatra, y “Here’s That Rainy Day” mantiene las constantes intimistas de la anterior con igual maestría.
El medio tiempo que emplean para arreglar “September Song” (Weill-Anderson) es una delicia, y tan solo de una guitarra acústica se hace acompañar la autora de “Rodeo Girl” en “On The Sunny Side Of The Street” (Fields/McHugh) que popularizó en su momento Louis Armstrong. El cierre lo pone “It’s All In The Game” -canción escrita en 1911 por Charles Gates Dawes– y acaba en sollozos. Y es que ante tamaña obra de arte no es para menos. Diva.