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Singles Supremos: «Incense and peppermints» de Strawberry Alarm Clock

Resulta enmarañada, rara y turbulenta la manera como se escribió, en el año psicódelico de 1967, el single supremo “Incense and peppermints”, por parte del grupo californiano Strawberry Alarm Clock. Previamente comentaremos que, cuando fue relanzada la propia pieza, ésta se disparó hasta el mismísimo nº1 de las listas oficiales de Estados Unidos; convirtiéndose así en unos de los himnos de aquel periodo clave de los años 60.

 

Good sense, innocence, cripplin’ mankind, / Sensatez, inocencia, humanidad paralizante,
dead kings, many things I can’t define. / reyes muertos, tantas cosas que no puedo definir.
Occasions, persuasions clutter your mind. / Ocasiones y persuasiones que confunden tu mente.
Incense and peppermints, the color of time. / Incienso y menta, el color del tiempo.

Who cares what games we choose? / ¿ A quién le importa los juegos que elegimos?
Little to win, but nothin’ to lose. / Poco que ganar pero nada que perder.

Incense and peppermints, meaningless nouns. / Incienso y menta, sustantivos sin sentido.
Turn on, tune in, turn your eyes around / Enciéndete, sintoniza, haz girar tus ojos.
Look at yourself, look at yourself, yeah, yeah! / Mírate a ti mismo, mírate a ti mismo, ¡sí, sí!
Look at yourself, look at yourself, yeah, yeah! / Mírate a ti mismo, mírate a ti mismo, ¡sí, sí!

To divide the cockeyed world in two, / Para dividir en dos este mundo absurdo,
throw your pride to one side; / deja tu orgullo a un lado;

it’s the least you can do. / es lo menos que puedes hacer.
Beatniks and politics, nothin’ is new. / Beatniks y política, nada nuevo.
A yardstick for lunatics, one point of view. / Un criterio para lunáticos, un punto de vista.

Who cares what games we choose? / ¿ A quién le importa los juegos que elegimos?
Little to win, but nothin’ to lose. / Poco que ganar pero nada que perder.

Good sense, innocence, cripplin’ mankind, / Sensatez, inocencia, humanidad paralizante,
dead kings, many things I can’t define. / reyes muertos, tantas cosas que no puedo definir.
Occasions, persuasions clutter your mind. / Ocasiones y persuasiones que confunden tu mente.
Incense and peppermints, the color of time. / Incienso y menta, el color del tiempo.

Who cares what games we choose? / ¿ A quién le importa los juegos que elegimos?
Little to win, but nothin’ to lose. / Poco que ganar pero nada que perder.

Incense, peppermints. / Incienso, menta.
Incense, peppermints. / Incienso, menta.

Intentaremos, por lo tanto, esclarecer mínimamente los intrincados episodios acontecidos acerca de esta fenomenal canción.

En el afamado año de 1967, en Glendale, cerca de Los Angeles, el teclista y vocalista Mark Weitz y el guitarrista solista Ed King (futuro componente éste de Lynyrd Skynyrd, a partir de 1973), idearon un instrumental de autoría propia destinado a su grupo de versiones Thee Sixpence; también formado el mismo por Lee Freeman (guitarra rítmica, armónica y voz), Gary Lovetro (bajo) y Gene Gunnels (batería).

En concreto, Mark Weitz, a través sus psicotrópicos teclados, creó la parte de la intro, la del final y la de la melodía y por su parte, Ed King aportó el magnético fragmento de las seis cuerdas con pedal fuzz. Después, con el título aún por acabar de concretar, aquella extravagante pieza, aún instrumental, fue grabada por el quinteto Thee Sixpence en una mesa de 8 pistas, en los estudios Original Sounds, propiedad de Art Laboe, en Hollywood (Los Ángeles). El manager del grupo, Bill Holmes, apodó entonces, provisionalmente, a aquella misma composición sin voz como “The Happy Whistler”.

Por otra parte, el productor del proyecto, Frank Slay, impuso como letrista a John Carter, procedente éste del combo Rainy Daze (también producido por el mismo Slay). Matizar que el citado productor le había pasado, previamente y de sorpresa, el aludido tema instrumental, ya grabado y remezclado, a Carter. Éste último, al escucharlo, sugirió el título de “Incense and peppermints” para dicha composición, una frase que agradó a Frank Slay que le pidió a John Carter un texto entero sobre ello. En consecuencia, este compositor, apoyándose en un libro de rimas, destinó a la melodía instrumental unos versos de su autoría; aunque recalcaremos que, en realidad, Carter no pertenecía al seno de Thee Sixpence.

Añadir que cuando al teclista Mark Weitz se le ocurrió una serie de progresiones de acordes, con la colaboración activa del guitarrista Ed King, como antes mentamos, el instrumental se fue hasta los 5 minutos pero dicha duración tuvo que reducirse luego, con “calzador” hasta los 3 minutos, para que la posterior letra del “externo” John Carter pudiera encajar y también para facilitar un posible acceso a las radio-fórmulas; el cual deseaba la discográfica del grupo de ese instante, All American Records, propiedad del propio apoderado de la banda, Bill Holmes.

La autoría de la composición, titulada finalmente “Incense and Peppermints”, motivó una fortísima discusión entre el productor Frank Slay y el mismo Bill Holmes; el cual había solicitado, previamente, que los nombres de todos los cinco componentes del grupo Thee Sixpence e incluso el suyo propio (ya que Holmes aludió que él mismo también ponía dinero) eran los que debían aparecer en los créditos… ¡e incluso se habló de que figuraran hasta 9 personas en ese apartado!

Ésto mismo sobre la intención de que firmase tanta gente se topó con la clara oposición de Frank Slay que en un principio prometió a Bill Holmes que John Carter, el colaborador habitual de éste, Tim Gilbert; además de Ed King y Mark Weitz, serían los que aparecerían como los cuatro autores de la tonada, como era costumbre numérica en aquel momento en la industria musical. Sin embargo, finalmente, el propio Slay terminó reduciendo la signatura en favor de solamente Carter y Gilbert; los cuales recibieron absolutamente todas las regalías de la canción. Una circunstancia ésta que supuso una brutal injusticia, sin duda, ya que Tim Gilbert nunca debió aparecer como autor en ese caso específico porque éste último… ¡ni siquiera había intervenido en la composición en absolutamente ningún aspecto! Para colmo, Bill Holmes acabó cediendo a esta circunstancia, lo que provocó las lógicas quejas de Mark Weitz. Más adelante, veremos más reacciones de este último a toda esta irregular maniobra.

Thee Sixpence foto

Se ha especulado que a los integrantes de Thee Sixpence les pareció tan sumamente ridículo el texto sobre “incienso y menta” aportado por alguien ajeno a su entorno compositivo como era John Carter que, finalmente, se negaron a cantar la pieza porque Mark Weitz, Ed King, Lee Freeman y compañía sintieron que aquellos versos no les representaban.

Por otro lado, Thee Sixpence tomaron una peculiar decisión y es que invitaron a un colaborador para que cantara la pieza, en concreto un amigo de ellos llamado Greg Munford; un guitarrista de tan solo 16 años, el cual pertenecía al grupo The Shapes of Sound. Resultó que éstos últimos también había ido a tocar al mismo estudio ese día y además, también tenían como productor al propio representante Bill Holmes. Pero, ¿por qué se produjo esa atípica situación acerca de Munford?

Lo cierto, es que aunque en un principio estaba previsto que Greg Munford solo aportase voces secundarias, finalmente se le contrató para ser el cantante principal en aquel tan específico caso porque a los propios miembros de Thee Sixpence les pareció que la voz del mismo Munford era la que mejor sonaba en el estudio de grabación, en el caso específico de esa melodía, con respecto a cualquiera de los mismos Sixpence; como, sobre todo, los cantantes Lee Freeman y Mark Weitz. Por su parte, el productor Frank Slay no se opuso a ésto mismo. Así pues, los miembros del grupo original tan solo intervendrían, vocalmente, en los sugestivos y envolventes coros.

Por contra, surgieron un par de hipótesis alternativas y rumores sobre que, por ejemplo, el letrista John Carter también cantó la canción, inicialmente, pero los Thee Sixpence siguieron estando en desacuerdo con su intervención y se desechó la toma vocal del mismo Carter. Entonces, el guitarrista fundador, Lee Freeman, se postuló como el cantante del tema pero por lo visto desapareció, junto a un par de chicas, antes de una de las definitivas sesiones de estudio pensando él, erróneamente, que no se grabaría la voz ese mismo día. De tal modo, supuestamente, el manager Bill Holmes, como castigo a Freeman, escogió como sustituto al aludido Greg Munford para entonar “Incense and peppermints”. Insistimos, de nuevo, en que todo ésto son diversas especulaciones que brotaron a lo largo del tiempo.

El caso es que con todo preparado, Thee Sixpence lanzaron “Incense and peppermints” como cara-B de su single “The Birdman of Alkatrash”, en Abril de 1967, con la discográfica All American Records; la cual también, anteriormente, había editado como sencillos otras cuatro canciones del combo, en 1966, aunque con escasa repercusión.

Sixpence Birdman of Alkatrash

Curiosísimamente, ocurrió que a populares pinchadiscos californianos como Johnny Fairchild o Dave Diamond (tras facilitarles una copia del vinilo 45 R.P.M. los mismos Bill Holmes y Greg Munford) les fascinó, ampliamente, la primera tonada aludida y empezaron a radiar sin descanso, en Los Angeles y poblaciones colindantes, dicho tema sobre “el incienso y la menta”; aunque ésta fuese una B-side. Fue entonces cuando el público local reaccionó apasionadamente a favor ante esa emisión de las ondas y cuando la poderosísima discográfica multinacional MCA se fijó en aquella banda, la cual solo era conocida en ciertos círculos de la mentada región del Oeste en aquel instante de 1967; pensando, además ya, dicho influyente sello en comprar los derechos de la potencialmente atractiva “Incense and peppermints”.

Al mismo tiempo, Mark Weitz y Ed King, comprobaron que en la misma Los Angeles ya existían varios grupos que poseían un nombre muy semejante a Thee Sixpence con lo que, por orden del productor Frank Slay, aquellos músicos modificaron la denominación del proyecto; llegando, finalmente, al término Strawberry Alarm Clock (significa “Despertador de Fresa”).

Esta denominación, tal vez, se inspiró en dos aspectos:

1) La canción “Strawberry fields forever”, de The Beatles y también pudo haber influido que, en 1967, existía una tendencia a que los grupos se pusieran nombres de frutas como, por ejemplo, Moby Grape o Electric Prunes. Surgió otra versión de ese mismo hecho acerca de que la discográfica MCA les había impuesto al combo esa palabra porque desde esa propia empresa aseguraron que los años 60 eran una época de paz, amor y fresas.

2) Se completó la nueva denominación del combo californiano debido a un reloj despertador muy ruidoso porque su segundero funcionaba mal, el cual poseía el propio Mark Weitz en la habitación de invitados de su casa; emplazamiento donde solía ensayar la banda. Se contó también que dicho aparato se cayó al suelo, haciéndose trizas y por eso la agrupación se fijó en dicho objeto; descartando así además nombres alternativos que habían pensado inicialmente como, por ejemplo, Strawberry Toilet.

Strawberry Alarm Clock foto

Ante dicha mutación nominal y estilística, fue entonces cuando se marchó el baquetero Gene Gunnels y se unieron a la banda, de modo oficial, el bajista George Bunell, el flautista y guitarrista Steve Bartek y el baterista Randy Seol. Los tres provenían del grupo Waterfyrd Traene.

Entonces, rápidamente, el sello MCA (a través de su filial UNI Records) relanzó, ya como single principal, “Incense and peppermints” en todo Estados Unidos (pasando a la cara-B la propia “The Birdman of Alkatrash” e invirtiéndose, definitivamente, el orden de colocación de ambas tonadas), en mayo de 1967; logrando los propios Clock el primer puesto de las listas norteamericanas, en noviembre de ese año 67, como se explicó antes y vendiendo el sencillo, nada menos, que un millón de copias.

A los miembros de Strawberry Alarm Clock les pilló totalmente de sorpresa que aquella pieza suya se convirtiera en tal descomunal éxito mediático, en aquel instante y muchos años después, el propio bajista George Bunell no entendió que una tonada que consideraba compuesta de modo deficiente, alcanzase semejante repercusión en Norteamérica y, por extensión, en el resto del planeta.

Strawberry Alarm Clock single

Por cierto que, para acabar de esclarecer todo este enrevesado asunto de la canción, comentaremos que es el propio batería rubio Randy Seol el que finge pronunciar las estrofas de “Incense and peppermints” en el colorido video-clip en play-back de la tonada pero, repetimos, que la voz que realmente suena en esas mismas imágenes y en el propio estudio es la del jovencísimo Greg Munford. Sin embargo, a pesar del rompedor hit, Munford, vocalista ocasional de Strawberry Alarm Clock, no se incorporaría al grupo, oficialmente, porque deseaba seguir un camino estilístico diferente con su propia banda The Shapes of Sound; pero, aun así, cabría preguntarse… ¿Si Munford se hubiera sumado como cantante de los Clock para más ocasiones, hubieran conseguido éstos últimos llevar más canciones al nº1?

A partir de ahí y para aprovechar el meteórico ascenso del single que hoy nos ocupa, por exigencia  de UNI Records el ya septeto oficial de Strawberry Alarm Clock trabajó en la grabación y el lanzamiento de su debutante LP homónimo Incense and Pepermints (nº11 en Estados Unidos); ahora ya con George Bunell y Steve Bartek firmando varias del resto de composiciones de la agrupación, en ese 1967.

Strawberry Alarm Clock LP

Ante la repercusión por todo Estados Unidos que fue adquiriendo el propio single y los astronómicos beneficios económicos obtenidos por el mismo, en 1967 y 1968, el teclista Mark Weitz pensó en poner una demanda al manager Bill Holmes y al productor Frank Slay reclamando los derechos de autor de la propia melodía “Incense and Peppermints”. Sin embargo, la agencia de conciertos contratada William Morris le avisó, seriamente, a Weitz de que si daba ese paso judicial el futuro de Strawberry Alarm Clock se vería comprometido con pérdidas de ganancias con el resto de sus canciones y de anulación de giras del grupo que ya estaban firmadas; donde los propios Alarm Clock compartían cartel con nada menos que Buffalo Springfield y The Beach Boys, por ejemplo. El músico no pudo negarse ante esas presiones profesionales que amenazaban con acabar con la carrera de esta agrupación de Los Angeles y el mismo Mark Weitz tampoco acabó denunciando a Bill Holmes, ya en 1970, por el alto coste que le hubiera supuesto el proceso del juicio.

En cuanto a las interpretaciones sobre la escurridiza letra de la canción, las mismas han sido muy diversas a lo largo de las décadas tras el atractivo enigma inicial suscitado en el público, en 1967, así que para abreviar solamente comentaremos un par de detalles sobre ello, seguidamente.

Con el transcurrir de los años, apuntalamos, se conjeturó con que a menudo se quema incienso para contrarrestar el aroma a marihuana en un ambiente cerrado y que la menta se utiliza para disimular el aliento de una persona tras fumar dicha sustancia prohibida (o quizás, esto último también podría aludir a poner LSD dentro de caramelos de ese sabor mentolado). Por otro lado, cuando la canción expresa “incense, peppermints, sustantivos sin sentido”, también es posible que, tal vez, esos nombres no insinúen nada en particular ya que John Carter, el letrista ocasional Strawberry Alarm Clock, tal vez solo estuviera jugando con dichos términos, burlonamente. Prosiguiendo con este asunto, el verso “enciende, sintoniza” podría hacerle un guiño a una frase muy similar que utilizaba el gurú psicodélico Timothy Leary para promocionar, públicamente, el uso de LSD.

En aquel instante de 1967, año psicotrópico por excelencia, efectivamente se le atribuyeron a la canción estas influencias comentadas de las drogas tanto en sus estrofas como en su sonido. Sin embargo, el teclista Mark Weitz negó, rotundamente, que ese consumo fuera algo habitual en el grupo cuando él compuso la música del tema en su casa de California y matizó que Strawberry Alarm Clock solo habían probado el ácido lisérgico y la marihuana de modo muy esporádico, en ese año 67.

También se ha conjeturado que durante la canción podría insinuarse un sarcástico trasfondo sobre algunos impactantes acontecimientos políticos de los años 60 como, por ejemplo, la guerra del Vietnam y sobre la actitud contraria y desafiante de los hippies acerca de todo ello; llevando así a cabo actos, éstos últimos, como ingerir las mencionadas sustancias dopantes para mostrar su rebeldía respecto al orden establecido; objetivamente expresado todo ésto.

Aunque con sus posteriores sencillos Straberry Alarm Clock no logró repetir un éxito de la desbordante magnitud del tema “Incense and peppermints”, también es completamente cierto que este mismo single se encuentra a la misma altitud que las más descollantes y más populares tonadas psicodélicas de los años 60; sobre algunas de las cuales, por cierto, ya os hablamos también en un reportaje anterior aquí en Muzikalia.

2 comentarios en «Singles Supremos: «Incense and peppermints» de Strawberry Alarm Clock»

  • Muchas gracias a Txus Iglesias y a Muzikalia por descubrirnos (al menos para mí), esta pequeña joya sesentera, que escaló tan alto, para luego apenas tener continuidad, muy buen tema, con reminiscencias de The Byrds en las armonís, de The Beach Boys en el cambio de ritmo y de The Doors en el psicotrópico órgano que acompaña a lo largo del tema, en un año, sí, de excelencia para la psicodelia, y reflejado tanto en la temática de la canción como en el nombre del grupo. Por cierto, qué infinita paciencia para desentrañar pormenorizadamente el monumental enredo de la génesis de esta canción. Menos mal que al final llegó al número 1, con todo merecimiento. Enhorabuena, pues, por el redescubrimiento. Un cordial saludo.

  • Desconocidos para mí, Strawberry Alam Clock, gracias a Txus Iglesias por descubrirnos una de las piezas de la psicodelia de los 60 tan memorable en EEUU y con esa enrevesada historia de su creación y composición hasta que vio la luz.
    Gracias por ilustrarnos con tan formidables artículos.
    Bravo Txus y Bravo MZK

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