SPRINTS – Letter To Self (City Slang / Music As Usual)
La cosecha post-punk sigue enfilada con uno de los hypes más esperados de los últimos tiempos, el debut de los irlandeses SPRINTS que inician 2024 con una buena dosis de sacudidas en Letter To Self. Un elepé que llega tras su colección de adelantos lanzada a lo largo del pasado año, y los EPs Manifesto de 2021 y A Modern Job, de 2022.
Bebiendo de obvias influencias entre el gótico y el noise rock noventero, dan forma a once cortes abrasivos que alguno podría emparentar al sonido de sus paisanos Fontaines DC o Gilla Band, de hecho el bajista de estos últimos, Daniel Fox, produce el conjunto logrando capturar en él, el sonido de su apabullante directo. Estamos ante cuarenta minutos que ejercen de exorcismo personal para su cantante y letrista Karla Chubb, quien muestra sin tapujos y con una insultante crudeza sus problemas con la ansiedad, la depresión o la identidad sexual.
Un álbum tan confesional como visceral nacido para purgar el dolor, en el que desde la claustrofóbica «Ticking» empiezan a visibilizarse un buen número mellas vitales, como las que aparecen en una explosiva «Heavy» que pregunta machaconamente “¿Alguna vez has sentido que la habitación es pesada?”, por no hablar de la oscurísima «Cathedral» en la que asoman los primeros Bauhaus mientras Chubb habla sin tapujos de los problemas que le ha conllevado su condición queer (“Quizás vivir sea fácil / Quizás morir sea lo mismo”).
Letter To Self mantiene la tensión a lo largo de todo un minutaje en el que también encontraremos esa plegaria a ser aceptada que es «Adore Adore Adore» («Nunca me llaman hermosa / Solo me llaman loca»), la genial y densa «Shadow Of A Doubt» que no es más que una señal de ayuda («Hay un llanto urgente en mi cabeza y estoy perdida. ¿No puedes oírme llamar?»), las dudas que plantea «Up And Comer» o la catarsis del tema que cierra y da título al disco («si me quitara la vida ¿Estarías feliz?»).
Lo que podríamos llamar honestidad brutal 2.0.