Soft Cell (ALMA, Festival Jardins de Pedralbes) Barcelona 23/07/23
Lo de la noche de ayer era una sensación extraña. Elecciones generales, la derecha más rancia podía gobernar un país desmemoriado. La sensación que uno tuvo era que teníamos que bailar y bailar, y no ver los avisos de las noticias que se disparaban en los smartphones de lo que estaba pasando en el escrutinio de votos. Bailar para olvidar por un momento; bailar para abstraer a nuestros cuerpos de la memoria que tenemos inscrita en cada surco de nuestra piel.
Una noche de canícula sólo llevadera si tenías un abanico a mano. Y abanico corría por la pista del Poble Espanyol que está vez no se convirtió en el ball room que se esperaba: media entrada para ver a unos Soft Cell que un día anunciaron su retirada, pero que se lo pensaron mejor y aquí están presentando Happiness Not Included, un trabajo más que digno, aunque no a la altura de un legado ajeno al paso del tiempo.
Puntuales subieron al escenario Marc Almond y Philip Larsen, que sustituyó a un enfermo Dave Ball, acompañados por tres coristas y un músico que tocaba esos solos de saxo característicos. El comienzo fue a lo grande: “Torch” es de esas canciones-rio que te va inoculando un dulce veneno. Las torch songs la inventaron ellos, y uno cae rendido a sus pies. Tras este himno, se lanzaron con “Monoculture”, de lo mejor de su disco Cruelty Without Beauty, y una crítica a la homogeneización de la sociedad capitalista.
Marc Almond desde el principio arrastraba problemas con la voz, y ese pudiera ser uno de los motivos de que, lo que se prometía una noche memorable, se quedase en una sesión de baile un poco a piñón fijo, algo desganada. Del último disco tocaron “Happy Happy Happy” “Purple Zone” y “Nostalgia Machine”, esta última muy coreada por el público. La basura, la purpurina, el carmín corrido, y lo kitsch se echó de menos, aunque temas maravillosos como “Soul Inside”, “Memorabilia” (recuerdos desde Torremolinos), la versión de “What” de Melinda Marx, “Seedy Films”, o ese final previsible pero estupendo con “Say Hello, Wave Goodbye”.
Marc se hizo su lluvia de pétalos de rosas, y aunque no haya sido su mejor noche, se fue al camerino como lo que es, la diva de la canción moderna que más adoramos. 76% escrutado. Nervios. ¿Podremos seguir bailando en libertad?¿Seguiremos teniendo memoria?
Foto Soft Cell: Julio Aznar