The Beta Band – London Ocean (Londres)
Asistir a un concierto en una sala londinense es algo así como ver un partido de béisbol en el Yanquee Stadium de Nueva York. Sólo con observar el ambiente, el lugar y el público ya casi parece que va a ser el show de tu vida, y eso que todavía no ha empezado. El Ocean es un antiguo edificio rehabilitado como discoteca y sala de conciertos, con tres salas diferentes y un diseño que roza la perfección. Está situado en la zona noreste de la ciudad, en un barrio de casas bajas y carteles en las calles que rezan algo así como «El próximo en morir puedes ser tú». Que miedo.
Para The Beta Band, los tickets se habían agotado casi tres semanas antes del show, lo que obligó a organizar una segunda fecha en otra sala de la ciudad (Sephard´s Bush Empire, otra que vaya…) al día siguiente.
Y uno, que de estos escoceses conoce mucha música pero poco cara a cara (era la primera vez que me los encontraba, vaya), esperaba que a partir de la noche del lunes 21 de enero The Beta Band pasara a formar parte de esa lista de 10 grupos intocables de los últimos años. Después…
…Steven Mason y los diablillos espaciales que le rodeaban se subieron a un escenario «nave espacial» para presentar en directo su último album y de paso la publicación de su nuevo single, «Al sharp». Y durante la primera mitad del show se podría decir que estuvieron perdidos por el espacio exterior. Voz demasiado escondida en la música, poca potencia y chistes sin gracia para rodar por la pista de despegue renqueantes.
Por supuesto, el escenario estaba cuidadosamente adornado con todo tipo de artilugios decortaivos e instrumentales: flores, manos colgando, timbales, globos, un juego de luces genial… Y en medio, el señor Mason ataviado con un «raincoat» que le hacía parecer un cirujano asesino, y el resto con sus trajes de astronautas en el desierto lunar.
«It´s not too beautiful», con la que abrieron el show, sonó a algo así como el motor de un seat 124 atascado; y con las primeras canciones de su Hot Shots II tampoco parecían entonarse demasiado.
Un pequeño oasis para la extraordinaria «Alleged», con su pequeña melodía de guitarra forastera terminando en una infernal epopeya psicodélica.
El público, chicos de pelos desaliñados recién salidos de un horno sesentero y chicas estilo «árbol de navidad en Nochebuena», obviaba los pequeños problemas y seguía entregado al asunto.
Un asunto que empezó a ver la luz con la llegada de «Los amigos de los beta bandidos» y demás. Los ilustres three Ep´s y la arrolladora «Dry the rain» comenzaron a levantar un concierto sin sustancia.
Con los miembros del grupo intercambiándose de instrumentos en un todos-vamos-a-tocar-todo bastante divertido, «Inner meet me» puso la tensión necesaria para que a uno se le empezara a caer la babilla, pero sin exagerar. Tras una hora y cuarto de concierto, un bis de cuatro canciones pareció poner las cosas en su sitio.
«Al Sharp» sonó estupenda y «Broke», uno de los mejores temas de su último disco, les puso una pequeña medallita en el pecho, pero sin poder presumir demasiado.Un final casi House con todos los miembros del grupo a la percusión cerró el concierto.
En conjunto: un buen concierto. El resultado: que la potencialidad de sus discos para ser interpretados en directo no fue aprovechada, es decir, que mejor en disco.
La impresión: que aquí por las britanias parece que los beta bandidos son una especie de producto de moda muy «cool», pero me parece que la mitad del aforo no se enteró muy bien de lo que realmente estaba pasando en el escenario. Siempre queda la duda de si el que no se enteró fui yo. Aunque… No creo.